Fuente: Milenio/ Adyr Corral
- Estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN obtuvieron el primer lugar del concurso del Colegio de Arquitectos, por su proyecto de una vivienda emergente, que puede ser instalada en cualquier terreno.
El proyecto “Viv.E” consiste en un espacio provisional para albergar a población damnificada tras un sismo, toma en cuenta las necesidades básicas de una persona en una situación de esas dimensiones al brindarle un espacio tranquilo para dormir y comer, mientras se regulariza su situación tras el desastre.
Se compone de una estructura ligera, plegable, segura, resistente a cualquier clima, por los materiales empleados resiste lluvia o incluso granizo. Es de fácil transportación y construcción in situ, además de ser apta para montarse en cualquier tipo de superficie, es decir, todo terreno.
Es habitable en cualquier época del año, gracias a que el diseño permite que el aire circule constantemente en condiciones de calor y viceversa que se conserve el calor en época de frío, además se consideró el aprovechamiento de la luz natural para disminuir la demanda de generación eléctrica durante el día.
“Con esta combinación de materiales livianos, pero resistentes, se logró un diseño que ofrece privacidad y seguridad emocional a la familia que sufre una catástrofe, ya que por ejemplo en caso de sismo las réplicas también suelen ser peligrosas, pero los usuarios podrán estar seguros en esta vivienda mientras esperan una solución definitiva”, destacó Manuel García Zayas, catedrático de la ESIA Tecamachalco.
Más del tema: Construirán prototipo de casas antisísmicas en CdMx Tras sismo, fíjate en estos detalles antes de comprar casa El “Viv.E” también incluye un protocolo ante catástrofes a considerar por los usuarios, en una etapa previa al desastre es necesario contar con viviendas emergentes diseñadas, construidas y almacenadas para cualquier eventualidad, explicaron los ganadores del concurso.
Posteriormente, tras ocurrir una tragedia, se requiere levantar un censo de daños en viviendas colapsadas o dañadas, diseñar la gestión y construcción de la vivienda emergente, buscar subsidios de materiales para dicha vivienda. Una vez que el peligro haya pasado y la casa dañada esté en condiciones de ser nuevamente habitada, o se consiga un nuevo espacio seguro para habitar, se retira la vivienda emergente y se mantiene lista para cualquier otra eventualidad, como replicas o futuros sismos, los cuales son imposibles de predecir.
La propuesta ganadora estuvo a cargo de los alumnos de la ESIA Tecamachalco, Jenifer Rubí Pazos de la Cruz, Myriam González Crisóstomo, Daniel Flores Corona, Víctor Cruz López y Edwing Jiovanny Martínez de la Cruz y fue asesorada por el profesor García Zayas.