Los libros con los que diez grandes autores se engancharon a la lectura
Títulos de Julio Verne la clave en su infancia para sentir por primera vez la llamada de la lectura.
Detrás de todo gran escritor, siempre hay un gran libro. Pero hoy no nos referimos a esas obras clásicas que han surgido de su capacidad para fascinarnos, sino a ese primer libro que, en una edad temprana, les abrió el universo de la literatura. El impacto de esas historias, como el primer amor, perdura en sus memorias mucho después de haber abierto por primera vez ese volumen. Incluso es posible que sin esa lectura iniciática hubiésemos perdido alguno de esos talentos. Por eso en Librotea les rindieron este homenaje a los libros que descubrieron la lectura a diez grandes autores y autoras.
A la literatura juvenil le debemos muchas cosas. Nos ha entretenido, fascinado, descubierto nuevos universos y, sobre todo, ha sido históricamente una puerta de entrada al mundo de los libros. Varios de los mayores autores españoles de la actualidad coinciden en señalar que títulos de Julio Verne fueron clave en su infancia para sentir por primera vez la llamada de la lectura. Antonio Muñoz Molina, por ejemplo, reivindica 20.000 leguas de viaje submarino. “Lo vuelvo a leer de vez en cuando y me doy cuenta de lo grandísimo escritor que era Julio Verne. Es un libro de una gran fuerza y una belleza literaria”, nos explicó en su selección de libros.
“Hay lecturas que son fundamentales en mi vida y que me han influido durante toda ella. Para mí uno de los libros más importantes de mi vida 20.000 leguas de viaje submarino. Lo vuelvo a leer de vez en cuando y me doy cuenta de lo grandísimo escritor que era Julio Verne. Es un libro de una gran fuerza y una belleza literaria”.
Antonio Muñoz Molina sobre 20.000 Leguas De Viaje Submarino
Una de las historias de despertar a la literatura más bonita que nos han contado llegó también con Verne. Juan José Millás nos contó como el frío le hizo ir a parar un día de su infancia a una biblioteca pública. Ahí se cruzó con cinco semanas en globo y el resto ya es historia. Es libro me hizo lector.
“Un día, en una biblioteca pública cerca de mi casa en la que nos metíamos para refugiarnos del frío cuando jugábamos en la calle, eché mano de un libro. Era Cinco semanas en globo, la primera novela que leí. Empecé a leer y me precipité al interior del libro, de manera que cuando llegó la bibliotecaria me entró un ataque de angustia, porque no era socio y no me lo podía llevar. Al día siguiente estaba en la puerta de la biblioteca una hora antes de que abriera por miedo a que alguien se llevara el libro. Ese libro me hizo lector.”
Juan José Millás sobre Cinco Semanas En Globo
Al joven Eduardo Mendoza también le cautivó el genio precursor e imaginativo de Julio Verne, pero él también apunta a otro clásico de la literatura de aventuras: La isla del tesoro. “Pensé que lo que quería hacer en la vida era escribir algo tan bueno y tan bonito como eso. Y lo sigo pensando”, nos confesó recientemente.
“Como todos los niños, recuerdo La isla del tesoro, Tarzán de los monos y La vuelta al mundo en 80 días. Con esos tres libros yo pensé que lo que quería hacer en la vida era escribir algo tan bueno y tan bonito como eso. Y lo sigo pensando.”
Eduardo Mendoza sobre La Isla Del Tesoro
Algo similar se puede decir de Robinson Crusoe, otro de esos títulos que no podían faltar en ninguna biblioteca infantil y a los que debemos haber creado varias generaciones de lectores. Andrés Trapiello lo recordó en su selección de obras favoritas, y reivindica su valía en cualquier edad. De igual forma, el libro de Daniel Defoe es uno de los favoritos de Luis Landero.
El libro que te lleva más lejos sin moverte de casa: va de la supervivencia, o sea, le sirve a todo el mundo, niños y ancianos, hombres y mujeres: Andrés Trapiello sobre Robinson Crusoe
“Donde encuentro intacto el espíritu invencible de la aventura”: Luis Landero sobre Robinson Crusoe
Sobre este tipo de obras, Mario Vargas Llosa nos hizo toda una estantería de recomendaciones. Entre las obras que, nos dijo, leyó en “los años que pasé en Cochabamba, Bolivia” y quedaron en su memoria incluimos otro clásico, Los Tres Mosqueteros.
En algunas ocasiones, no es el libro en sí lo que despierta en los futuros autores la chispa de la curiosidad, sino el propio lenguaje. Mucho antes de ser una aclamada escritora de novela negra, Donna Leon leía un libro infantil cuando una frase llamó su atención. Había descubierto, sin buscarlo, la magia del lenguaje.
“Tenía unos 12 años cuando leí un libro de Winnie The Pooh, y hay una escena en la que el burro pierde su cola, y todo el mundo va en su búsqueda. Y hay una frase que decía “cuanto más buscaba, menos estaba ahí”. El idioma me intrigó, porque no parecía que eso fuese posible. Ahí me di cuenta de lo que se podía hacer con el lenguaje”:
Donna Leon sobre el mejor libro de Winnie The Pooh
Otra gran autora actual, Siri Hustvedt, llegó a la literatura a través de un género mucho menos habitual. Cuando su madre le dio un libro de poemas de Emily Dickinson a los 11 años, descubrió su vocación, además de a una autora que no le ha abandonado desde entonces.
“Cuando tenía 11 años, mi madre me dio un pequeño libro de poemas de Emily Dickinson. Emily Dickinson es una poeta difícil, pero también muy querida, y creo que la razón es que sus poemas tienen un impacto emocional enorme. No estaba muy segura de qué querían decir muchos de esos poemas, y ahora no podría citarlos, pero los leí una y otra vez y fue un despertar dentro de mí, nunca lo olvidaré, y tengo que decir que todavía leo a Emily Dickinson cada semana.
Una razón por la que vuelvo a ella siempre es que ella era una poeta que ejemplifica hasta dónde puede llegar el lenguaje, escribe en un inglés que es extraordinario, y hace un año leí un ensayo muy hermosos de su traductora español en el que decía algo así como que Dickinson cuelga de los límites del significado. Es una bonita manera de hablar de sus poemas. Ella fue un cataclismo en mi vida”: Siri Hustvedt sobre Poemas
Igualmente precoz fue James Ellroy, que recuerda cómo la lectura de De aquí a la eternidad, a los 12 años, le hizo querer ser escritor. Desde entonces, asegura, intenta escribir el tipo de libros que le hubiese gustado leer a esa edad.
“Es la primera gran novela, escrita para adultos, que leí. Trata sobre el ejército estadounidense en Hawai, en la época del ataque a Pearl Harbour. Es un libro de 800 páginas, bastante duro para un niño, y lo leí cuando tenía 12 años. Echando la vista atrás, no puedo encontrar otro libro que iguale a esa experiencia. Años después de aquello pensé, ‘¿sabes qué? Esto tiene sentido’, eso es lo que intento hacer, escribir el libro que hubiese querido leer cuando era un joven: James Ellroy sobre De Aquí A La Eternidad
Por último, el nuevo premio Cervantes 2019 nos explicó cómo la obra que le abrió a la lectura fue, curiosamente, un libro que debía leer en su colegio de maristas. “Estaba adaptado al fascismo de Franco, pero provenía de un libro anterior de Francia”, nos explico en una entrevista. “Pero estaba muy bien escrito, aunque no tenía autor. Fue para mí este libro como un primer milagro”.