La geotermia es una rama de la geofísica que se dedica al estudio de las condiciones térmicas de la Tierra. Una de las aplicaciones de este estudio es la obtención de energía, que se almacena bajo la superficie en forma de calor. Se investigan diferentes usos que pueden hacerse de ella, como por ejemplo convertirla en energía eléctrica, pero uno de los que da mejores resultados y resulta de más fácil realización es la climatización de viviendas. A pesar de esto, la energía almacenada bajo la Tierra es una de las fuentes de energía renovables menos conocida.
Aunque el sistema de climatización geotérmica se basa en aprovechar el calor de la Tierra, en realidad no sirve solo para calefaccionar en invierno, sino que es un sistema regulador que en verano también puede ayudar a mantener los ambientes más frescos. Utilizando este sistema, un grupo de ingenieros de la universidad de Córdoba (Argentina) logró mantener un ambiente en una temperatura constante de 18ºC durante todo un año.
El sistema utilizado por el equipo de jóvenes ingenieros civiles se conoce en el mundo como geotermia superficialo de baja entalpía, y consiste en la instalación de cañerías o tubos colocados en excavaciones de escasa profundidad para que funcionen como intercambiadores de calor. Con ayuda de un ventilador, los tubos ayudan a extraer el aire caliente que se acumula bajo la tierra en invierno, y el aire frío en verano.
Esto es posible porque la temperatura de la tierra unos metros abajo de la superficie suele ser siempre cercana a la media anual de la zona, mientras que sobre la superficie, la temperatura fluctúa más rápidamente. En invierno, la tierra retiene el calor de la radiación solar del verano, y en esa estación, la temperatura de los oscuros reductos subterráneos es mucho menor que en la superficie, al rayo del sol.
El sistema diseñado por este equipo ya se probó con muy buenos resultados en dos viviendas de Córdoba; una ubicada en la ciudad y la otra, en la localidad Mayu Sumaj, en el Valle de Punilla. El próximo paso será testear su funcionamiento en un edificio de Ciudad Universitaria. Esta tecnología asegura un importante ahorro de energía y tiene muy bajo costo.
El método no es del todo nuevo en el mundo; y en algunos países de Europa, además de en Estados Unidos y Japón, está bastante difundido un sistema similar, pero con la diferencia de que por los tubos no circula aire, sino agua u otro fluido; y esto hace que su costo sea mucho más alto, por la necesidad de una bomba eléctrica que fuerce la circulación del líquido.
La adopción de una técnica sencilla pero efectiva como ésta podría ser una solución económica para las condiciones extremas de frío y calor que se viven en diferentes partes del mundo y que afectan, sobre todo, a quienes no tienen los recursos económicos para conseguir los sistemas de calefacción y refrigeración más comunes. Todo esto sin mencionar el daño que esos sistemas, como los aires acondicionados, o las estufas que necesitan del gas, un combustible fósil, hacen al planeta; y que con sistemas más sencillos como éste podrían evitarse.
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