¿Cómo superar el miedo a la pandemia del Coronavirus?
En los últimos días y con motivo de la aparición del coronavirus, he experimentado un cúmulo de experiencias que jamás había vivido y que imagino se pueden parecer a situaciones propias de las catástrofes o incluso guerras.
Hacer la compra y que no haya productos por agotamiento -especialmente los no perecederos-, ir a la farmacia y que no haya antiséptico o mascarillas por desabastecimiento, robos de materiales en los hospitales, servicios de transporte vacíos, parada de consumo… y me pregunto, y esto, ¿por qué se produce si no estamos ante una catástrofe o en guerra?
Mi respuesta es… POR EL MIEDO.
¿Qué es el miedo?
El miedo o temor es una emoción que se basa en un intenso sentimiento provocado por la percepción de un peligro, real o imaginario, presente o futuro.
El miedo o temor es una emoción que se basa en un intenso sentimiento provocado por la percepción de un peligro, real o imaginario, presente o futuro.
El miedo es una emoción básica, innata, universal y necesaria que nos permite la supervivencia cuando hay un verdadero peligro. Pero hay que tener en cuenta que el miedo deja de ser adaptativo cuando el peligro no es real o incapacita a la persona.
¿Qué es el pánico?
El pánico es el miedo extremo del terror producido por la amenaza de un peligro inminente, y que con frecuencia es colectivo y contagioso. Es una reacción colectiva de mucho miedo, que se manifiesta en reacciones de la población instintivas o primitivas, que se pueden denominar como de ‘fuga loca’, es decir de fuga sin objetivo, desordenada, o con violencia.
¿Qué ocurre en nuestro cerebro ante el miedo?
El miedo es una respuesta que activa nuestro cerebro ante una posible amenaza. Esta emoción provoca cambios en el cuerpo, en los pensamientos y en la conducta. Las posibles respuestas ante el miedo son: la lucha, la huida o la parálisis.
El miedo activa una compleja red cerebral de envío de mensajes con el fin de evitar la amenaza. Tu cuerpo adopta las medidas necesarias para protegerse del peligro.
Por ejemplo, si ves que un coche va a atropellar a un niño que va andando por la carretera, tu cerebro activa áreas del cerebro que van a permitir la respuesta, poniendo tu cuerpo en acción: aumento de la frecuencia cardiaca, de la presión sanguínea, de la tensión muscular, de la sudoración para así poder sacar al niño rápidamente de la carretera o gritar para que el conductor pare el coche o lo que sea oportuno.
Esta respuesta de miedo te podría salvar la vida (o, en este caso, le salvaría al niño); pero también puede convertirse en problemática si a partir de aquel suceso dejas de salir a pasear incluso sabiendo que ya no existe ningún peligro.
La historia se repite
El miedo y el pánico ha sido siempre la primera humana reacción a las terribles pandemias. Un miedo súbito que nubla la razón, al que le suele seguir la huida.
Durante la alerta sanitaria de abril de 2009, la epidemia de influenza humana o Gripe A (H1N1) provocó la muerte de casi 19.000 personas y afectó la salud emocional de mundo y especialmente de EEUU y México. Las compras de pánico, la negación de los hechos, críticas mordaces y desobediencia a las recomendaciones que hicieron, fueron sólo una forma de manifestar el temor de la gente ante la posibilidad de enfermar, e incluso de morir.
Lo que vemos con la pandemia de coronavirus sólo 10 años después es prácticamente lo mismo. La negación inicial de los hechos, las compras de pánico, la desobediencia a las recomendaciones -por ejemplo, las movilizaciones a otros lugares, robar material sanitario, acudir o llamar masivamente a las urgencias de los hospitales- son actuaciones movidas por temor de la gente ante la posibilidad de enfermar e incluso de morir que pueden producir acontecimientos devastadores en la sociedad e incluso contraproducentes como expandir el virus masivamente o colapsar el sistema sanitario, desproteger al personal sanitario, desabastecer al país de los alimentos y productos necesarios…
Los efectos devastadores del miedo
Los efectos de nuestro miedo pueden ser más devastadores que la propia pandemia en sí. El miedo está siendo capaz de generar que se produzca una crisis social y económica mundial.
Solo como ejemplo personal, estos días los pacientes que vienen a consulta están más ansiosos, hipocondríacos, con ataques de ansiedad y, en definitiva, con un aumento significativo de la sintomatología general.
¿Qué hacer ante el miedo?
La recomendación en situaciones como la que estamos viviendo ahora es:
- Seguir las indicaciones de los profesionales de la salud.
2. Seguir las recomendaciones oficiales de las autoridades.
3. No dejarse llevar por el pánico y mantener la calma.
4. Tener una rutina a pesar de las nuevas restricciones.
5. Parar el pensamiento rumiativo u obsesivo focalizando tu atención a otros asuntos que no tengan que ver con el tema.
6. No regodearse en las noticias de la pandemia observando constantemente el telediario, las noticias de los periódicos o en conversaciones con nuestros familiares o conocidos.
7. Si fuera posible, tener actividad física, leer, hacer actividades agradables.
8. Si tiendes a la hipocondría o a la ansiedad, realizar ejercicios de relajación y respiración profunda y seguir con tu tratamiento psicológico y/o psiquiátrico habitual a través de videoconferencia si prefieres o tienes que aislarte.
9. No dejarte llevar por los “bulos” e informarte en fuentes oficiales.
10. Pensar no sólo en el bien individual sino en el bien común.
Sofía Carriles Cervera
Psicóloga
sofia@emdrexpertos.com
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