Los cambios en la educación superior son inevitables:
¿Cómo saber que los universitarios poseen las competencias del futuro?
La prueba “DESCAES” ofrece una respuesta.
Juan Carlos Mariño es el jefe de la planta de producción en una fábrica procesadora de atún en Manta, un puerto marítimo importante en Ecuador. Juan Carlos lleva casi dos meses buscando un tecnólogo especializado en procesamiento de alimentos para ayudarlo en la planta, pero no ha tenido éxito pese a que el desempleo juvenil en la región es alto y a que ha entrevistado varios candidatos con títulos afines. El problema reside en la dificultad de encontrar un profesional que además de poseer competencias técnicas en procesamiento de alimentos, pueda también gerenciar proveedores y operarios, mientras maneja conflictos, resuelve problemas y desarrolla canales de comunicación con todo el personal de la planta.
En los últimos años, el desarrollo de la tecnología digital, la automatización y las trasformaciones en la naturaleza del trabajo han generado cambios significativos en el escenario internacional de la educación superior, algunos de los cuales reflejan una visión más profunda y amplia de cómo asegurar su relevancia, e impacto. Estos cambios en la educación superior han llevado a poner el tema de las habilidades en el centro de la discusión. Un reporte reciente del World Economic Forum sobre el futuro de los empleos, lanzado en octubre de 2020, indica que las habilidades que los empleadores consideran tendrán mayor prominencia antes del año 2025 son, el pensamiento crítico, la capacidad de análisis, la capacidad para resolver problemas, y las habilidades relacionadas con la autogestión, como el aprendizaje activo, la resiliencia, la tolerancia al estrés y la flexibilidad. Sin embargo, el desarrollo de estas competencias no es sistematizado en los sistemas educativos y son muy pocos los programas de educación que explícitamente incluyen el desarrollo de estas competencias en sus currículos.
En este sentido, las encuestas empresariales muestran sistemáticamente que los empleadores no están satisfechos con las habilidades de los graduados y que este déficit en la fuerza de trabajo es un problema para el desarrollo de un mejor clima de negocios e inversión. El mismo reporte del World Economic Forum indica que, en promedio, las compañías estiman que el 40% de los empleados deberán aprender en los próximos 6 meses nuevas habilidades que les permitan desempeñarse en un trabajo diferente dentro de la compañía y que el 94% de los líderes empresariales esperan que los empleados adquieran nuevas habilidades en el trabajo. Esto indica que lo importante para un profesional del futuro no se centra es lo que sabe al graduarse, sino en su capacidad de aprender y adaptarse a situaciones, tecnologías, y procesos cambiantes. Como resultado, la política educativa presta cada vez más atención a los aprendizajes, competencias y habilidades de los estudiantes (vs. su dominio de los contenidos). En el marco de estos esfuerzos, se están desarrollando también evaluaciones que permiten medir competencias, mejorar la calidad y la pertinencia educativa, y sistematizar el desarrollo de habilidades altamente demandadas por los empleadores a nivel mundial.
La prueba DESCAES.
Partiendo del reconocimiento de que, para aprender, los estudiantes tienen que poseer ciertas habilidades cognitivas y hábitos personales, y siguiendo las lecciones y experiencias internacionales en la materia, un grupo de 14 instituciones de educación superior mexicanas – que incluyó universidades públicas y privadas, institutos tecnológicos y universidades politécnicas – desarrolló la prueba DESCAES: Desarrollo de Competencias para Aprender en Educación Superior. La prueba DESCAES es una prueba estandarizada, aplicada en línea, que puede diagnosticar habilidades y medir competencias a partir de ejercicios prácticos, conocidos en inglés como “task-based”, que enfrentan al sustentante a situaciones reales. La prueba DESCAES se diseñó con tres propósitos principales en mente:
- Evaluar el nivel de competencias en tres áreas fundamentales: comunicación, manejo de información y solución de problemas, que son habilidades necesarias para aprender, no solo en la universidad, sino en diferentes situaciones laborales;
- Apoyar a las instituciones de educación superior a entender, usar y desarrollar las habilidades que permiten preparar mejor a los estudiantes para la educación, la vida y el trabajo, y a sustentar la toma de decisiones educativas institucionales; y
- Establecer una línea base que permita determinar por tramos y ciclos educativos, el valor agregado de las diferentes intervenciones educativas en el desarrollo de habilidades.
Así, la prueba consta de dos secciones, la primera en la que se miden habilidades de comunicación, manejo de información y solución de problemas (o competencias para aprender). La segunda sección es un cuestionario de metacognición y autorregulación que evalúa la habilidad del sustentante para identificar sus necesidades de aprendizaje, sus estrategias para aprender, reconocer lo aprendido, identificar su habilidad para planear, organizar y controlar sus actividades de aprendizaje, y reflexionar sobre sus resultados y estrategias para mejorarlos. La prueba ha sido validada para medir las competencias para aprender que poseen los sustentantes en el momento en que la toman y, en consecuencia, para medir el valor agregado de un periodo o proceso educativo. Al aplicarse a una muestra representativa y sistemática se obtiene por tanto información sobre los niveles de competencias de los sustentantes, así como del progreso de estas como consecuencia de las actividades académicas y pedagógicas ofrecidas por las instituciones educativas. Los resultados de la prueba son consolidados en reportes por instituto, carrera, y por estudiante; lo cual permite a las autoridades y maestros un diagnóstico fino de las necesidades de los estudiantes y la identificación de instituciones que necesitan más apoyo, lo cual permite personalizar las soluciones en respuesta a las diferentes necesidades.
La aplicación de la prueba DESCAES en Ecuador.
La Secretaria de Educación Superior, Ciencia, y Tecnología (SENESCYT) de Ecuador, con fondos del Proyecto de Reconversión de Institutos Técnicos y Tecnológicos auspiciado por el Banco Mundial, decidió unirse a los esfuerzos internacionales de medición de habilidades. Al aplicar la prueba DESCAES a escala nacional a diez mil quinientos estudiantes de primer ingreso en el mes de mayo de 2021, se encontró que el 61 por ciento de los estudiantes que presentaron la prueba mostraron un déficit de habilidades para aprender (Tabla 1).
Tabla 1: APLICACIÓN CENSAL DE DESCAES A ESTUDIANTES DE PRIMER AÑO.
La buena noticia es que las competencias para aprender pueden ser desarrolladas a través de diferentes intervenciones académicas y pedagógicas. Con el objetivo de cultivar esas competencias en los estudiantes, la SENESCYT decidió enfocarse en el desarrollo de estrategias pedagógicas a ser implementadas por su personal docente en el aula. Reconociendo que los docentes no podrían desarrollar estas competencias en los estudiantes a menos de que ellos mismos las dominaran y las mejoraran, la SENESCYT decidió aplicar también la prueba DESCAES a todos los 3,053 docentes que integran el sistema de Institutos Públicos Técnicos y Tecnológicos del Ecuador. Los resultados en la tabla 2 muestran que el 66% de los docentes se ubicaron en el nivel básico de competencias en las áreas de comunicación, manejo de información y solución de problemas y que solamente el 4% de los docentes se ubican en el nivel avanzado de competencia.
Tabla 2: APLICACIÓN DE LA PRUEBA DESCAES A DOCENTES.
La SENESCYT junto con los rectores de los Institutos Técnicos y Tecnológicos, usarán la información proveniente de las pruebas DESACES para diseñar planes de capacitación de maestros y planes de mejora institucionales. Los resultados de la prueba se convertirán en un elemento formativo de monitoreo de las mejoras en las competencias de los jóvenes ecuatorianos para incrementar el valor agregado y la pertinencia de la educación técnica y tecnológica en el Ecuador. Este esfuerzo revela el compromiso de Ecuador de diseñar e implementar políticas más informadas que faciliten la oferta de programas de educación superior más pertinentes. La visión del gobierno es utilizar los resultados de DESCAES, así como otros datos disponibles sobre la demanda laboral y las transiciones de los graduados hacia el mercado de trabajo, para desarrollar un ecosistema de información holístico para apoyar mejor a las instituciones educativas, especialmente a aquellas que más lo necesitan.
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