Efecto espectador : Experimento sociológico sobre responsabilidad social
Tiendes a sentirte más protegido en lugares concurridos y procuras evitar las calles más solitarias, ¿verdad?, como si el hecho de estar rodeado de personas te asegurara, de alguna manera, que si alguien intenta robarte o agredirte, los demás te ayudarán.
Sin embargo, la realidad es bien distinta: cuando estás en peligro, estar rodeado de gente no garantiza que recibas ayuda inmediata.
Esto es lo que pudo demostrarse en un experimento llevado a cabo en Londres, donde un actor fingía un desmayo en unas escaleras en medio de la muchedumbre que pasaba delante de él, sin prestarle auxilio. Puede parecer extraño, pues desde fuera uno puede pensar:
¿por qué tantas personas le ignoraban?,
¿nadie quería ayudarle?,
¿todos eran personas sin sensibilidad ni humanidad?
El hecho es que transcurrieron veinte minutos (y hasta casi treinta y cuatro cuando lo repitió otra actriz) sin que nadie se detuviese a socorrerles. Es lo que se conoce como el Efecto Espectador (Bystander Effect), un fenómeno psicológico por el que un individuo está más dispuesto a ayudar cuando hay pocos o ningún testigo, y siente que él es el único que puede auxiliar a la víctima.
Por el contrario, si hay mucha gente, se tiende a pensar que otro le ayudará, o que si no le han ayudado antes (siendo tantos) por algo será (no necesita ayuda, implica peligro, etc.). Entonces hablamos de “difusión de responsabilidad” para referirnos a la creencia o percepción de que la responsabilidad de ayudar está dividida entre todos los que están allí, lo que suele derivar en una situación de espectadores pasivos que ven sin “mirar”. Y como sentencia aquel dicho “el uno por el otro, la casa sin barrer”.
Es curioso como una persona que es empática, altruista y sensible puede omitir su ayuda a alguien que la necesita cuando se encuentra entre un grupo o masa de gente. Esto demuestra que es un error etiquetar a las personas en términos absolutos de “buenas” o “malas”, pues todos lo individuos pueden mostrar conductas más o menos solidarias en función del contexto social en el que se encuentren.
Y ahora que contamos con la información, aprovechémosla para reflexionar. Si todos esperamos a que sea otro el que haga las cosas, podemos caer en una pasividad recalcitrante, deambulando por la vida como si los problemas o necesidades de otros fueran simplemente expuestos en un escaparate que miramos y olvidamos.
Si todos pensamos que nuestra contribución es mínima, en medio de tantas personas como somos en el mundo, podemos hacer desaparecer el compromiso y la responsabilidad social.
¿Qué crees que hubieras hecho en esa situación?
¿Qué hubieras pensado al ver a alguien así?
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