Algunas medidas de la reforma de Donald Trump pueden ser aprovechadas por compañías con sede en México y operaciones en aquel país.
Nota del editor: Esta nota fue publicada originalmente en la edición 1231 del 01 de abril de la revista CEO Expansión
CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) – Cuando el congreso de Estados Unidos aprobó en diciembre de 2017 la reforma fiscal, que anunció con bombo y platillo Donald Trump, se encendieron las alarmas en México. La iniciativa tributaria más importante de ese país en los últimos 30 años pretende atraer nuevas inversiones y evitar que su industria busque proyectos fuera de su territorio.
Para Trump, representa la mayor victoria de su administración, con una baja de impuestos por 1.5 billones de dólares en su presupuesto.
El núcleo de la reforma fiscal es un recorte a la tasa del impuesto corporativo de 35% a 21%, vigente a partir del 1 de enero de este año. Antes de esta fecha, la tasa corporativa de 35% era la más alta entre los países miembros de la OCDE, con un nivel promedio de 22.5%.
Pero, según expertos en impuestos de las firmas de consultoría KPMG, EY y Deloitte, la disminución de la tasa corporativa podrá también favorecer a empresas mexicanas con operaciones en ese país, a la industria manufacturera, servicios de distribución o proveeduría del sector automotriz.
De acuerdo con los especialistas, otras tres medidas contenidas en la reforma pueden tener un impacto positivo en las empresas establecidas en México: la aplicación de una menor tasa de impuestos por ingresos de intangibles –actividades que aportan valor a los procesos de producción–, la deducción de inversiones y la repatriación de capitales.
Hay reglas contenidas en la reforma, sin embargo, que no resultarán tan favorecedoras, como el llamado Impuesto de Erosión Base y Antiabuso (BEAT, por sus siglas en inglés), que anteriormente no se cobraba en Estados Unidos. Éste gravará pagos realizados a subsidiarias o partes relacionadas, por conceptos de intereses, intangibles, servicios e inversiones en activos fijos, que se pretendan deducir en ese país. Aplica sólo para aquellas corporaciones con ingresos superiores a 500 millones de dólares.
1.- Tasa del impuesto corporativo
Beneficia a las compañías mexicanas con operaciones en Estados Unidos, puesto que la tasa corporativa contenida en su reforma fiscal, que equivale al Impuesto Sobre la Renta (ISR) de México, cae de 35 a 21% a partir del 1 de enero de este año.
“Si tú (como empresa mexicana) quieres penetrar más el mercado americano, tener una presencia más cercana con tus clientes con inventarios de productos en EU, con distribución, vas a tener una presencia fiscal y obtienes ese beneficio”, explica Koen van´t Hek, socio de impuestos internacionales de EY.
Las empresas mexicanas deberán tomar en cuenta que, además del impuesto corporativo federal, hay impuestos estatales. Por ejemplo, California, que cobra una tasa corporativa de 8%.
2.- Impuestos por ingresos de intangibles
Esta norma pretende que las empresas inviertan en productos y servicios que generan valor agregado en EU, por lo que el impuesto que grava esas actividades se reduce desde 35 a un 13.125%.
avorece a sectores como el de telecomunicaciones, medios, y lo relacionado con la propiedad intelectual, marcas, patentes o desarrollo de know-how, explica Manuel Rico, socio de Impuestos de KPMG.
“La manufactura que se hace en México y se distribuye en la Unión Americana está revisando si realmente es necesario que se realice en México. Funciones de calidad, de diseño, se puedan reubicar en Estados Unidos porque es, precisamente, lo que está buscando la reforma americana, trasladar estas funciones, que son las que generan un mayor valor”, menciona.
3.- Deducciones de inversiones
La reforma fiscal de EU establece una deducción inmediata de las inversiones que se lleven a cabo en activos fijos nuevos y usados, adquiridos desde el 27 de septiembre de 2017.
“Se trata de inversiones en fierros; no quiere decir que en México no existan disposiciones que permiten deducciones aceleradas, pero tenemos otras restricciones”, explica Eduardo Barrón, socio de Impuestos de Deloitte.
Por lo general, están sujetas a limitantes, como la ubicación del proyecto de inversión o deducciones graduales, mientras que en EU su efecto es inmediato.
Si como empresa mexicana eres intensiva en capital, probablemente tiene sentido establecerte allá. “Depreciaciones inmediatas con deducciones adicionales te podrían llevar a la conclusión de que invertir en EU es buena idea”, dice.
4.- Repatriación de capitales
Hasta diciembre del año pasado, las compañías estadounidenses procuraban que sus subsidiarias mantuvieran sus utilidades fuera de Estados Unidos, pues pagaban un impuesto por repatriación de capitales de 35%, explica Rico, de KPMG. Con la reforma fiscal de EU, los inversionistas pagarán una tasa de 8%, amortizable en ocho años.
“Es una repatriación obligatoria, a una tasa reducida, que, obviamente, va a incentivar que esos recursos se vayan para allá”, advierte.
La holding de EU con subsidiaria en México evaluará la repercusión de repatriar sus utilidades vía dividendos, reducciones de capital, entre otras, si tiene o no la capacidad financiera de realizar el pago. “Si en México ese capital no está invertido, paga un impuesto de 30%. Tiene sentido llevárselo”, dice Rico.
5. Las ganonas de la reforma
La industria mexicana que obtendrá el mayor provecho de la reforma fiscal de EU será la de bebidas alcohólicas. El Consejo Regulador del Tequila (CRT) indica que el impuesto que aplica a la venta de licores en EU disminuirá hasta un 80% en un periodo de dos años, favoreciendo a los productores e importadores de este destilado.
“Los productores y exportadores de tequila y mezcal, por ejemplo, van a pagar menos de este impuesto al fisco estadounidense, por lo que pueden vender más barato su producto, o venderlo (al mismo precio) y quedarse con una mayor utilidad”, explica Koen
van´t Hek, socio de EY.
El experto indica que el impuesto que aplicará a productores de marcas como Sauza o Herradura o a pequeños y medianos productores es el Ex Cife Tax, semejante al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios que se cobra en México.
A partir del 1 de enero de este año, el gravamen a las bebidas alcohólicas será en función del volumen, no del precio, cuando anteriormente tenía una tasa fija de 13.5 dólares por galón proof (medida de galón a 40% de volumen de alcohol).
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