Identificar aquellas áreas donde se pueda avanzar a pasos firmes en el proceso educativo y encontrar la mejor forma de acelerar el fortalecimiento de la relación de la Universidad de Sonora con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue el objetivo de reciente reunión celebrada entre ambas instituciones.
El rector Enrique Fernando Velázquez Contreras destacó que en el marco del Plan de Desarrollo Institucional (PDI), la estrecha relación con aquella institución, representa una decisiva estrategia para hacer alianzas, fortalecer el vínculo y tener la perspectiva y reto de estar en la frontera en todas las disciplinas del conocimiento, así como en el desarrollo de la investigación, la tecnología y la innovación.
Reunidos en la Sala de Usos Múltiples de la Unidad Integral de Posgrado, agradeció el gesto y disposición de que se revisen los proyectos en desarrollo y búsqueda de nuevos horizontes que fortalezcan a ambas instituciones, una ruta que ya está trazada, pero que tiene un alto potencial de enriquecerse.
Miguel Lara Flores, coordinador de Vinculación Institucional de la UNAM, en su intervención expresó lo satisfactorio que es ver que prevalece y se consolida cada día la hermandad académica y la comunión en los intereses de desarrollo mutuo.
Planteó que cuando dos instituciones de esas capacidades se reúnen con objetivos comunes, el pronóstico y resultado es sencillo: el éxito, y mencionó cómo las dos instituciones se encuentran precisamente en el momento en que se dan pasos de consolidación de lo que ya se tiene, pero también de abrir nuevos horizontes.
“Los avances son altamente significativos, pero los horizontes son enormes, sobre todo en entidades como Sonora, y sabemos que dentro de las agendas del desarrollo e innovación, aquí se tiene un alto interés en energías renovables, la industria agroalimentaria y la minería, campos donde la Universidad de Sonora está muy presente”, sostuvo.
Asimismo, señaló la importancia de saber hasta dónde se quiere llegar, teniéndose en claro que la limitante es la imaginación; “es decir, creo que cuando hay esta vocación y capital humano, los recursos tendrán que llegar”, y puntualizó en que la razón de existir de toda universidad es formar a los jóvenes de este país, por lo que el día que perdamos esa visión, habremos de perder el rumbo, afirmó.
Por su parte, Elena Centeno, directora del Instituto de Geología de la UNAM, hizo una presentación de proyectos de su institución relacionados con la Universidad de Sonora, y señaló que una de las ideas centrales es ver la posibilidad y el potencial de crecer como universidad y encontrar la forma de colaboración para tener realmente las áreas de conocimiento que necesita el desarrollo regional.
Recordó que el papel de la UNAM es apoyar, no de competir o duplicar, sino sumar esfuerzos con las universidades del país en las áreas de la academia, investigación, divulgación y vinculación.
Previo a la reunión, el rector Velázquez Contreras y los visitantes de la UNAM realizaron un recorrido por las instalaciones del Laboratorio de Energía Solar ubicado en los terrenos del Departamento de Agricultura y Ganadería, donde recibieron una explicación del desarrollo histórico, avances y proyectos que se tienen en esa área.
En esa visita también estuvieron Claudio Estrada Gasca, director de la sede de la UNAM en Tucson; Víctor Castaño, encargado de proyectos estratégicos de la Secretaría de Desarrollo Institucional, así como Rafael Cabanillas López, responsable técnico de la Plataforma Solar de la institución, quien describió ampliamente la operatividad de esa área.
En tanto, en la reunión se tuvo la presencia de Guadalupe García de León Peñúñuri, secretaria general académica; María Rita Plancarte Martínez, vicerrectora de la Unidad Regional Centro, así como Francisco Molina Freaner, director de la Estación Regional del Noroeste (ERNO) del Instituto de Geología de la UNAM, además de directores de áreas, división y jefes de departamentos de esta casa de estudios.
Fructífera reunión: Cabanillas López
La consolidación del Campo de Helióstatos, la transformación de la Oficina de Transferencia de Tecnología y de Conocimiento (OTTC) y la propuesta de integrar un Centro Autónomo de Computación, fueron tres de los temas que se abordaron en la reunión Unison-UNAM, destacó Rafael Cabanillas López, responsable del Laboratorio de Concentración de Energía Solar y Química de la Universidad de Sonora.
Dijo que otro acuerdo fue establecer el compromiso de buscar la creación de un centro de investigación multidisciplinaria de la UNAM en Hermosillo, orientado a impulsar líneas en geología, metalurgia, minería inteligente, energías renovables, entre otras.
En el caso del tema de la búsqueda de la consolidación del Campo de Helióstatos ubicado en los terrenos del Departamento de Agricultura y Ganadería, agradeció las aportaciones hechas en ese tema por Claudio Estrada Gasca, líder de ese proyecto; Fernando Hinojosa, responsable de Proyectos de Licenciatura en Energías Renovables para esta institución, así como de Manuel Ochoa de la Torre, encargado del Proyecto Internacional de Arquitectura y Medio Ambiente.
En relación con el recorrido que realizaron los directivos de aquella institución al Campo Experimental de Torre Central –tecnología de concentración solar–, dio a conocer de ya cuentan con un receptor solar, pasándose de ser un Campo de Pruebas de Helióstatos al Experimental de Torre Central –cuya altura es de 32 metros– y que con que ello empezaron a avanzar más en esa tecnología, sin dejar de lado el ambicioso reto de producir electricidad.
Les dijo que cuentan también con el proyecto Laboratorio de Sistemas Fotovoltaicos con concentración, el que consideran que al ser una de las tecnologías más nobles les permitirá lapsos de actividades y respuestas a problemas mucho más amplios, de ahí que hoy se dediquen a la forma óptima de poder seguir al sol, concentrar la radiación, utilizar altas temperaturas y flujos radiactivos.
Cuitláhuac Iriarte Cornejo, responsable del Sistema de Control del Campo de Helióstatos, advirtió que también tienen proyectos con las universidades de Arizona y la UNAM, mediante el cual desarrollan uno de concentración de fotoceldas de alta eficiencia, así como con la de Universidad de Michigan, orientado a un sistema de espejo Fresnel para concentración solar y desalación de agua.
Respecto a los helióstatos, Cabanillas López afirmó que son parte esencial de la tecnología de Torre Central, siendo superficies reflectoras que siguen al sol para redirigir sus rayos a un punto en la parte alta de la Torre y estas tecnologías se conocen como de concentración puntual.
Helióstatos construidos en México
“Algo que trasciende y da mucho orgullo es que los 29 helióstatos –más nueve minihelióstatos, aún sin estar en operación, pero que construyeron estudiantes de Ingeniería en Mecatrónica– son hechos con tecnología nacional”, dijo, tras indicar que en lo general han tenido un apoyo y ejercicio multidisciplinario con diferentes alumnos, profesores-investigadores y técnicos académicos de distintos departamentos y áreas de esta institución.
Hizo referencia a que todo ese proceso empezó con el Laboratorio Nacionales de Sistemas de Concentración y Química Solar, mediante el cual se construyeron en el Centro de Investigación en Energía (CIE) de la UNAM, con sede en Temixco, Morelos, un horno solar de alta concentración, una planta fotocatalítica para el tratamiento de aguas residuales, y un campo de prueba de helióstatos, aquí en la Universidad de Sonora.
Cabanillas López dio datos históricos de que ese campo originalmente nació en un ejercicio de tratar de coordinar a nivel nacional esfuerzos en concentración y energía solar liderado por Claudio Estrada Gasca, investigador del Instituto de Energías Renovable de la UNAM.
En aquella vez, desde los años 80, y luego la siguientes dos décadas, se veía que Sonora era un buen lugar para instalar laboratorios de ese estilo por tener una gran incidencia de radiación, con muchos días despejados y áreas disponibles para hacerlo.
Fue por ello que luego de hacer ejercicios de planeación de cómo podría crecer la tecnología solar se hicieron una serie de proyectos apoyados por el Conacyt que derivaron en el Laboratorio Nacional, concluyó.
Por: Jesús Alberto Rubio.
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