El próximo gobierno deberá comprometerse a impulsar la inversión en infraestructura, fortalecer las reformas estructurales y mejorar el bienestar de las familias, indicó ayer el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
Fuente: La Jornada/ Julio Reyna Quiroz
El objetivo principal para los plazos mediano y largo es el bienestar de la población. Evidentemente esto se puede lograr con más inversión y certeza jurídica, afirmó el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial, el ente cúpula del sector privado.
En un análisis económico, el Ceesp criticó que la deuda total del país, medida en el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, habrá crecido 80.7 por ciento al cierre del actual sexenio, y que la inversión es uno de los factores relevantes para el crecimiento que más han sido afectados en los recientes seis años. Expuso que la inseguridad, la impunidad y la corrupción representan una camisa de fuerza para la actividad económica.
En el caso de la inversión, el Ceesp afirmó que en el actual sexenio ha sido uno de los factores más castigados, motivando un freno en la acumulación de capital y con ello en la limitación de la capacidad de generar más empleos de calidad.
Resaltó que sólo en el año pasado la inversión pública representó apenas 3 por ciento del producto interno bruto, uno de los niveles más bajos en los pasados 70 años.
Consideró que las inversiones privadas y públicas han sido insuficientes para propiciar un ritmo de crecimiento económico mayor, debido a la falta de un entorno de reglas claras del juego que la incentiven eficientemente. Evidentemente crecer más requiere de más inversión.
Casos exitosos
El Ceesp puso como ejemplo a países que crecieron a tasas importantes en los pasados 30 años, periodo en el cual el promedio de desarrollo de la economía mexicana fue de apenas 2 por ciento.
China, indicó el Ceesp, entendió que un desarrollo económico requiere de inversión y entre 1980 y 2017 esa nación creció a una tasa promedio anual de 9.6 por ciento con una inversión de 40 por ciento del producto interno.
Advirtió que a la escasa inversión se añaden otros riesgos que limitan el ritmo de crecimiento de la actividad económica, como inseguridad, impunidad y corrupción. Recordó que México ocupa en desvío de fondos públicos la posición 127 de un total de 137 naciones.