Hagamos patria concertando
En años anteriores en ciertos programas de gobiernos, municipales y estatal, se manejaron mucho los comentarios relacionados con las pequeñas obras y así se etiquetaban como “Pequeñas Grandes Obras” y tenía su razón pues eran las que impactaban de manera directa al vecino, los beneficiarios y además de que estos participaban desde la demanda, la organización, aceptación y en la ejecución como supervisores, eran los muchos ojos pues se les comentaba de las especificaciones y por supuesto los tiempos o programa de ejecución. El fin era el de hacer buenas obras, aplicando bien el recurso, con buena calidad, lo cual se obtenía y se lograba al ser concertadas.
Al promoverse de esta manera acciones y obras diversas se lograba una amónica relación de funcionarios responsables de los programas y los vecinos, pues estos se involucraban en todo el proceso, las hacían suyas, porque cubrían lo que a ellos les correspondía de acuerdo a lo concertado previamente en las reuniones informativas, de organización y concertación. Estas aportaciones dependiendo el tipo y lugar, eran con aportación económica de un por ciento del costo total o con mano de obra.
Los beneficios son muchos, además de los que ya dijimos, por ejemplo, uno muy importante es, el que el presupuesto público más los pagos o mano de obra de los vecinos alcanzará para hacer más y así era pues el que el beneficiario se “entrometiera” en la acción u obra limitaba o desaparecía el riesgo del hacer obras con vicios ocultos y la corrupción, que podría darse entre funcionario contratista.
A qué viene lo anterior pensarán ustedes lectores asiduos de mis editoriales y con toda razón, pues no es solo recordar lo que se hacía y que yo en esos programas participaba e impulsaba, es más bien de los casos recientes de obras que se “van por delante” sin información previa, mucho menos concertarlas en lo general o en lo partículas con los posibles beneficiarios, directos o indirectos, y aunque sea prioritaria y pueda recibirse bien, hay que ver que en toda obra pública se involucran recursos fiscales que deben de transparentarse.
Tantísimas obras han adolecido de esa previa información, de lo que se proponen hacer, y que en muchos casos el no informar previamente, lleva implícito lo oculto, lo que buscan de beneficio personal y a veces no es solo el dinero, más bien el trascender en la historia, y sí han trascendido, pero mal, a veces instalan un “consejo” que tan solo ha servido para manipular y ser marionetas de la simulación y avalar por lo que reciben.
Lo que logra el concertar, pues, es todo lo contrario a lo del mal manejo, pues involucrar a la sociedad es dar certidumbre de que se pretende hacer bien la obra y acción, que no habrá vicios, que no habrá nada que se le tache mal, que será de beneficio, que nada se ha tapado, por el contrario. Obras muchas con las que llenaríamos muchas páginas, son las que adolecieron de esa mala práctica corrupta.
Cierro con decir, que toda obra y acción, todo lo que conlleve una erogación de dinero público debe ser transparentado y concertada aun siendo de utilidad general, como una carretera o de beneficio directo como una calle o un espacio recreativo, cultural o deportivo, que sea pues, aplicado a lo útil, a la necesidad para apoyar el crecimiento o desarrollo y la satisfacción social.
No me referí a ninguna obra en específico, pero ya sabemos de cuales pudiesen calificarse con estos epítetos expresados para las mal administradas y con las de intenciones de imponerlas, anteponiendo, aunque se oculte, un beneficio personal a todas luces y esto es no hacer patria.
¡Que siempre estén bien es mi deseo para todos y que tengan Felices Fiestas Patrias!
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