Una inversión de 412.4 millones de pesos se alista para Tulum con la construcción de un nuevo desarrollo turístico-residencial de 26 hectáreas a cargo de la firma Palmares del Country, la cual inició trámites de permisos federales para la construcción de 755 cuartos hoteleros y dos lagunas artificiales en la zona de Xcacel-Xcacelito, santuario de tortugas marinas.
Fuente: El Economista/ Jesús Vázquez
- El desarrollo turístico-residencial contempla la edificación de 755 cuartos y dos lagunas artificiales en la zona de Xcacel-Xcacelito.
El proyecto se denomina Plan Maestro La Calma Eco Resort Luxury y la empresa refiere que “se contempla una inversión estimada de 21.7 millones de dólares a una tasa de cambio de 19.00 pesos por dólar, misma que se ejercerá de acuerdo con el programa de trabajo y una vez que se cuenta con la autorización correspondiente en materia de impacto ambiental. La inversión se aplicará en un plazo de ocho años, cuyo origen es capital privado ejercido por el mismo propietario del predio y promovente del proyecto”.
El monto parcial que se estima por cada concepto de obra es: 44.3 millones de pesos para vialidades; 5.9 millones para lagunas artificiales; 74.7 millones para equipamiento; 211 millones para edificaciones (cuartos hoteleros); 59 millones para obras recreativas; 11.6 millones para obras de servicios y 6 millones de pesos para obras de jardinería, añade la firma promovente.
Palmares del Country agrega en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que se trata de un desarrollo turístico que valorará los ecosistemas presentes y aplicará criterios de sustentabilidad en la infraestructura, contemplando la disponibilidad de agua, manejo de residuos, así como diseños arquitectónicos compatibles con el entorno ambiental y social.
En el documento, la propia compañía reconoce que parte del predio a impactar se encuentra dentro de los límites del Programa de Ordenamiento Ecológico de la Región denominada Corredor Cancún-Tulum, dentro de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) Cn57 con una política de conservación.
Otra porción del polígono (0.87 hectáreas, se ubica dentro de la UGA An55, la cual tiene política de protección, donde se permite el turismo como uso de suelo condicionado, “con restricciones para la edificación”.
La parte en donde están prohibidas totalmente las edificaciones se usarán para “practicar actividades de campismo, rutas interpretativas, observación de flora y fauna y paseos fotográficos”.
En la zona aprovechable del polígono, la compañía asegura que la densidad neta autorizada —indicador resultante de la división del número de cuartos entre una superficie de 1 hectárea— es de 30 cuartos por hectárea.
“Una vez establecido el uso de suelo y la superficie de aprovechamiento permitidos en 25.18 hectáreas del predio, se procedió a determinar el número de cuartos hoteleros, multiplicando 25.18 hectáreas por 30 cuartos/ha, lo que da como resultado un total de 755 cuartos hoteleros y que por norma deben construirse dentro de las 3.78 permitidas para el desplante de la vegetación”, se lee en la MIA.
IMPACTO AMBIENTAL
La empresa reconoce que al tratarse de una zona de anidación de tortugas marinas, “los usos del suelo en las áreas adyacentes a las playas de anidación de tortugas estarán sujetos a autorización de impacto ambiental que demuestre la no afectación de las nidadas”.
El proyecto fue ingresado a evaluación ambiental el pasado 19 de febrero, por lo que aún resta que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales lo evalúe y determine si es viable en materia ambiental.