Es la única comunidad de Michoacán autorizada por la Semarnat.
NUEVO SAN JUAN PARANGARÍCUTIRO, Michoacán. La Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangarícutiro, se ratificó como la única de Michoacán autorizada para el aprovechamiento sustentable de sus bosques, luego de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), le aprobó la facultad de industrializar racionalmente parte de sus recursos forestales.
El permiso de aprovechamiento, que se le otorga por cuarta ocasión, es por diez años y se le autoriza a la comunidad para aprovechar mil hectáreas por año, lo cual significa una porción de las 18 mil hectáreas que los purépecha de esta zona resguardan.
Pero la comunidad no sólo es ejemplo de conservación, sino de prevención y combate de incendios.
Esta comunidad a diferencia de otras, desde que fue expulsada de sus tierras por el nacimiento del volcán Parikutini, emprendió un camino hacia el desarrollo y en lugar de generar protestas para pedir beneficios, con trabajo y organización se ha convertido en un ejemplo mundial de productividad y de respeto por el planeta y sus recursos.
Mientras que municipios más grandes como Uruapan destruyen sus bosques a diario, en Nuevo San Juan Parangarícutiro se aprovecha el recurso forestal, al mismo tiempo que se conserva y en lugar de prenderle fuego a los montes, se les da mantenimiento y se realizan nuevas plantaciones de pino, encino y oyamel.
A la vez que otros lugares se fomenta el cambio del uso del suelo, aquí los propios comuneros desarrollan estrategias que han logrado abatir los incendios forestales a grado tal, que sólo se presentan unos catorce conatos por año y el promedio de afectación de superficie es de seis hectáreas anuales.
En lo que va del año se han registrado conatos, que han afectado únicamente tres hectáreas. Los sanjuanenses se organizan mediante brigadas que realizan patrullajes preventivos y que están listas para hacerle frente a cualquier contingencia y están dispuestos a invertir en la vigilancia. Una de ellas es una brigada especializada denominada Los Pollos, que se encargan de los incendios fuera de control.
Cuentan además con la torre de observación, de quince metros de alto, que se localiza en el cerro El Pareo; un punto que se sitúa a dos mil 800 metros sobre el nivel de mar y desde el cual se puede apreciar el centro del estado.
Como lo informó Luciano Ruíz Contreras, jefe de la brigada, durante todo el año se realizan labores de mantenimiento y prevención como las brechas corta fuego y monitoreo para evitar proliferación de plagas; pero también se combate el cambio del uso del suelo y se sanciona a los comuneros que pretenden establecer nuevos huertos de aguacate en detrimento de la vocación forestal de este territorio.
Por el lado de la industrialización San Juan Nuevo cuenta con el aserradero más tecnificado del país, el cual es comunal. Esta planta de procesamiento automatizada ha permitido incrementar la producción reduciendo costos, ya que sólo se podían producir al año unos 160 mil pies tabla al año y a partir de ahora el volumen de procesamiento será casi un 65 por ciento mayor.
Además el costo de producción de cada pie tabla era de cinco pesos con 90 centavos, pero ahora es de cinco pesos con 40 centavos.
La empresa comunal forestal de San Juan Nuevo no sólo aprovecha el bosque de manera sustentable, ya que posee sus propias plantaciones de pinos, sino que le ha dado al recurso forestal un valor agregado al elaborar muebles, tarimas, resinas procesadas, celulosa y no únicamente vigas y tablas. Muchos de sus productos ya se exportan.
Fuente https://www.inforural.com.mx/
GRECIA PONCE. CAMBIO DE MICHOACÁN.