Si pensamos que vamos bien, pues así será, por el contrario, si pensamos que nos irá mal, mal nos irá.
Si se están haciendo bien las cosas, si se están generando beneficios a los muchos y no a los pocos y se están imponiendo actitudes para ir transformando lo de antes a lo de ahora y, si se dan pasos que avanzan más rápido que lo acostumbrado, este país será otro a mediano plazo, aunque se diga que un sexenio es poco para recuperar a una nación que anhela bienestar y paz.
Ha sido una infamia, lo de los ex presidentes que permitieron que consorcios internacionales de energía, petróleo, trenes, telefónicas y demás financieras y, con las privatizaciones se beneficiaran a su amparo, pavimentando un camino para llegar a los consejos y recibir con esta maraña, pagos por las prebendas otorgadas; como que oigo señor ex presidente: “Le daremos un asiento por cuatro años como consejero, con las debidas y holgadas prestaciones económicas, suficientes para pagarle sus favores”.
Qué pena y vergüenza da que pida debatir uno y el otro, haciendo a un lado las diferencias, le apoya tal demanda, tan en el atolladero están ambos que no haya cómo salir y, aún quieren que se les reconozca como señorones de la política. Ante tanta suciedad aún demandan respeto y que se les rinda pleitesía, no lo merecen, que arrogancia.
Cito lo que dijo el Presidente Andrés Manuel: “Yo no voy a debatir, no, no, no… yo lo único que dije es que ex presidentes, porque también lo hizo Zedillo… lo tengo que plantear, siempre digo lo que pienso. No creo que deba de callar como momia”, justificó respecto a Calderón quien pedía debatir en donde sea con él y yo digo que Calderón para el verbo es bueno y para deshonrar también.
Nada se justifica, nada se perdona a aquel que por diversas razones, no naturales, con los votos limpios de la gente y llega al poder con dinero sucio, que ensucia sus manos, aunque diga que las tiene limpias, esas manos robarán para pagar a los que le ayudaron y para sí mismo y se le incrementará en su gobierno la gula por el dinero ajeno, eso es lo que siempre ha pasado.
En realidad, yo digo, que es fácil gobernar y administrar recursos ajenos, en este caso los de la nación que somos todos, siempre y cuando el que llega, no llegue con compromisos ajenos al pueblo, que abandere y promueva un gobierno humanista y de honradez a toda prueba.
Por lo tanto, no estará en desacuerdo con lo que el presidente ha expresado en algunas ocasiones, “Deseo que el pueblo siempre tenga las riendas del poder en sus manos o de que el pueblo pone y el pueblo quita y es el único soberano al que debo sumisión y obediencia”.
Acá en Sonora, el gobierno promueve vender estadios de béisbol para solventar el quebranto del fondo de pensiones de los empleados y trabajadores del estado e instituciones que convinieron la prestación de los servicios de salud y el tener a la mano un ahorro en el fondo de pensiones para su jubilación.
La comunidad de Hermosillo y de Ciudad Obregón, me parece, que no están de acuerdo en la venta del Héctor Espino y del Tomás Oroz, estadios de esas localidades, pues es de su parecer que se rehabiliten y vuelvan al servicio de la sociedad y no se destine el recurso de la venta a tapar un hoyo producto de la corrupción.
Libre anda ya, uno que ha sido parte de este quebranto, como lo han sido anteriores a él, pero éste, como un bravucón, expresó lo que ya saben, ¿A qué se atiene?; ¿quién le ayudó a llegar sabe’
¡Convocar a un nuevo constituyente para una nueva constitución, será ideal de la nación!