Por la urgente necesidad, las obras de rehabilitación, de reconstrucción deterioradas por fenómenos meteorológicos o por el olvido de ella por no realizar un mantenimiento oportuno, y que estas están provocando problemas en la movilidad y siniestralidad entre otros, permiten que dependencias ejecutoras asignen contratos para su realización y esto no es corrupción, se antelen por estricta y urgente necesidad.
Pero por atender esa urgencia, se permitiesen dar o asignar contratos, a “nuevas empresas” constructoras sin experiencia y aun para acciones no urgentes seria corrupción pura.
Pero como dicen la SCT y la CMIC que son empresas invitadas a participar en esa modalidad que permite la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas (LOPSRM), que son empresas calificadas, calificadas y validadas; registradas en esos organismos, que han realizado obras de calidad y que no es conocido que se hayan prestado a corruptelas, eso hace más viable y posible esas contrataciones.
Eduardo Ramírez, presidente de la CMIC destaco: “El gobierno lo está haciendo transparente, hay transmisión de las licitaciones y fallos, sí son larguísimas, pero por eso hay que precalificar y que a las empresas ya no se les revise (durante el proceso) si son capaces o no, pero sí lo son”
Por nuestra parte, El Constructor, aplaudimos que esa modalidad se dé, sin corrupción, sin amiguismos, solo `por la urgente necesidad de realizarlas y de forma transparente.
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