Esta colorida casa prefabricada es ideal para perderte en el bosque chileno
La naturaleza es fuente de inspiración. Artistas y artesanos de todas las épocas han querido acercarse a ella. Algunas veces para tratar de imitarla. Otras, en cambio, como espacio en el que desarrollar o, directamente, ubicar su trabajo.
Hoy, en un mundo donde, como afirma Naciones Unidas, el espacio urbano está ganando cada vez más terreno, hay quienes no resisten a buscar fuera de él la tranquilidad y el bienestar que las ciudades no siempre pueden ofrecer. De esta voluntad nacen interesantes proyectos arquitectónicos, pero no necesariamente depredadores, sino respetuosos con el entorno. Ejemplos hay muchos, cada uno de ellos con sus propios objetivos y características. Por ello, podemos encontrar estupendos espacios dirigidos a quienes necesitan un alivio temporal del estrés que causa la vertiginosa vida en las ciudades, pero también proyectos dirigidos a satisfacer el deseo que quienes buscan en desarrollar sus proyectos de vida en estos entornos, en ocasiones remotos.
Entre estos últimos existen muchos ejemplos. Y uno de ellos es esta fantaśtica casa prefabricada que se encuentra en un bosque de Chile, cerca de la ciudad de Pucón. Diseñada por el arquitecto Alejandro Soffia, la Casa Amarilla, nombre con la que se le conoce, es un buen ejemplo de arquitectura respetuosa con la naturaleza, pero que no llega a fundirse en ella. Al contrario, su brillante color amarillo la hace destacar entre el verde y el marrón del bosque en la que se ubica. A pesar de ello, no desentona, sino que aporta un toque de originalidad y frescura, como se puede ver en las imágenes.
Para su construcción, el arquitecto optó por utilizar paneles prefabricados que no apoyan directamente en el suelo, sino en unas patas de madera. Todo ello con el objetivo de facilitar el desarrollo del proceso constructiva, al tiempo que se limitaba el impacto con el entorno, el consumo energético y el de otros recursos naturales, a pesar de que su tamaño no es precisamente reducido, con una superficie de unos 100 metros cuadrados.
Con el tipo de paneles utilizados es fácil crear diferentes estancias que, aunque autónomas, se mantienen interconectadas. Para hacerlo posible, el arquitecto diseñó los paneles de tal forma que se conectaran con ventanas, pisos y techos. El resultado un diseño modular y en bloque que transmite una sensación de apertura y en el que, además, se facilita la ventilación por toda la casa de forma casi natural. “En este proyecto, el sistema prefabricado no solo se utiliza en el aspecto de la construcción de la casa, sino también en la forma en que está diseñada”, afirma Soffia, cuando explica la forma en la que concibió el proyecto. No obstante, a pesar de que lo prefabricado es el elemento dominante, en este trabajo rechaza la producción en cadena y apuesta por la creatividad y la versatilidad.
El contraste también se observa entre la apariencia interior y la exterior. Dentro de la estructura, destacan los diversos tonos marrón de la madera con la que se revisten los paneles, así como los grandes ventanales que parecen abrir la naturaleza a sus habitantes. En cambio, en el exterior, el revestimiento está forma por la chapa ondulada en el que destaca su característico color amarillo.
Sin duda, si alguien está pensando en huir de la ciudad y empezar una vida nueva bajos unos nuevos parámetros, un hogar de estas características sería el espacio ideal para hacerlo. Y, además, con un escrupuloso respeto por el entorno. ¿Se puede pedir más?