El edificio más sostenible es el que ya está construido
Escrito por Eduardo Souza
La reutilización de un edificio preexistente para nuevas actividades se conoció como reutilización adaptativa. La práctica ha sido ampliamente adoptada en los últimos años como una estrategia para tratar los espacios de una manera más económica, sostenible, práctica y eficiente. Dado que la reutilización adaptativa evita gastos relacionados con demoliciones y nuevas construcciones, se presenta como una solución capaz de satisfacer demandas urgentes, como para usos sociales, culturales y de vivienda. Además de ser una elección económica, realizar una intervención de este tipo es también una elección consciente para preservar la memoria asociada al edificio y al tejido urbano y social que ya están presentes. De hecho, esta es una preocupación coherente ya que el mundo enfrenta una crisis ecológica y climática.
“El edificio más sostenible es el que ya está construido”. Esta declaración fue hecha por el arquitecto Carl Elefante, y fue presentada en este artículo realizado en colaboración con los lectores del sitio. Allí se plantean algunas inquietudes en relación a la función real de la arquitectura en un mundo que cambia tanto. ¿Los espacios deben ser neutros, como grandes galpones que pueden recibir cualquier uso? ¿Deben los muebles y los elementos flexibles jugar un papel protagónico en la organización de los espacios de la mejor manera para determinados fines? Un ejemplo vivo fue la pandemia de COVID-19, donde el hogar tuvo que asumir múltiples funciones, como trabajo, ocio, estudio, deporte, etc. Además, la propagación del virus ha traído preocupaciones adicionales sobre la calidad del aire interior y las tecnologías antimicrobianas, que antes se dedicaban a espacios sanitarios.
Afortunadamente, ya existen varios productos disponibles en el mercado que permiten dividir fácilmente un espacio abierto en usos compartimentados más adecuados a las diferentes demandas programáticas. Inmediatamente vienen a la mente las paredes de drywall, que permiten crear tabiques con aislamiento térmico y acústico en pocas horas, y son fácilmente desmontables y reciclables.
De hecho, se debe prestar especial atención a los interiores de los proyectos, ya que el 90% de nuestro tiempo lo pasamos en interiores. Es fundamental asegurar una calidad ambiental interior confortable, productiva y saludable, siguiendo parámetros y prácticas de diseño bien regulados que consideren la temperatura, la iluminación, la contaminación acústica, la ventilación adecuada y la calidad del aire que respiramos. Esto último es especialmente importante porque, contrariamente a lo que podríamos pensar, la contaminación del aire es mucho mayor en interiores que en exteriores.
Se han desarrollado varios otros productos y tecnologías para aumentar la flexibilidad de los espacios y edificios, manteniendo la calidad, la durabilidad y la seguridad. Los edificios deben ser adaptables y deben permitirles adaptarse fácilmente a los cambios, pero también es esencial considerar los componentes en sus interiores para mejorar la calidad de vida en el interior, así como para ahorrar valiosos recursos naturales y económicos.
Fuente:
¡Suscríbete a nuestro newsletter! Recibe en tu correo las últimas noticias del sector de la construcción, medio ambiente, energías sustentables, arquitectura, turismo y más.
Encuentra y lee nuestra revista digital de este mes aquí.