Enseñar el valor del esfuerzo

Enseñar el valor del esfuerzo

Enseñar el valor del esfuerzo Nada regalan en la vida, la suerte no existe, solo el esfuerzo y el trabajo. Así es, o así debería ser siempre. Nuestra sociedad nos ha creado el falso sueño de que saliendo en los medios de comunicación, inventando un personaje o una estrategia, podemos ser ricos y famosos en un momento. Con todo eso, lamentablemente hemos perdido el valor del esfuerzo, ya no creemos en él. Pensamos que ganarse la vida con esfuerzo día a día es una estupidez, y soñamos con una lotería basada en la mentira, en el engaño o en la falta de respeto hacia nosotros mismos o hacia los demás. Muchos quieren ese minuto de gloria que les haga conseguirlo todo en un momento, conseguir cosas materiales… Queremos todo a corto plazo porque lo saboreamos más rápido, pero bien es cierto que los grandes éxitos se van cultivando con el paso del tiempo. El esfuerzo es dignidad. Los grandes hombres y las grandes mujeres son aquellos que se esfuerzan sin descanso. Son los que pasan su vida encerrados en un laboratorio buscando un descubrimiento que ayude a la humanidad. Esos panaderos que se levantan antes que el sol para ofrecernos “el pan nuestro de cada día”. O esos médicos que deciden cruzar fronteras para ayudar a los demás. No nos engañemos, el esfuerzo es dignidad, es intentar hacer las cosas mejor con una sonrisa, con ganas de seguir luchando día a día, hora a hora y minuto a minuto, por conseguir nuestros sueños; el ser consciente de los errores que cometemos y buscar alternativas, aunque ese día hayamos trabajado...
Piensa

Piensa

Piensa Hay que darse para poder dar, pues si no tienes no hay de dónde sacar. Llena el saco para tener y dar, no te quedes con todo, tan solo con lo necesario. No acumules de más, ten para ti lo suficiente para ser feliz, pues no necesitas de mucho. Sonríe o llora, según te vaya y síguele que la vida, a pesar de los pesares, es hermosa. A la vida por tal, hay que disfrutarla como estés y en donde estés. Ante todo, quiérete, tente fe y ten fe en Dios. Erasmo 2023-1         Para acceder a información que vale suscríbase a el Elconstructor10.mx.             Related posts: Remos de paciencia De los que dicen y escriben, provecho habremos de tener. ¿POR QUÉ LA CIUDADANÍA MEXICANA PIENSA DISTINTO? Porque la ciudadanía mexicana piensa distinto? DECRETA EL PRESIDENTE RESERVAS DE AGUA PARA EL AMBIENTE EN CERCA DE 300 CUENCAS DE MÉXICO REFLEXIONE Y VIVA EN...
Un día sin felicidad, es un día que pierdes.

Un día sin felicidad, es un día que pierdes.

Un día sin felicidad, es un día que pierdes.   Leamos a LIN-YU-TANG “La Importancia de Vivir” quien nos ofrece la sustancia del pensamiento chino, una que sirve a la vida y que por ello no es conocimiento sino sabiduría.Sabiduria que madura con los años y nos repliega a lo esencial, lo que nos da vida, para vivir esos últimos años de cada quien. Tú ya no tienes muchos años para vivir, y además no podrás llevarte nada cuando te vayas, por lo cual debes ser ahorrativo, pero sin sacrificar tu bienestar. Gasta el dinero que deba ser gastado, disfruta lo que deba ser disfrutado, y dona lo que te sea posible. No te preocupes por lo que pasará cuando te hayas ido, porque cuando te vuelvas polvo, no sentirás si te alaban o te critican, si te visitan al cementerio o te olvidan. El tiempo para disfrutar la vida es este momento, y los bienes que tan difícilmente ganaste debes gozarlos. No te preocupes mucho por tus hijos, porque ellos tendrán su propio destino y encontrarán su propio camino. Cuida, en especial a tus nietos, ámalos, consiéntelos, y también trata de disfrutarlos mientras puedas. La vida debe tener más cosas que trabajar desde la cuna hasta la tumba. Despiértate diariamente a disfrutar un día más de vida sin peleas con nadie ni rencores. No esperes mucho de tus hijos. Los hijos, aunque se preocupen por sus padres, también estarán continuamente ocupados con sus trabajos, sus compromisos y con su propia vida. Muchos hijos que no se preocupan de sus padres, pelearán por sus bienes aun cuando todavía estén...
De las ausencias.

De las ausencias.

De las ausencias Es de mentes diversas, de sentimientos distintos, de necesidades y de mentes creativas, como lo son todas las reflexiones que aquí les compartimos y que pretendemos les sirva a algunos o a todos nuestros lectores de muchas partes. La mala costumbre que tenemos muchos de los seres humanos de valorar algo solamente en su ausencia y no en su presencia, como, por ejemplo: Valoramos el dinero cuando nos falta, valoramos el tiempo cuando estamos muriendo, valoramos la familia cuando la perdimos y valoramos el frío cuando hace calor, y deseamos que haga calor cuando hace. Solamente cuando recibimos un golpe bajo, dejamos de posponer la vida para después. Vivimos de recuerdos del pasado, o anhelando un futuro que ni sabemos si vamos a alcanzar, mientras sufrimos el presente como si nos encontráramos en una prisión sin salida. Nos quejamos de nuestros hijos pequeños, y luego cuando crecen deseamos que vuelvan a ser niños. Vivimos discutiendo con nuestros padres, y luego cuando mueren, anhelamos con todo nuestro ser poder retroceder el tiempo y darles tan solo un abrazo más. Nos quejamos de todo lo que nos falta, y nos olvidamos de disfrutar de lo que nos sobra. El ayer ya pasó, y el futuro es incierto. Solamente nos queda vivir aquí, y ahora, y sembrar lo mejor que tengamos, confiando en que vamos a cosechar lo mejor después. Por qué esperar para decir lo que nunca se dice. ¿Esperar para decir te amo? ¿Por qué no luchar hoy por lo que deseas? ¿Por qué guardarte sonrisas, abrazos, y besos? ¿Por qué no pedir perdón? Nunca creemos que...
Los nuevos desafíos para el 2022.

Los nuevos desafíos para el 2022.

Los nuevos desafíos para el 2022. Los tiempos que hoy vivimos de pandemia, de contracción de la economía, la carestía de los productos no sólo suntuarios, también los básicos que han subido exponencialmente y siguen para bajar significativamente el poder de compra o adquisitivo de las personas en general. Hoy ya no se compra lo mismo, no lo de hace años o tan siquiera el año pasado, los mismos productos, equipos y automóviles ya no se pueden adquirir con facilidad, están fuera del radar para las grandes mayorías. Sólo para quienes, las minorías, con ingresos muy altos que de una y otra forma los obtienen como funcionarios de alto nivel, empresarios con suerte de tener demanda de sus servicios y buenos contratos para suministrar o construir, podrán adquirir, lo que la inmensa mayoría no puede, trayendo consigo la separación de los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco. Aquí me refiero a los que sus ingresos, son formales y no a los que los obtienen de otras maneras, de forma ilícita, aquí los dejamos por fuera, aunque inciden en el mercado. Pero como todo lo que sucede en la vida, no todo lo que hoy es, deberá hacernos infelices ante esta situación “desfavorable”, pues la actual situación que estamos viviendo, debe ser de coyuntura, para provocarnos el que nos demos más tiempo para mirar hacia nuestro propio interior, para formularnos preguntas que quizás habíamos estado evitando hacérnoslas durante demasiado tiempo. Así que en estos convulsos tiempos en que vivimos más de manera virtual y menos presencial, ¡quién lo diría hace un par de años!, se está...
Las manos del abuelo

Las manos del abuelo

Las manos del abuelo Nunca volveré a ver mis manos de la misma manera… El abuelo con noventa y tantos años, sentado débilmente en la banca del patio, no se movía, sólo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos. Cuando me senté a su lado no se dio por enterado, y entre más tiempo pasaba, me pregunté si estaba bien. Finalmente, no queriendo realmente estorbarle sino verificar que estuviese bien, le pregunté cómo se sentía, levantó su cabeza, me miró, sonrió y me dijo con voz clara y fuerte: “Sí, estoy bien, gracias por preguntar”. Le dije luego, no quise molestarte abuelo, pero estabas sentado aquí simplemente mirando tus manos y quise estar seguro de que estuvieses bien, le expliqué. ¿Te has mirado alguna vez tus manos? me preguntó y luego me dice: Quiero decir, ¿realmente te has mirado tus manos? Solté mis manos de las de mi abuelo, las abrí y me quedé contemplándolas. Les di la vuelta, palmas hacia arriba y luego hacia abajo. y le dije, ¡No!, creo que realmente nunca las había observado. El abuelo sonrió y me contó esta historia: – “Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido bien a través de los años. Estas manos, aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida. Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando niño, mi madre me enseñó a juntarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas. Han estado sucias, raspadas, ásperas,...