¿Por qué hoy 23 de abril se recuerda el Día del Libro?
El Origen del día del libro se remonta a 1926. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo.
Lo que no suele recordarse tan frecuentemente es que el inventor original del Día del Libro fue el editor valenciano Vicente Clavel Andrés. Nacido en 1888, Vicente Clavel fundó en Valencia en el año 1916 una editorial que tenía el significativo nombre de Editorial Cervantes.
Entonces: ¿Quién Inventó el día del libro? Vicente Clavel. (*).
Vicente Clavel Andrés (Valencia, 1888 – Barcelona, 1967), escritor, traductor, periodista y editor valenciano afincado en Barcelona, se dedicó a la difusión de la cultura a través de los libros en la cámara oficial del Libro de Barcelona. Promotor de autores hispanoamericanos y creador del día del libro en 1926, inspirado en Miguel de Cervantes y su libro Don Quijote de la Mancha, no pudo negar la enseñanza y acceso universal a la cultura. Toda una personalidad en cuanto a los libros en España se refiere.
Vicente Clavel contribuyó con sus ideas quijotescas, que pretendían el acceso universal a la cultura a través de los libros, a que hoy, casi todas las personas hispanoamericanas puedan visitar bibliotecas y adquirir libros sin dificultad. A todos y todas nos ha influido en mayor o menor medida el Decreto del Día del Libro de 1926 (Véase más abajo). Los años 20 del pasado siglo fueron momentos difíciles para divulgar la cultura, instaurar un decreto de fomento de la lectura requería de habilidades personales y sociopolíticas, luchar contra molinos de viento, visitar palacios, amar a doncellas,… sabemos que la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ayudó al buen amante de la literatura Vicente Clavel a conseguir su propósito, y así lo hizo, aunque Vicente no estuvo solo en esta andadura, las rosas de Sant Jordi – San Jorge le ayudaron a consolidar la fiesta. Contó también con la imprescindible simpatía y apoyo de los escritores, editores, libreros, bibliotecarios, lectores y personajes singulares de la época.
En el siglo XXI leer es un hábito al alcance de todos, también es habitual visitar una biblioteca en casi cualquier pequeño pueblo del mundo, no así a principios del siglo XX, y tampoco hoy en día en lugares de África. El Día Mundial del Libro mantiene el espíritu de difundir el acceso universal a la cultura a través de los libros, y a su vez, rinde homenaje a los autores de todo el mundo y alenta a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural”.
(*) Vicente Clavel Escrito por Sergio de Anta ( https://gesdi.com/blog_es/dia-libro-rosa-sant-jordi-origen-barcelona-1926 ) Viernes, 23 de Abril de 2010 01:11
Recuerdo personal: Por los setentas a finales, en la penumbra de un salón atiborrado de con 106 jóvenes unos y no tanto otros, estudiantes preparatorianos, versión nocturna de la Universidad de Sonora, llega por primera a dar la clase de literatura el maestro Ernesto López Riesgo, erudito y culto lector, lo sabría después, y sin antes presentarse como nuestro maestro a “raja tabla” pregunto; ¿alguien de ustedes ha leído? silencio en el grupo y el, vuelve a preguntar ,¿nadie ha leído?, ¿aunque sea el periódico? Nadie vocifero palabra alguna, y dijo el profesor, lo que sea algún panfleto como Chanoc. ¿Lorenzo y Pepita? En ese momento yo ya tenía pena ajena y propia y entonces levante la mano.
Me vio apenas y exclamo, vaya por ahí hay alguien y me dice, ¿tú has leído? A lo que contesté con un vehemente ¡¡SI!, ¿y qué has leído? y contesté con aplomo, así se responde cuando hay absoluta verdad en lo que se expresara. Mi primer libro, dije, fue uno que mis mayores hermanos y padres ya habían leído un libro que ha pasado de mano a mano, y es “Sin Novedad en el Frente” de Erich Marie Remarque y trata sobre la segunda guerra mundial y también proseguí, he leído a autores rusos e ingleses, a León Tolstoi y Honorato de Balsac, concluí y entonces algo asombrado pregunto mi nombre y le conteste con orgullo. me llamo Erasmo y me dice Erasmo de Rotterdam a lo que agregue “Elogio de la locura”. El “Venadito” como le decían al Maestro López Riesgo, fue mi amigo hasta su muerte.
Erasmo Fierro Palafox.