Un año que se va, un nuevo que llega
Este año que se va nos deja hechos y sucesos para bien o para mal, buenos para unos y malos para otros y algo para todos. Se avizora el 2022, y quien lo creería que nos decían que en el año 2000 se acabaría el mundo, y aquí seguimos viviendo en él, con todo lo lastimado que lo tenemos, ahora, lo que nos queda es cuidarlo y respetarlo. Ser mejores no peores, ser ciudadanos de bien y contribuir con el buen proceder. Puntualizo a continuación sobre el tema que me ocupa.
- Como ciudadanos de bien, me parece que es elemental y de urgente necesidad que contribuyamos con lo que se cuente y se tenga; con todo, conocimientos, aptitud y actitud; con compromiso social en las buenas causas que se abanderen y así que se alcancen los anhelos más añejos de las mayorías y se exterminen de tajo asas infamias, que se castigue ahora sí, a quienes las hayan cometido.
- Para lograrlo hay que estar comprometidos con las buenas y mejores causas, promoviéndolas y participando de cualquier manera y trinchera, ya que poner y ser parte ayuda mucho; tener espíritu de lucha y compromiso con denunciar para no dejar, hasta donde sea posible, el que se haga lo que no es correcto, lo que lastima a todos por igual, no hay que ser, por lo tanto, sólo espectadores.
- Como ciudadanos de bien es menester que nos sumemos, que no los dejemos solos sin ser observados, a quienes tienen el deber de hacer un gobierno limpio y transparente, pues deben ser servidores verdaderos sin tacha y sin tache en sus responsabilidades, que no actúen a su libre albedrío y hagan sin querer o queriendo imitar a las y los que se fueron, que no sigan ese ejemplo y de apostarle al olvido y a que expiren los delitos.
- Como gobernado, pero no dejados, sería muy lastimoso, deshonroso que, de nuevo, sucediesen esas traperías y substracciones de recursos públicos para beneficio personal y para el grupo cercano o familiar, de suceder será un grandísimo descuido de todos, los de adentro y los de afuera.
- Nadie debería de estar al margen, pues solo así podríamos aspirar y lograr un gobierno y sociedad de honradez plena, a toda prueba.
- Como gobierno, se debe ante todo ser un gran ejemplo, pues tiene el deber de que no se dé la corrupción en ningún sentido, es compromiso adquirido, que deberá ser cumplido y poder atenderse las prioridades en estricto orden.
- La embajadora, a propósito de estos temas, de la transparencia, del buen rendimiento de cuentas y del manejo pulcro y honrado de los dineros públicos, para la mayoría de los sonorenses, pienso yo, les sería lastimoso y de graves consecuencias que no se les diga, como se dieron esos hechos que se dice de la administración anterior y de los daños patrimoniales causados. Ella que espera el puesto federal para el servicio exterior, debería primero esperar y no demandarlo por lo que haya sido, hasta no verse a fondo este asunto, sin consigna alguna de dejarla pasar pues le apuestan al olvido, al perdón popular y a que prescriban esos delitos graves que se estiman.
Por nuestra parte, desde este medio seguiremos contribuyendo como siempre, desde el estado de Sonora, que es cuna y origen de El Constructor, con el firme propósito de ser un medio que comparte lo bueno y desecha lo malo, que llega a donde debe de llegar, con su inamovible línea editorial para construir, edificar y no destruir.
Deseamos a nuestros lectores y anunciantes lo mejor de estos días, que para este 2022, la paciencia, la entereza y fuerza espiritual les invada, que se reencuentren con lo esencial de la vida, ser felices con lo que se tenga y se logre, estar bien con el que se va y estar preparado para el que viene. ¡Que así sea!
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