La industria de la construcción es una de las principales consumidoras de acero en el país; con la imposición de aranceles por parte de México, se prevé una afectación de 3.0 por ciento en los costos de los materiales, adicional a un repunte de 7.0 por ciento que se tiene contabilizado hasta mayo de este año.
Fuente: La Razón/ Berenice Luna
Alerta que con esta medida se ajusta a la baja el crecimiento estimado para el sector; alza de precios podrá ser trasladada a los clientes del sector residencial
En entrevista con La Razón, Eduardo Ramírez Leal, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), señaló que hasta el cierre de 2017 se tenía contabilizado un consumo de cerca de 29 millones de toneladas de acero; de las cuales, 61 por ciento fue para el sector de la construcción.
Aun cuando el representante de la cúpula aplaude la medida que tomó el país para contrarrestar los efectos de los aranceles que impuso Estados Unidos, señaló que esto se suma a las complicaciones que genera la volatilidad en el tipo de cambio, que ha depreciado la moneda nacional de manera importante en los últimos días, por lo que en su conjunto, estos factores afectarán el crecimiento estimado para la industria en 2018 y sólo esperamos un repunte de entre 1.5 y 2.0 por ciento.
“Los aranceles son un tema más que nos complica para el crecimiento que teníamos proyectado para el cierre de este año; venimos de un 2017 con un decrecimiento de 1.5 y esperábamos este año tener un repunte de entre 1.5 y 2.0 por ciento; pero los panoramas están siendo adversos por varias razones”, refirió.
La industria de la construcción abarca a empresas de todos tamaños, las cuales, al verse acorraladas por el incremento en los costos, podrán comenzar a trasladarlos a los usuarios finales.
Con datos del Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (Ceesco), se señala que las utilidades que perciben las constructoras por obra ascienden a 7.0 u 8.0 por ciento del costo final de la obra; en tanto que los materiales representan, en ocasiones, hasta 60 por ciento. Con un posible incremento de 10 por ciento en los costos de los materiales, la utilidad quedaría entre 2.0 y 3.0 por ciento.
“Estos incrementos están consumiendo de la utilidad alrededor de 2.0 o 3.0 por ciento, porque somos prestadores de servicios, y esto, si nos impacta en nuestros costos, nosotros estaremos reflejando dichos incrementos en los precios a nuestros clientes públicos y privados”, estimó Eduardo Ramírez, presidente de la CMIC.
Por su parte, Ricardo Trejo, director general de la consultora en construcción Forecastim, también coincidió en que otro reto que podrá hacerse más agudo con los gravámenes anunciados es el relacionado con la inflación, ya que si bien el índice nacional de precios al consumidor ha reportado una disminución importante en los últimos cinco meses, aún no se puede determinar que ya pasó el peligro.
“Una de las causas que pueden afectar a la industria es la inflación; el hecho de que Estados Unidos haya impuesto los aranceles no quiere decir otra cosa más que los costos de los productos van a subir”, especificó.
Según sus estimaciones, el impuesto que anunció México afectó a 45 divisiones arancelarias en materia de acero y de las cuales, la mayor parte de ellas incide directamente en la industria de la construcción, situación que además afectará a otras industrias.
En entrevista, Trejo Nava mencionó que un ejemplo claro de ello es que los tubos de acero sirven, principalmente en la construcción de obras de infraestructura para instalaciones de petróleo o gas, lo cual afectaría a otro sector, como el energético.
“… Un caso muy particular son los tubos de acero que impactan directamente a la industria de la construcción de obras para instalaciones de petróleo o gas o de energía eléctrica; éstos estarían afectando a las dos industrias… podemos decir que es una caída en cascada y que en el caso de la industria energética también estaría afectando a los consumidores o simplemente se detendrán las obras”, ahondó el especialista.
En específico, la industria de la construcción y la industria automotriz son las que más consumen estos insumos; en el primer caso, los subsectores que más estarían viendo incidencias serían las obras de edificación de vivienda y la de no residencial, como las obras comerciales, industriales y corporativas.
Sin embargo, para las obras de infraestructura o civiles también significarán una repercusión. En general, el 60 por ciento de la demanda de acero es por parte de las construcciones residenciales y no residenciales; en tanto que 40 por ciento restante lo hacen las obras civiles.
El Dato: La industria de la construcción y el sector automotriz en México son los que más compran acero para vivienda y obras.