Informe: El primero de AMLO
Política exterior, una buena relación ayuda más.
Recuperación de los principios y cooperación para el desarrollo como solución de raíz al fenómeno migratorio.
El Ejecutivo Federal ofrece cooperación, amistad y respeto para todos los países del mundo y, particularmente, para las naciones hermanas de América Latina y el Caribe.
Tales lineamientos son especialmente evidentes en el caso de las naciones centroamericanas, a las que nos unen estrechos vínculos por vecindad, cercanía, cultura e historia compartida.
Asimismo, se ha procurado que la relación bilateral con Estados Unidos se conduzca con base en el respeto mutuo, la cooperación para el desarrollo y la solución negociada a problemas comunes, entre los cuales los más significativos son sin duda los fenómenos migratorios de sur a norte, las situaciones adversas que enfrentan millones de mexicanos que viven en el país vecino y las expresiones de la delincuencia transnacional: el tráfico de personas y el trasiego de armas, drogas ilícitas y divisas.
El actual gobierno federal defiende a los mexicanos en Estados Unidos con respeto a la soberanía del país vecino y con todos los instrumentos legales a su alcance; el principal de ellos es la red de consulados, que ya operan como defensorías de los migrantes, en el marco de las convenciones internacionales y las propias leyes estadunidenses, a fin de prevenir o remediar las violaciones a los derechos de los mexicanos en la nación vecina.
Aquí expresamos de nuevo nuestras condolencias a los familiares de las víctimas del asesinato colectivo en El Paso, Texas, reiteramos nuestra condena a ese crimen de odio motivado por el racismo y la xenofobia y reiteramos la exigencia de que se aplique el más severo castigo al responsable de este abominable suceso.
Mediante la negociación y el diálogo franco se busca involucrar, como se está haciendo, a los gobiernos de Estados Unidos y a los del llamado Triángulo del Norte centroamericano –Guatemala, Honduras y El Salvador– en la construcción de mecanismos de reactivación económica, bienestar y desarrollo, a fin de desactivar el fenómeno migratorio. El propósito final de esta política es lograr que todas las personas puedan trabajar, estudiar y tener salud y bienestar en los lugares en los que nacieron o residen, que no se vean forzadas a abandonarlos por hambre o violencia y que únicamente emigren quienes deseen hacerlo por voluntad y no por necesidad.
Así superamos en el mes de junio la amenaza de imponer aranceles y una posible crisis económica y política mediante un acuerdo migratorio que nos obliga a ser más estrictos en la aplicación en la ley de la materia, sin violar derechos humanos y rescatando a nuestro favor el reconocimiento de que se atenderá este asunto sin usar la fuerza y la coerción sino creando oportunidades de trabajo y bienestar para la gente en su lugar de origen.
El Constructor: Ha sido una buena postura, no sometida como expresaron quienes querían que el presidente “peleara poniéndose los guantes”, avanzó mejor la prudencia y el diálogo también la propuesta de atender los orígenes de la migración.