La inversión productiva en México se redujo en 1.5% al terminar el 2017, revelando la primera y la mayor caída en la inversión fija bruta desde 2013. La debilidad que caracterizó a la construcción durante todo el año fue el factor que terminó por limitar el crecimiento de la inversión fija en general.
Fuente: El Economista/ Thamara Martínez Vargas
La inversión fija bruta cayó en 2017 por primera vez en cuatro años, la debilidad en el sector de construcción, tanto residencial como no residencial, afectaron la inversión productiva total.
Al cierre del año la inversión en construcción descendió 3.7% en cifras acumuladas, con este resultado el 2017 representó el segundo año de caídas consecutivas para el sector. Desde 2016 la construcción fue afectada por la baja en obras no residenciales, relacionadas sobre todo con obras públicas, pero en 2017 tanto las obras residenciales como las no residenciales se debilitaron.
La construcción a cargo del sector público agudizó su disminución y se redujo casi 8% al finalizar el año, enmarcando la mayor caída para estas obras en 16 años. El sector residencial, por su parte, moderó su avance con una tasa de 1.2%, por debajo del 4.2% reportado en 2016. Los recortes al gasto público y el entorno de incertidumbre que reinó durante el año derivaron en menor dinamismo para las inversiones en esta rama.
Capital fijo también baja
El gasto que se realizó en el transcurso del año en maquinaria y equipo también perdió fuerza. La renegociación del TLCAN y las preguntas que ha generado sobre cuáles serán los sectores que modificarán sus condiciones de intercambio comercial con Estados Unidos ha provocado que varios proyectos de inversión se posterguen hasta tener certeza de las nuevas clausulas del tratado.
Lo anterior se reflejó en el alza de 1.5% en la inversión en maquinaria y equipo, el resultado más modesto para la inversión en capital fijo desde el crecimiento nulo que reportó en 2013. Las compras de maquinaria y equipo de origen nacional incluso disminuyeron marginalmente, con una variación de 0.3% en el acumulado del año.
Por el contrario, la importación de bienes de capital se revitalizó, a pesar de la depreciación del peso. Al cierre del año este renglón reportó un incremento de 2.8%, arriba del aumento de 0.3% que registró en 2016.