Quien no quiera, no lo hará, aunque tenga con que.

Quien no quiera, no lo hará, aunque tenga con que.

Quien no quiera, no lo hará, aunque tenga con que.

Hay de redes a redes, unas las que se abaten en el mar, lagos, canales y ríos de aquellos la tiran y que buscan atrapar peses y a las otras las que hoy las son las sociales el Facebook, el twitter, las que comunican de todo lo que sirve y lo que no, lo que alienta o desaliente; lo que agrede o mal informa, y de los quieres que sepan de ti y de otros.

Y a propósito de esto de las redes sociales, ya ves que te llegan esas informaciones que tú tomas, compadres: apruebas o rechazas; en días pasados me llegó…en el 125 aniversario de Charles Chaplin y algunas de sus frases que me hicieron reflexionar.

“Mi dolor puede ser la razón de la risa de alguien. Pero mi risa nunca debe ser la razón del dolor de alguien”, por ello le cuento una pequeña parte de lo que él fue e hizo con su vida y es para reflexionar sobre lo que uno es, lo que ha hecho, lo que pudo o puede hacer.

Charles Chaplin nació el 16 de abril de 1889 en Londres, en el seno de una familia de artistas de variedades. Conoció la miseria, el hambre y la desgracia. Pasó largos periodos en orfelinatos antes de iniciarse en el mundo del espectáculo, siendo un niño, en musicales y pantomimas. Su padre murió a los 38 años de edad, de la cirrosis del hígado.

Aun con esa niñez abrupta, Charles a los catorce años, interpretó el papel de botones Billy en una producción itinerante de Sherlock Holmes. Participó en la gira con varias producciones de la obra siendo reconocido su trabajo, tanto, que cuando se necesitó un Billy para una producción londinense, Chaplin con dieciséis años, fue llamado.

En 1907 Charles Chaplin ingresó en la compañía de “sketch” de comedias de Fred Krano, y en menos de un año se convirtió en la estrella de la compañía realizando una gira por Estados Unidos, país donde dos años después se trasladaría. En 1913 debutó en el cine, en las películas de la Keystone, de Mack Sennett.

Como creador de Charlot, Chaplin destacó por ser un cómico que marcó una época. Para la historia nos deja grandes obras como El Gran Dictador o Candilejas, películas que no pueden faltar en la colección de los cinétilos, reflexionemos tan sólo con estas frases, consignas.

Sé tú, e intenta ser feliz, pero sobre todo, sé tú. Hay que tener fe en uno mismo. Nunca olvides sonreír, porque el día que no sonrías, será un día perdido. La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

La vida no es significado; la vida es deseo y preguntaste la felicidad ¿existe?, ¿dónde? Chaplin recuerda que cuando él era niño se quejaba ante su padre porque no tenía juguetes y él respondía señalándose la frente con el dedo índice: y le decía este es el mejor juguete que se ha creado, todo está aquí. Ahí está el secreto de nuestra felicidad.

Y así es la vida, como diría Chaplin, a pesar de todo reír salva a uno. 

En carreras de autos para niños (o carreras sofocantes, 1914) actuó por primera vez como el personaje del vagabundo Charlot, con unos anchísimos pantalones, enormes zapatos, bombín y bastón de bambú, papel que interpretaría luego en más de 60 películas, incluida El vagabundo (o Charlot vagabundo, en 1915). Ese mismo año se asoció con la compañía Essanay, después con la Mutual y con la First National, hasta tener sus propios estudios en Hollywood en 1918.

Durante estos años de películas cortas, desarrolló paulatinamente el personaje del vagabundo, pasando del estereotipo del payaso travieso a la figura humana y compasiva que calaría en los espectadores de todo el mundo. Perfeccionó un estilo personal de interpretación, derivado del payaso de circo y del mimo, combinando la elegancia acrobática, la expresividad del gesto y la elocuencia facial, con un sentido del ritmo impecable.

En los años 20 llegó el cine sonoro, pero eso no hizo que la efectividad de su pantomima fuera perjudicada. Al mismo tiempo, comenzó a manifestar su preocupación por los problemas sociales de su época.

Algún tiempo después dejó el papel del vagabundo para comenzar a interpretar personajes específicos, en una transición que marca El gran dictador, donde ya utiliza plenamente los recursos del sonoro. El enfoque chapliniano combina la sátira y el patetismo melodramático, bajo los que late el amor a la humanidad y a la libertad individual.

Sus películas más destacadas son: El chico (1921), El peregrino (1924), La quimera del oro (1925), El circo (1928), Luces de la ciudad (1931) y Tiempos modernos (1936), todas ellas récords sucesivos de taquilla. A éstas siguieron El gran dictador (1940), Monsieur Verdoux (1947), donde apareció por última vez su personaje de Charlot, Candilejas (1952) y Un rey en Nueva York (1957).

Además dirigió, sin protagonizarlas, Una mujer de París (1923) y La condesa de Hong Kong (1966), donde hizo un pequeño papel. También compuso la música de la mayoría de sus películas.

En 1919 creó, con Douglas Fairbanks, Mary Pickford y D.W. Griffith la United Artists Corporation, en la que participaría hasta el año 1952.

Escribió dos libros Mi autobiografía (1964) y Mi vida en el cine (1975).

A finales de la década de 1940 y principios de la de 1950, Chaplin fue perseguido por el Comité de Actividades Antiamericanas, por su pensamiento político de izquierdas; dejó los Estados Unidos en 1952 para comenzar a vivir en Suiza.

En 1972 volvió por un breve periodo de tiempo para recibir varios premios, entre ellos un Oscar honorífico por sus contribuciones a la cinematografía. Chaplin fue nombrado Sir en 1975 a la edad de 85 años por la reina Isabel II.

Vida personal.

En 1918, Charles Chaplin contrajo matrimonio con la actriz Mildred Harris y en 1919, tuvo a su primer hijo, Norman, que solo vivió tres días. Se divorciaron en 1920.

En 1924, se casó con Lita Grey con la que tuvo dos hijos, Charles y Sydney. Lita, le pidió el divorcio y tuvo que indemnizarla con un millón de dólares.

En 1941, también se divorció de Paulette Goddard y en 1943 volvió a casarse con Oona O’Neill, hija del dramaturgo Eugene O’Neill. Ella tenía 18 años y él 54; tuvieron dos hijos, Geraldine y Michael John. Tres de sus hijos, Josephine, Sydney y Geraldine, también se dedicaron al mundo del espectáculo.

En la madrugada del 25 de diciembre 1977, murió en su casa de Corsier-Sur-Vevey, Suiza, después de sufrir un derrame cerebral mientras dormía. Chaplin fue enterrado en el cementerio de Corsier-sur-Vevey.

El 1 de marzo de 1978, su ataúd fue desenterrado y robado de su tumba por dos inmigrantes desempleados, Romano Wardas, de Polonia, y Gantcho Ganev, de Bulgaria, que pretendían extorsionar a Oona Chaplin. El ataúd fue encontrado enterrado en un campo en el cercano pueblo de Noville. Fue nuevamente enterrado en el cementerio de Corsier, esta vez en una tumba de hormigón armado.

Sabías qué… Concurso de Charlie Chaplin.

En 1915 participó en un concurso de imitadores de Charlie Chaplin. Ni los jueces ni la audiencia le reconocieron y tuvo que conformarse con el tercer lugar.

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