Caridad

Los tiempos y percepciones nos van marcando el camino y nos inducen sospechosamente para escribir sobre determinados temas, como los de “Los Remos de Erasmo”, como los de este mes de diciembre, con la caridad, que para mí no es lo mismo que la limosna, pues la caridad es más amplia en su concepción.

Por caridad deberemos entender el de dar al necesitado, y que desde el punto de vista religioso, es un sentimiento o actitud que impulsa a interesarse por las demás personas y a querer ayudarlas, especialmente a las más necesitadas.  Por lo que la caridad es comprendida como una virtud teologal del cristianismo que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo y que junto con la esperanza y la fe son las tres virtudes teologales.

Es bueno, digo yo, que haya quien dé y que el que pide y recibe, sea por verdadera necesidad, sin haberlo pedido, sólo porque el que le da, ve su verdadera necesidad de auxilio, dándose una verdadera comunión, con la unión de unos y otros, sin comparar situaciones y posiciones del que tiene y el que no.

Sabemos muy bien que en este mundo hay de todo, los que dan y los que reciben; los que no dan ni tan siquiera un centavo; los que tienen gula de poseer, acumular y atesora hasta riquezas ajenas como algunos “religiosos” que no respetan los 10 mandamientos y políticos, empresarios y promotores de buenas causas a los que se les confían recursos públicos o privados y se quedan con buena parte.

Me apoyo, con lo que me encontré por ahí: “Como caridad supondremos que es la actitud de quien obra desinteresadamente, en favor del prójimo, sin esperar nada a cambio. Como tal, puede entenderse como sinónimo de altruismo, filantropía, generosidad o solidaridad”.

“La caridad está muy asociada a los valores que preconiza la religión cristiana, fundamentalmente el del amor al prójimo. Sin embargo, la caridad se expresa básicamente en la disposición de ayudar y apoyar al otro, al más necesitado, sin esperar recompensa”

Estoy de acuerdo por lo que por caridad, se ha expresado, por mi agregaría, que tendrá la aprobación de muchos, pues quien se deshace de un remo, para salvar del naufragio a quien navega a la deriva o hace agua su barca y quien ahí está siempre presente, es un real caritativo y como han estado muchos y nos lo  confirman con las frases que acuñaron y les comparto para su bien conocer.

 

 

 

La manera de dar vale más que lo que se da. Pierre Corneille. 

 

 

 

 

 

Yo creo que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla. Benjamín Franklin.

 

 

 

 

Tirarle el hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él. Jack London.

 

 

 

Quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad. Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia. Agustín de Hipona.

 

 

 

En la caridad el pobre es rico, sin caridad todo rico es pobre. Miguel Servet.

 

 

 

 

A los ojos de la caridad no es nunca pequeño el bien que se hace ni el mal que se evita. Concepción Arenal.

 

 

 

 

Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna. Georg Christoph Lichtenberg.

 

 

Doy de lo poco que tengo, pero sé que ese poco es mucho para el que lo recibe. Erasmo.  

 

 

 

 

 

 

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