Obras buenas se han de hacer.
Es del conocimiento general y en particular de los constructores y la cámara que los representa, que, en la Ley de Obras Públicas, se prevé tres diferentes criterios para contratar la ejecución de diferentes tipos de obra de infraestructura productiva y social o, las acciones de rehabilitación o reparación, como lo es por asignación directa a una empresa; por Invitación a un mínimo de tres y la licitación pública nacional o internacional.
Lo anterior a propósito de las asignaciones directas sin licitación, contratadas por el Gobierno de México, y que han sido ventiladas por algunas personas, comentando que debieron de licitarse. De acuerdo a lo mencionado arriba, está previsto y es legal, siempre que sean contratadas por alguna urgente necesidad y/o el estado que guarda la obra.
Nos parece que si con esos criterios, fueron contratadas, el 74%, de las obras para este año, de la SCT principalmente, será por lo del estado en que se encontraban esas obras, lo urgente era rescatarlas para no perder más dinero y que esté en uso de la población, lo más pronto posible.
Lo anterior, más que todo nos da una idea, aunque ya los sabíamos, del como tradicionalmente se habían estado manejando los recursos públicos orientados a ejecutar, de acuerdo al presupuesto y programas, las obras de construcción como las carreteras y, de edificación como hospitales, escuelas y otros.
Si recibían moche, estaban de acuerdo. Un gran derroche de los recursos públicos, los importes contratados no eran los mismos al finalizar la obra, si a eso llegaban, pues muchas se salieron de presupuesto, por modificación del proyecto original, generando o inventando nuevos conceptos o volúmenes de obra, como la cuatro carriles en Sonora, y por eso se daba la corrupción, al darse dinero, comisión o dádiva mayor.
Pero en los gobiernos locales se daba y se sigue aún, con el tráfico de influencias, pues dos que tres y en algunos caso sólo uno es el que parte y reparte, tiene el control. Es el que reparte a los incondicionales y a sus propios prestanombres, así es como fluye el recurso, sólo a las empresas o empresarios alineados o arreglados y el recurso, producto del moche o comisión, se queda arriba, en el copete.
Se perciben los cambios a nivel federal en lo que concierne a la desaparición de la corrupción. Sólo en los nuevos gobiernos locales están hacia el camino de la decencia y, aún más se han cometido tonterías. En el futuro cercano, conforme se vayan cambiado o eligiendo nuevas autoridades se irán limpiando de las deshonestidades, no sólo en la obra pública, también en el manejo discrecional de los recursos públicos. “Árbol torcido, jamás será enderezado”, sólo en este caso sólo secado.
Concluyo, diciendo de nuevo, que este medio siempre estará de acuerdo con lo bueno, desechando lo malo, esencia de nuestra línea editorial y que seguirá igual, pues lo bien concebido, jamás será vencido.
A propósito del tema, “obras buenas se han de hacer”; Abril hace las puertas cerrar y abrir, y a los cochinos gruñir. Refrán popular.