La felicidad: ¿Por decreto o por decisión personal?

La felicidad: ¿Por decreto o por decisión personal?

 

Gracias a una iniciativa del Reino de Bután, que considera la Felicidad Nacional Bruta más importante que el Producto Interior Bruto, el 28 de junio de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 66/281, publicada el 12 de julio de ese año, decide proclamar el 20 de marzo, “Día Internacional de la Felicidad”.

Esta proclama o decreto es reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. La resolución invita a todos los estados miembros, a las organizaciones nacionales, regionales e internacionales, a la sociedad civil y a las personas a celebrar este día, y promover actividades concretas, especialmente en el ámbito de la educación.

Las Naciones Unidas, por lo tanto y desde el 2013, han celebrado el Día Internacional de la Felicidad como reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo.

En 2015, lanzaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que pretenden poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad y proteger nuestro planeta, tres aspectos primordiales que contribuyen a garantizar el bienestar y la felicidad. Han convocado a todas las personas de cualquier edad, así como a las escuelas, los negocios y los gobiernos, a celebrar el Día y logras  los 17 objetivos.

En lo personal, me pregunto, por qué esperamos a que se nos decrete que tenemos que buscarnos o allegarnos felicidad para ser mejores, para vivir mejor, para prosperar, si lo tenemos nosotros mismos y desde nuestro interior, con fuerza y valor, valorando lo que somos y tenemos, lo que nos rodea y nos da satisfacciones espirituales y materiales la podemos obtener.

Pues es que es lo común, y no apropiado, el que partamos desde afuera para querer darnos esa felicidad tan necesaria para vivir, sobrevivir y convivir a plenitud. Aprendamos que desde nosotros mismos, se realiza y se obtiene esa felicidad tan necesaria y tan sólo es aceptar  y valorar lo que se tiene.

Que este 20 de marzo, de este año y de los venideros, sea un buena celebración de la felicidad en el mundo, y que la tengamos y logremos no sólo para ese día, más bien para todos los días, pues no hay nada que se logre de manera intermitente. Todo debe tener permanencia, constancia y continuidad, pues lo que dejas se acaba y dejar de ser felices o de dejar de buscar la felicidad, será una desgracia.

Celebremos pues, este 20 de marzo el día de la felicidad y celebremos que la continuaremos celebrando cada día, porque debemos ser felices a pesar de cada adversidad, de cada contratiempo. No hay problema que no podamos superar con la felicidad que nos damos, por que Dios nos da ese interés para obtenerla.

Buscar ser felices no cuesta, y bien que da beneficios para uno y también para quienes nos rodean y mas a los que dependen de nuestra felicidad para también ellos serlo.

 

 

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