Cómo descubrieron desde el espacio una enorme colonia de pingüinos en la Antártida
Los Islotes Peligro forman un archipiélago compacto en la punta de la península. Fue un descubrimiento increíble que fue posible gracias a la tecnología.
Un equipo de científicos se toparon con un enorme grupo de pingüinos adelaida previamente desconocido en el punto más al norte de la Península Antártica.
La población de más de 1,5 millones de aves fue descubierta gracias a fotografías tomadas desde el espacio en las que se veían grandes parches de sus heces o guano.
Los animales están amontonados en un archipiélago rocoso llamado Islotes Peligro.
Los investigadores, que detallan el descubrimiento en la revista Scientific Reports, dicen que el hallazgo es toda una sorpresa.
“¡Es un caso clásico de encontrar algo donde nadie lo estaba buscado! Llegar a los Islotes Peligro es difícil, así que nadie realmente lo intentó”, le dijo a la BBC el miembro del equipo Dr. Tom Hart de la Universidad de Oxford, Reino Unido.
Los científicos utilizaron un algoritmo para buscar entre las imágenes de la nave espacial estadounidense Landsat lugares de posible actividad de pingüinos.
Landsat no da imágenes de alta resolución de manera que, cuando el sistema señala posibles colonias, deben tomarse imágenes mucho más nítidas para confirmar la información.
“El tamaño de lo que estábamos viendo nos dejó sin aliento“, dijo la Dra. Heather Lynch de la Universidad de Stony Brook, Nueva York.
“Pensamos: ‘¡Wow!’ Si lo que estamos viendo es cierto, esta será unas de las colonias de pingüinos adelaida más grande del mundo, así que valdrá la pena enviar una expedición para contarlas correctamente”.
Pero, como su nombre lo indica, es notoriamente difícil llegar a los Islotes Peligro.
Incluso en el verano austral, el océano que rodea el archipiélago está lleno del tipo de hielo marino espeso que los barcos siempre tratan de evitar.
Sin embargo, en diciembre de 2015, el equipo logró llegar para comenzar su conteo. Y una de las técnicas más efectivas fue desplegar drones, que sobrevolaban las aves para hacer mosaicos grandes de los sitios donde anidaban.
“El dron puede volar en una cuadrícula sobre la isla, tomando fotografías una vez por segundo. Luego puedes unirlas en un enorme collage que muestra toda la masa terrestre en 2 y 3 dimensiones”, explicó el profesor Hanumant Singh de Universidad Northeastern, EE.UU.
Luego utilizaron software capacitado para hacer el recuento real.
El estudio reveló que los Islotes Peligro albergan un total de 751.527 parejas de pingüinos adelaida, incluida la tercera y la cuarta colonias más grandes del mundo.
El resultado es de gran importancia porque al parecer en el archipiélago las colonias de adelaida no han sufrido las recientes bajas documentadas en otras partes de la península, particularmente en su lado occidental.
Los científicos sospechan que la disminución tiene algo que ver con las reducciones en el hielo marino, que es un hábitat importante para el kril, los pequeños crustáceos que son clave en la dieta de los pingüinos.
“En la Península Antártica Occidental, los pingüinos adelaida y barbino están disminuyendo rápidamente, mientras que los pingüinos gentú están aumentando”, comentó Hart.
“Es difícil saber las causas. Claramente, el cambio climático y la reducción del hielo y el kril juegan un papel importante, pero la disminución del hielo marino también permite el transporte marítimo, en particular la pesca, lo que puede agravar el problema.
“Eso lo hemos visto en el pasado en la Península Antártica Occidental. Poder llegar a los Islotes Peligro y contar los pingüinos confirma cuán robustas son las poblaciones donde el hielo está intacto“.
“El otro punto que vale la pena resaltar -agregó Lynch- es que estas islas son muy apropiadas para que las incluyan en un par de áreas marinas protegidas que se están proponiendo”.
“No sabemos si lo harán, pero al menos ahora quienes toman esas decisiones sabrán cuán importante es esta área”, le dijo a la BBC.
El Dr. Peter Fretwell de British Antarctic Survey, quien conoce al equipo pero no participó en este estudio, también usa satélites para identificar y contar grupos de animales.
“A pesar de cuán tecnológicamente avanzado es el mundo moderno, todavía hay rincones remotos de los que sabemos muy poco, generalmente porque son extremadamente difíciles de alcanzar”, subraya.
“Los satélites modernos son herramientas fantásticas para explorar y estudiar esos lugares de difícil acceso. Estoy seguro de que hay muchos otros descubrimientos naturales que se pueden hacer utilizando esos ‘ojos en el cielo’“.