Las ciencias de la tierra fue lo suyo, al principio el tecnicismo formó parte de su carrera, entre procesos y temas de seguridad, se desenvolvía. Pero la madre tierra le hizo un llamado y acudió a él. Ahora es reconocido en el sector ambiental minero.
Graduado de Ingeniería Química, Víctor del Castillo, estudió en el Instituto Politécnico Nacional, IPN, pero no fue hasta 1989 que comenzó con el tema del medio ambiente.
“En la minería comencé a raíz de la firma de un convenio bilateral que buscaba resguardar la franja fronteriza, entre Sonora y Arizona, fue llamado Acuerdo de La Paz, porque se firmó en La Paz, Baja California”, recordó.
En aquel entonces, le tocó trabajar en la limpieza de la atmosfera, ya que la franja era una zona con alta presencia de dióxido de azufre. Las condiciones de aquellos años, no permitían que se aprovechara el componente para la producción de ácido sulfúrico, sino que se liberaba a la atmosfera de una forma controlada.
“El tratado fue un éxito y nos dio la oportunidad de aprender tecnologías modernas, para el manejo de emisiones a la atmosfera. A consecuencia de esto, se comenzó a expandir hasta llegar a la participación del sector minero en las normas ambientales emitidas”, destacó.
Los convenios binacionales entre Sonora y Arizona, su participación en eventos internacionales y formar parte de la Comisión de Normalización Ambiental de la SEMARNAT, de la cual es actual integrante, han sido pieza clave en su profesión.
“Estas experiencias fueron muy buenas, en todos esos años adquirí muchos conocimientos y descubrí que cuando algo te gusta, en un par de años lo puedes dominar. Aunque la experiencia es lo que te da la apertura, vas creando un respaldo muy bueno para ejercer tu profesión”, reconoció.
Falta de difusión
Desafortunadamente la minería no difunde mucho los programas ambientales en los que participa. El desconocimiento ha creado a través de los años un estigma alrededor de la industria.
“Durante años y gracias a que no existían normas regulatorias ambientales, los impactos de éste sector en la naturaleza han sido muy evidentes, todo eso se quedó en la tierra como cicatrices que la gente no olvida. Sin embargo, no se alcanza a reconocer públicamente las bondades de esta actividad económica”, enfatizó.
“Se sigue teniendo la percepción de que es negativa, porque contamina, suelo, aire y arroyos. Sin embargo, lo que se desconoce es que la industria recompensa ambientalmente y paga los permisos. De esta forma la federación reforesta áreas y recupera suelos que fueron impactados por la industria”, aclaró.
Los programas clave vs el calentamiento global
Toda actividad económica tiene impactos sobre el medio ambiente, la mayoría de las industrias trabajan para compensar o reducirlos. Actualmente la minería, es una de las que ha tomado muy en serio el cambio climático.
Los gases de efecto invernadero, se pueden minimizar colaborando en reducir la huella de carbono. Desde hace 12 años la industria comenzó a utilizar energías alternativas que generan dióxido de carbono que a su vez genera energía para producir.
Muchas de las empresas mineras mexicanas, han desarrollado programas de energías alternativas destinando a áreas exclusivas para su desarrollo.
“Por ejemplo, en Oaxaca hay empresas mineras que tienen presencia de aerogeneradores que aprovechan el viento para la generación de energía limpia. Aunado a esto, se aprovecha la captura de dióxido de carbono a través de la plantación de árboles que se genera y planta en todo el país”, enfatizó.
En los últimos años se han plantado más de 17 millones de árboles, por parte de la industria minera. Sin detener el crecimiento de sus viveros que contribuyen a la disminución de la producción del componente.
En lo particular asegura que… “Cada persona debería comprometerse moralmente, en algún momento de su vida, y plantar 10 árboles para reducir su huella de carbono en el planeta, ya que todos no solo las industrias lo generamos”, señaló.
Lo que sigue…
A pocas semanas de haber dejado la dirección de Medio Ambiente y Ecología de Grupo México, el Ingeniero Castillo, se ha desempeñado como consultor ambiental. Gracia a su vasta experiencia es que las industrias lo buscan para su consejo.
“A pesar de que las industrias cuentan con áreas ambientales propias, siempre se puede caer en la ceguera de taller, que son acciones que no están bien desarrolladas, y en el día a día se disculpan hasta convertirse en costumbre y se terminan pasando por alto. Ahí es donde entro yo”, detalló.
Además de las consultorías particulares, planea reforzar los programas de reciclado de algunos materiales con distintas compañías mineras, para que el recurso sea destinado a obras de beneficio social o ambiental.
“No debemos olvidar que las empresas que cuenten con estas certificaciones, en un futuro serán más competitivas, ya que la tendencia del mundo va hacia lo sustentable y la minería en ese aspecto está dando grandes pasos. Esperamos que continúe, porque es muy importante para la economía de México”, recalcó.
A pesar de todas estas bondades, en las universidades, las profesiones de ciencias de la tierra no son muy cotizadas…“hace falta mucha información para que los jóvenes se interesen, ya que las tendencias mundiales apuntan a este tipo de profesionales”, finalizó.
Por: Libertad Serés cseres22@gmail.com