Arturo Campos, el científico hispano que salvó la vida de los astronautas en la misión apolo 13
Arturo Campos nació en 1934 en la ciudad de Texas, pero era originario de México, su inigualable preparación profesional y académica lo llevó a formar parte de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), donde realizó trabajos exhaustivos y brillantes, como el regreso a la Tierra de los tripulantes del Apolo 13, durante la noche del 13 de abril de 1970. Se encontraba
Arturo Campos estaba dormido cuando recibió una llamada de emergencia: la nave de la misión Apolo 13 estaba por colapsar. Ésta es su historia.
Houston, tenemos un problema
En ese entonces, Arturo Campos era un ingeniero eléctrico. Por sus propios méritos, se ganó un espacio en la NASA como uno de los líderes de la misión Apolo 13, uno de los proyectos más ambiciosos de exploración espacial del siglo XX. El objetivo era que los astronautas Jim Lovel, Jack Swiger y Fred Haise llegaran a salvo a la superficie lunar.
El 13 de abril de 1970, Arturo Campos estaba dormido cuando recibió una llamada de emergencia: tenía que presentarse a trabajar inmediatamente. Al llegar a la base, se enteró de lo siguiente:
“[…] un tanque de oxígeno de un módulo de servicio a bordo de la nave espacial del Apolo se había perforado. Se había perdido el suministro normal de electricidad, luz y agua en el módulo de comando, dejando a los astronautas atrapados en una nave espacial averiada”, explica el portal oficial de la misión.
La nave ya estaba a unos 330 mil kilómetros de la Tierra. Con la fuente principal de oxígeno inservible, se abandonó de inmediato el objetivo inicial de la misión. Lo fundamental era que Lovel, Swiger y Haise llegaran vivos al planeta nuevamente. En ese momento, nadie tenía muchas esperanzas de que se consiguiera.
A pesar de que existían protocolos de emergencia, ensayados previamente durante años, la situación ameritaba un nivel de especialidad y calma pocas veces conciliables en escenarios así. A todas luces, la contingencia requeriría de atención en tiempo real. Cada segundo contaba.
Movimientos precisos
Arturo Campos diseñó previamente el plan para evitar catástrofes más allá de la estratosfera. Por ello, sólo él podía atender la emergencia de la misión Apolo 13. Según documenta la NASA, para garantizar que los 3 astronautas regresaran vivos a la Tierra, era necesario realizar movimientos precisos y calculados fríamente:
“[…] la energía eléctrica del módulo lunar al sistema de equipamiento de los módulos de comando y de servicio, dando a los astronautas energía suficiente para regresar a salvo”, explica la agencia.
Campos se había ganado el respeto de sus colegas por ser un ingeniero acertado. En cuanto llegó a la Sala de Evaluación de la Misión en el centro Johnson de la NASA, se dispuso a reescribir el protocolo que había diseñado. Literalmente, contrarreloj.
“Cuando me llamaron, volví a escribir el plan sobre la marcha”, se dice que fueron sus palabras. “Un año antes, había escrito procedimientos para esa eventualidad”.
Después de un par de horas, Arturo Campos consiguió reformular su estrategia para traer a los astronautas a salvo. Su equipo logró seguir las instrucciones al pie de la letra y a tiempo. Sólo así, fue que Lovel, Swiger y Haise consiguieron aterrizar sanos y salvos de vuelta en la Tierra. Sin Arturo Campos, la misión Apolo 13 hubiera terminado seguramente en un accidente fatal.
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