El mexicano que diseñó el lujoso metro de Qatar
Daniel Rodríguez Escobar, quien es el único extranjero que trabaja como Industrial Design Office Manager de la compañía japonesa Kinkisharyo, y radica desde hace más de 20 años en Osaka, Japón, fue el encargado de diseñar el metro de Doha, en Qatar, la ciudad que este mes recibirá a miles de visitantes para el Mundial de Fútbol. Por este proyecto recibió premios internacionales, como el Red Dot Design Award y el iF DESIGN AWARD 2017.
Este talentoso mexicano salió Universidad Iberoamericana y explicó en una entrevista para AD Magazine algunas de sus experiencias en la construcción del metro de esa ciudad.
El punto de partida
El reto era iniciar desde cero porque la mayor urbe de Qatar está en desarrollo: “si diseñas un metro para Londres, Berlín o Tokio hay antecedentes, hay un estilo definido, hay ciertas reglas que debes seguir, y con ellas puedes entender lo que tienes que hacer; en este caso, nosotros somos los que íbamos a definir estas reglas”.
Otro punto del que debe partir todo proyecto es conocer bien el lugar. Qatar se encuentra en Medio Oriente, cerca de El Cairo, Dubai y Kuwait; pese a ser un país pequeño, cuenta con uno de los ingresos per capita más altos del mundo —se ubica en la posición 13 del ranking que suma a 196 países—tiene la tercera reserva de gas natural más grande del mundo, cuenta con petróleo y ha invertido en diversos negocios.
Lo indispensable
Las y los cataríes forman una de las sociedades más acaudaladas del mundo. Son grandes consumidores de marcas de lujo, pero existe una dualidad muy importante entre su riqueza económica y su cultura porque son un país islámico muy cuidadoso de sus tradiciones.
Para la compañía Qatar Rail era muy importante incluir detalles de su cultura en la creación de su metro y esto se debe a que “hay muchos extranjeros viviendo en Catar y solamente el 12% son cataríes y los números demográficos van en caída; étnicamente no van a poder conservar su identidad, están determinados a defender su cultura a como dé lugar y esa es una de las cosas que más nos pidieron en este proyecto”.
El diseño exterior
Se presentaron varios conceptos y el que eligió Qatar Rail fue “Al Faras”, que son unos caballos árabes muy valorados en el ámbito de la equitación por su rapidez e inteligencia acorde al diseño del metro que “va a ser el tren automatizado más rápido del mundo y tan inteligente que no necesita conductor”.
La manera en la que resolvió que el diseño fuera acorde a la cultura del lugar sin elevar los costos fue inspirándose en patrones geométricos para que las ventanas fueran únicas. “Cambió por completo la imagen; lo combinas con un gráfico especial y de pronto ya tienes un tren completamente diferente a cualquier otro en el mundo. De donde se vea, se sabrá que este es el metro de Doha”.
El diseño interior
Sobre el diseño interior, Daniel Rodríguez señala que tanto en Japón como en Medio Oriente las personas de cualquier estrato social viajan en metro y por ello la calidad que tienen sus vagones y la atención al detalle por parte de los usuarios es mayor.
El convoy se diseñó con 3 vagones y Rodríguez menciona que se trata de un tren completamente automatizado —el frente no tiene cabina, no hay conductor—, que el exterior se puede ver en primer plano y que el barandal está pensado para que las personas de cualquier estatura puedan tener un buen agarre sin ningún problema.
Con relación a la clase de lujo (el tren está dividido en tres zonas según el costo), el diseñador mexicano se tuvo que adaptar a la cultura del lugar porque originalmente propuso asientos tipo europeo en el que viajaría un usuario en la ventana y otro en el pasillo, pero en Qatar Rail le dijeron que “si alguien se sienta en la ventana tendrá que pedir permiso para salir o para entrar y eso causa tensión”.
Para resolverlo, Daniel recuerda “fuimos a ver la cultura local y estudiamos algo muy interesante: en la cultura musulmana, una persona de afuera no puede entrar a la casa y todas las casas, todos los edificios de oficinas, tienen una sala de reuniones en el que todos los asientos dan hacia el centro, de manera que todos se ven la caras para fortalecer la sensación de comunidad. Ese fue el diseño que tomamos en cuenta para la sección ‘Gold Club’ —o sea, la sección de lujo del tren—”.
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