Seguridad Energética.
Cambio de paradigma: China
Por: Ing. Jorge Antonio Sánchez y Díaz de la Vega.
Gerente de Diseño, Ingeniería e Innovación.
Mientras que en el siglo XX la seguridad energética se basaba en la accesibilidad y disponibilidad del petróleo, el gas natural y carbón mineral. Sistemas ampliamente controlado por USA y sus socios de la OPEP, solo teniendo a Rusia como contraparte, con todas las historias ampliamente conocidas de crisis económicas, guerras, políticas y consecuencias que han modificado geopolíticamente el planeta entero.
Por otra parte, en el siglo XXI se está avistando un panorama completamente diferente, por un lado, se está gestando un sistema completamente sostenible; me explico, existe una fuerte presión mundial por lograr una sociedad más armónica con el medio ambiente, los seres humanos, la naturaleza y el planeta, sin que para tal asunto, se deje de generar la suficiente riqueza que exige el sistema capitalista vigente, es otras palabras se busca transformar a la humanidad por medio del desarrollo sostenible que derivara en una economía circular (tema para otra ocasión). Por lo que las grandes compañías mundiales y sobre todo las petroleras, están bajo la presión de los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero y fomento de energías renovables establecidos en el Tratado de París y su agenda 2030.
Los acuerdos del propio tratado de París, obliga a los 194 países que lo suscribieron en el 2015, a la utilización de otras fuentes de energía que modifican radicalmente la matriz energética, (ya que en el siglo pasado solo dependía de dos fuentes de energía y pocos eran los países protagonistas) en general lo que busca dicho tratado es evitar el calentamiento global, a través de la reducción sistemática hasta su eliminación de los gases de efecto invernadero, producidos por los sistemas actuales de producción y la utilización de combustibles fósiles, esto entre muchas otras metas, pero para poder lograrlo se requiere de la utilización de fuentes de energía, limpia, renovables y accesibles, como la hidráulica, eólica, fotovoltaica, geotérmica, maremotriz, etc.
Solo que las energías renovables, por su naturaleza fluctuante o intermitente, además de que no se producen en el momento de su máxima demanda; requieren de un sistema de almacenamiento a gran escala de la energía producida y así poderla estabilizar en el momento de demanda a la red de distribución y así lograr la confiabilidad y equilibrio en su utilización; entonces, en conclusión, estamos introduciendo un concepto completamente nuevo a nuestra matriz energética del siglo XXI, que es el almacenamiento a gran escala de energía eléctrica, que en su gran mayoría utilizara baterías de ion-litio y tecnologías relacionadas. Si consideramos que las baterías que se utilizan en los autos eléctricos, celulares, computadoras, drones, equipo e instalaciones militares, son las mismas que se utilizaran en el almacenamiento a gran escala de energía, si tomamos en cuenta, que la fabricación de dichas baterías crecerá exponencial mente en los próximos 10 a 20 años, según cálculos conservadores y solo para la industria automotriz, en 2018 la demanda mundial de litio fue de 270 mil toneladas y se prevé que para el 2025 sea de más de 1 millón de toneladas; tomando en cuenta que además de el litio se utilizan otros minerales como cobalto, cobre, aluminio, grafito, níquel, manganeso y tierras raras, esto se pone interesante.
Porque si creen que el asunto es menor o que ando exagerando con el asunto de la Seguridad Energética, le comento que el pasado mes de febrero el Sr. Joe Biden firmó un plan de revisión urgente y con carácter estratégico, del suministro doméstico de baterías, minerales claves, semiconductores, tierras raras y todos los minerales y materiales que se utilizan para toda la tecnología relacionada con las energías renovables, su aplicación y almacenamiento. Esto es debido, entre otras razones, a que China tiene 136 plantas de fabricación de baterías (solo 1 planta CATL produce el 27% mundial) contra 10 de USA y 10 de la Unión Europea, además China planea incrementar 30 veces la fabricación de autos eléctricos para el 2030.
Además al día de hoy, China tiene el control mundial de la mayor parte de la producción y procesamiento de cobalto, grafito, litio, manganeso y níquel. Específicamente el 50 % del litio, el 60 % del cobalto y casi el 100% del grafito.
Considerando lo anterior y si las tendencias siguen por este camino, podemos pensar que la dependencia energética se traslada de los campos petroleros a las fabricas y que la seguridad energética del siglo XXI dependerá de un solo actor: China y si tomamos en cuenta de que es un país con un gobierno cerrado de partido único, etc. podemos esperar que el futuro energético del mundo No será nada fácil o será mucho muy diferente.
Creo que lo que podemos hacer, entre otras muchas cosas, es educación, disminuir nuestra dependencia al exterior, desarrollar nuestras propias tecnologías, optimizar la explotación minera, fomentar la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables de energía, en general adoptar la Agenda 2030 para emigrar LMPP a la economía circula; o también, no menos fácil, aprender Chino-Mandarín.
Por lo tanto, así como el acceso confiable a los recursos petroleros definió la seguridad energética del siglo XX, así mismo el acceso confiable y asequible a los minerales que se utilizan en la fabricación de dichas baterías definirá la seguridad energética del siglo XXI.
Jorge Antonio Sánchez y Díaz de la Vega.
Gerente de Diseño, Ingeniería e Innovación.
Ingeniería Sostenible del Noroeste S de RL de CV
www.insonor.com.mxingenieria@insonor.com.mx (662) 475-5949
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