Siete profesiones que corren el riesgo de desaparecer en la próxima década por el avance tecnológico
Los avances tecnológicos van a transformar el mercado laboral y muchas profesiones se verán abocadas a reconvertirse, e incluso a desaparecer. Actualmente más de una cuarta parte de las tareas en el trabajo son realizadas por máquinas, según los cálculos del Foro Económico Mundial, mientras que un estudio conjunto de la Universidad de Oxford, la consultora McKinsey y el Banco Mundial estima que en 2030 entre 400 y 800 millones de trabajadores podrían ser desplazados de sus puestos por la automatización.
Y un estudio de IMF Business School va un paso más allá y asegura que hay profesiones que tienen mayor probabilidad de desaparecer o transformarse radicalmente durante los próximos 10 años y que califica como “un proceso previsto a largo plazo, pero ya se nota en el presente”. En concreto, entre los puestos de trabajo con mayor riesgo se encuentran los conductores profesionales, los camareros, los carteros, los operarios de industria y los abogados.
“La tecnología avanza a grandes pasos, pero hay ocasiones en los que el mundo laboral no sigue este camino con la misma rapidez, lo que lleva a la destrucción de puestos y sectores profesionales enteros. La solución en ese sentido pasa por adaptar nuestros oficios a las necesidades de un mercado cada vez más tecnológico y formarse en estos nuevos avances”, sostiene Carlos Martínez, presidente de la escuela de negocios. Resumimos qué resalta en cada caso:
1. Camarero
Nos encaminamos a un futuro en el que serán los robots los que nos sirvan la comida en los restaurantes. Aunque nos parezca ciencia ficción, el potencial de automatización en los próximos años para el empleo de camarero es del 77%, según un estudio del ‘Center for an Urban Future’.
2. Abogado
“Resulta difícil pensar que una profesión en la que hay que conocer las leyes y saber interpretarlas pueda desaparecer o verse muy modificada por las nuevas tecnologías. No obstante, ya existen softwares de Inteligencia Artificial y Big Data capaces de revisar una gran cantidad de documentos jurídicos en muy poco tiempo”, explica la escuela de negocios. La consultora Deloitte, por ejemplo, estima que más de un tercerio de los empleos en el sector legal en Reino Unido podrían desaparecer.
3. Cartero
El correo electrónico ha hecho que los carteros hayan disminuido el volumen de reparto de cartas y postales. A cambio, ha aumentado considerablemente el reparto de paquetería y artículos pedidos por plataformas de e-commerce. No obstante, incluso esta última función podría estar en peligro por los diferentes servicios de entrega por drones. Desde 2016, en EEUU funciona el servicio Prime Air de Amazon.
4. Operario de industria
Es un perfil laboral que se ha visto transformado por el auge de la tecnología, principalmente por la incorporación de máquinas y robots que hacen el trabajo de humanos en cadenas de montaje. El estudio How Robots Change the World de Oxford Economics sostiene que cerca de 400.000 puestos industriales han sido ocupados por robots en toda Europa en los últimos 20 años, una tendencia que se acelerará en los próximos años y que podría llegar a 2030 con 2 millones de puestos ocupados por máquinas.
5. Chófer
En 2019 llegaron lasprimeras pruebas de coches autónomos y se espera su implantación real durante esta década.Este avance que también tendrá impacto en el sector profesional de la automoción y el transporte, ya que un estudio de la Universidad de Oxford calcula que hay un 89% de probabilidades de que la profesión de chófer sea totalmente automatizada en el futuro.
6. Maquinista de tren
Solo en Europa ya existen 17 líneas de metro totalmente automatizadas en pleno funcionamiento, y tres de ellas las podemos encontrar en el Metro de Barcelona. Y todo apunta a que en los próximos años no será necesario que las personas estén a los mandos de trenes y metros.
7. Agricultor
Es uno de los sectores más antiguos del mundo y está experimentando cambios por la tecnología. Todo empezó con la introducción de grandes máquinas cosechadoras que ahorraban mucho tiempo y esfuerzo humano, una tendencia que ha seguido con la incorporación de inteligencia artificial para predecir las condiciones meteorológica, drones para controlar grandes áreas de cultivo, sensores y Big Data para recoger información útil del suelo.