El sector de la construcción es clave para la economía y la creación de empleo
Sin dudas, el sector de la construcción es un pilar fundamental para la activación económica y la edificación del futuro, y se trata de una industria en la que conviven métodos tradicionales y los desarrollos tecnológicos de última generación.
Los nuevos escenarios tras la crisis sanitaria y del petróleo que agudizan las cuestiones medioambientales, empujan a la industria de la construcción a replantear sus prácticas y a la incorporación de principios y estrategias que la hagan más coherente con las necesidades imperantes del planeta, siendo uno de los sectores más fuertemente involucrados con la creación de la infraestructura necesaria para poder fomentar un crecimiento económico sostenido.
A través de la construcción de carreteras, puentes, hospitales, viviendas y otras obras de infraestructura, se impulsa la inversión tanto pública como privada, generando una mayor cantidad de empleos y, por lo tanto, mayor bienestar para la población.
Adicionalmente, el sector de la construcción es uno de los principales motores de la economía puesto que, beneficia a numerosas ramas del sector industrial, entre las que destacan la industria del acero, hierro, cemento, arena, cal, madera y aluminio, así como a sectores de servicios afines como el alquiler de maquinaria para la construcción.
Inversión pública en infraestructura en pleno apogeo
Las crisis que estamos atravesando demuestran que, pese a que las inversiones del sector privado sean reticentes en momentos de incertidumbre económica, los gobiernos pueden avanzar con proyectos de infraestructuras, en particular porque los procesos de aprobación son más sencillos y rápidos, permitiendo acelerar la recuperación de diversos frentes socio-económicos.
Haciendo frente a un escenario de crisis
El sector de la construcción puede ser clave en la reactivación de las economías arrasadas por la crisis de la pandemia del COVID-19, la guerra en Ucrania y la crisis energética.
La inversión en infraestructura constituye una de las primeras medidas para poner en marcha el motor económico, ya que los gobiernos pueden estimular directamente la demanda y la creación de empleo, compensando la falta de gasto del sector privado.
Son varios los que sitúan a la construcción como palanca de la recuperación económica, tomando en cuenta que se trata de un sector que concentra intensivamente a la mano de obra, representando un 7,6% de la población mundial activa.
Otro aspecto destacable del impulso que promueve la construcción es su buen efecto de expansión a otros sectores de la economía. Cada proyecto, sin importar su envergadura, alcanza a beneficiar a las empresas locales pues generan demanda de mano de obra, materia prima, transporte, alojamiento, alimentos, y otros bienes y servicios.
Cada eslabón de los sectores involucrados en la construcción perciben en este periodo la influencia de la creciente inversión en materia de infraestructura y la perspectiva apunta a que la maquinaria de construcción esté activa día y noche para cumplir con los objetivos en los diversos frentes de la recuperación económica.
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