No hace falta mencionar que hacer ejercicio regularmente es uno de los hábitos más saludables que existen. No solo nos fortalece físicamente, sino que nos previene de infinidad de males, amén de ser el remedio de otros tantos. El deporte siempre es sinónimo de salud.
Sin embargo, estarás de acuerdo conmigo que ponerse manos a la obra es el desafío más difícil de todos (a no ser que a estas alturas seas también un habitual de este hábito). Por eso hoy aquí te voy a presentar estas 7 razones para practicar ejercicio. Y, más concretamente, centrándome en los beneficios que trae para tu cerebro y bienestar psicológico general.
7 beneficios de hacer deporte
1. Te ayuda a sentirse mejor
Por mucho que canse, hacer ejercicio favorece la segregación de endorfinas, una hormona asociada a la sensación de placer y euforia. Además, al hacer deporte también segregas norepinefrina, un químico que modera la respuesta de nuestro cerebro al estrés. Por consiguiente, el ejercicio físico también alivia la ansiedad.
De hecho, el deporte no solo sirve para paliar el estrés que se tenga en el momento, sino que ayuda a moderarlo en situaciones futuras. En otras palabras, el ejercicio nos hace más resistentes a las situaciones de estrés cotidiano. De hecho, un consejo muy común para pacientes con síntomas depresivos o de ansiedad es que practiquen algo de ejercicio. Con prácticas 20 o 30 minutos al día, 3 días a la semana, puedes mejorar tu humor drásticamente.
2. Mejora tu autoestima
El ejercicio puede mejorar tu propia percepción de atractivo. Verte mejor físicamente te hace sentir mejor contigo mismo. Y no me refiero solo a verte más definido físicamente, sino también lo referente a otras cualidades como la energía, la resistencia, la fuerza, la habilidad…
Quieras aceptar la idea del atractivo físico o no, un cuerpo trabajado siempre te recompensa con una mejor percepción de ti mismo o ti misma y de tu entorno.
3. Mejora tus habilidades sociales
Esto tiene mucho que ver con lo anterior: empezamos a vernos mejor; ganamos más autoconfianza, ingrediente básico de la autoestima si recordáis; vemos el mundo con otros ojos. Así, empezamos a ver que podemos hacer cosas que antes ni imaginábamos. Nos volvemos más atrevidos, más arriesgados, más desafiantes… Y todo ello también tiene repercusión en nuestra vida social.
No solamente vamos a transmitir una energía diferente a nuestros conocidos y amigos, sino que además tendremos más posibilidades de llegar a los demás.
A parte, tomar clases en grupo nos ayuda a conocer a más gente con quienes compartir nuestras motivaciones en el ejercicio.
4. Previene el deterioro cognitivo
Nuestro cerebro necesita estar constantemente estimulado para que no se atrofie. El ejercicio físico no solo mueve el cuerpo, sino también la mente. El tener el cerebro activado trae consigo muchas ventajas como, por ejemplo, prevenir enfermedades degenerativas como el alzhéimer.
Aunque nuestro modo natural sea estar todo el día sentados o tirados en el sofá, el estado natural del ser humano (desde nuestros ancestros) no ha sido nunca estar quieto. Nuestro estado natural es estar constantemente en movimiento.
5. Mejora la memoria
Se ha demostrado que el ejercicio físico estimula la neurogénesis en el hipocampo, el núcleo cerebral involucrado en la memoria. O, lo que es lo mismo, el ejercicio nos hace crear más neuronas en el hipocampo, por lo cual, mejora nuestra memoria.
6. Te ayuda a ser más productivo
Para empezar, el ejercicio ayuda a tener más capacidad cerebral. Esto no quiere decir que nos haga tener el cerebro más grande, sino que mejora las conexiones entre neuronas, haciendo que el procesamiento de nuestros pensamientos y del mundo que nos rodea sea más rápida.
El entrenamiento intenso ayuda a la producción de una proteína llamada BDNF, que influye muy positivamente en el pensamiento, el aprendizaje y la toma de decisiones.
Paralelamente, el deporte nos ayuda a ser más productivos, puesto que la energía extra que generamos nos ayuda a mantenernos más tiempo atentos y con más energía en comparación con el resto de nuestros compañeros que dormitan en el sillón.
7. Ayuda a controlar las adicciones
Una herramienta muy eficaz para tratar diferentes adicciones es incluir, dentro de la terapia de recuperación, el ejercicio físico. Y, ojo, el ejercicio por sí solo no cura la adicción, pero sí ayuda a controlarla.
Las sesiones de ejercicio físico ayudan a postergar el craving, o ese deseo incontrolable de querer consumir droga. Además, facilita que un cuerpo tan desgastado como es el de un adicto recupere pronto su equilibrio.
Estos son sólo 7 datos sobre cómo el ejercicio influye en tu cerebro. Sin embargo, mejor que leerlos, es ponerlos a prueba y experimentarlos por ti mismo. Te animo a que busques la modalidad de ejercicio que más vaya contigo, y empieces a ponerte en forma… y a divertirte.
Por ÁLVARO TRUJILLO
www.muhimu.es