2017: Año de la renovación

Siempre que llego al término de un año, me acuerdo de lo que se decía en los años sesentas que en el año dos mil se acabaría el mundo. Y resulta, que el mundo no se ha acabado y con todo y sus problemas generados por la contaminación y las guerras entre ciertas naciones que buscan el poder, ya no pensamos que se acabará en cierto año. El orbe tierra sigue viva y por los acuerdos de París, de más de 190 países, referentes a los cuidados del medio ambiente y el control de las emisiones, permanecerán los seres vivos del planeta con vida. Para conservar nuestro entorno limpio y propicio para el desarrollo de la raza humana, requerimos que los países, sus gobiernos y las naciones respeten los acuerdos de París y vayan mucho más allá en los compromisos y acuerdos nuevos, antes de sus propios intereses. De México, nuestra patria tan saqueada desde Hernán Cortés hasta Peña Nieto, cada fin de año, de los de antes y los de ahora con los nuevos impuestos, las alzas generalizadas, las inflaciones galopantes y locas, los moches que sangran todo presupuesto destinado a infraestructura productiva, para los servicios básicos y de sobrevivencia; los gasolinazos, que con esto y con los grandes privilegios de que gozan una minoría gobernante, legislativa, ejecutiva y judicial, y la parte electoral y de partidos, piensan que ya se acabó, pero no, aún no lo han podido. Este año y los que siguen, requerimos de una renovación de actitudes que permitan que ya no vuelva a pasar lo que ha pasado y está aún pasando. Requerimos...