Los tiempos en que estamos.
Hechos no palabras.
Los tiempos sin duda son iguales para todos, la diferencia está en lo que hacemos o a lo que nos dedicamos, pero cualquiera que sea la actividad, productiva o no, como en las muchas que hay, que no necesariamente producen dinero, unos y otros son iguales, entes que piensan, razonan y demandan ser tomados en cuenta en las actividades que ejercen bajo mandato los gobiernos o en representación los que legislan.
Los tiempos que estamos viviendo, los preelectorales, son similares a otros idos, pasados, antepasados y de más allá; la diferencia está en los actores, personajes de primer intento y algunos que insisten de nuevo que son los que de acuerdo a la legislación lo avala y quieren repetir en el cargo actual de alcaldes o diputados, que una cosa es quererlo y otra será que lo merezcan.
Para quienes aspiran o sueñan en repetir en esos puestos de elección, serán los hechos los que les avale la posibilidad de lograr esa reelección y en muchos casos, como en Sonora y en el país serán los menos quienes lo logren; por muchísimas razones, por ineficiencia en administrar recursos ajenos o no promulgar, reformar o derogar leyes y reglamentos; por corrupción, nepotismo y otras muchas más deficiencias y aquí no cabe lo de que… “más vale malo viejo conocido que bueno por conocer”.
Serán entonces, para unos y otros, los de por primera vez o los de por segunda, los hechos los que les dé probabilidades de triunfo electoral, pues les marcará su historial; lo que han hecho, sus hechos reales, que giren en la honestidad, ya no debe permitirse el ocultamiento de deditos o hechos vergonzosos. También las palabras habrán de tener el efecto en el electorado, el cómo se expresen o el cómo se conduzcan en sus mensajes y compromisos o en las propuestas, habrán de marcarlos. De la manera de hablar se sabrá que tanto simulan, aunque sean maestros en esto.
Esto viene a cuento pues en Sonora como en 15 de las 32 entidades de la república, habrá elecciones, de nuevos y de repetidos, bajo las condiciones arriba escritas, serán como dicen los “autoridades electorales” las más grandes y más costosas y deberán ser las más definitorias en cuanto a lograr que asciendan, ganen o triunfen lo que merecemos los electores, bueno lo que siempre hemos esperado la comunidad mexicana en general.
Sabedores que somos, que en cada evento electoral se dan similares situaciones, como las confrontaciones con guerras sucias que son las que sobresalen y no el proyecto o propuesta como debiera ser y es que “hay mucho en juego”, buscan ganar a toda costa, pues representa poder, dinero, influencia y el de ayudarse entre los del mismo grupo, para el posicionarse, para lo que siga, para elecciones venideras y no servir bien y lo que venga después, que sea por lo bien hecho.
Así fue en Sonora, una tremenda guerra sucia, unas genuinas, otras compradas, inventadas o sólo de fachada como las del gobierno que se va, de engaño y simulación, pues decían que remediarían el gran daño, llegaron, negociaron, taparon o pagaron y se quedó todo impune; que pena, pues ahora pide que no se den esas guerras sucias, en fin la pregunta obligada es si pasará lo mismo del que venga o llegue, estas dudas.
Si ustedes no participarán como candidatos, ni como parte directa del grupo que comparten la preferencia para alguien en particular, al menos deberán demandar, plantear, compartir y promover las ideas que sean las mejores para el gobierno que deseamos tener; son tiempos de una transformar la vida política, económica y social del estado y que se dé, depende de ti, de todos.
Vamos por las buenas maneras de administrar lo ajeno, con humanismo y honradez.
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