LA COLUMNA VERTEBRAL

LA COLUMNA VERTEBRAL

La función mecánica de la columna vertebral es mantener y trasmitir el peso de la cabeza, extremidades superiores y tronco hacia las piernas. Así que cuando ésta se atrofia, se genera inmovilidad parcial y a veces total. Su función neurológica es proteger la médula espinal y los nervios que van hacia la pelvis y las piernas.

Comparando al estado de Sonora con un cuerpo humano, sus arterias alimentadoras están sanas, pero la gravedad de este cuerpo es su columna vertebral que no funciona bien, tiene algunas vértebras en mal estado, lo que le da poca o lenta movilidad y nervios al transitar por ella su médula.

Comento y comparo lo anterior, en relación a la construcción que se lleva a cabo en la cuatro carriles de Sonora, que a excepción de los tramos terminados Navojoa-Ciudad Obregón, lo demás está parcialmente terminado y la fecha para concluirse será más tarde de lo que se prometió, producto de deficiencias en la organización de la obra y también en la “asignación de contratos”.

Los constructores del estado, no los de afuera, porque desde afuera la trabajan por contrato o subcontrato, deberían de apegarse a una directriz, a una orden de quien debe de imponer una conducción para la ejecución de los trabajos sin molestia alguna, pero la percepción del usuario en general es que no la hay y, esto es así no la hay.

La cuatro carriles heredera de la carretera de la muerte, quisiera ser una verdadera columna vertebral para la movilidad y el desarrollo del estado, para beneficio de los de aquí y en el tránsito de personas y mercancías de otras partes de la república, pero no lo es, son más los riesgos y molestias que los beneficios.

Prometida a elevarse a una autopista todo el tramo de estación don a la ciudad de Nogales, en concreto hidráulico, sólo será el 60% pues de Hermosillo a Santa Ana seguirá siendo de asfalto para beneficio de las plantas que lo producen y molestias permanentes a los usuarios, por las reparaciones constantes con bacheos, recarpeteos y sustituciones mayores.

Prometida para concluirse a finales del actual gobierno federal, me parece que esto no sucederá, y ya oiremos las justificaciones, a sabiendas que todo retraso en la obra se debe a una mala conducción, una mala organización, a los cambios en conceptos y en volúmenes como los nuevos terraplenes del tramo Hermosillo-Guaymas que más las atrasan.

Concluyo, cuando de una obra sin importar su tamaño, los beneficiarios están contentos porque se terminó en tiempo y se realizó con la debida calidad, que se mantuvo informada e involucrada a la ciudadanía y que se brindaron las debidas facilidades, esa obra genera una corriente de armonía entre los ejecutores: funcionarios de gobierno y los constructores, con la propia comunidad, beneficiada de alcances inimaginables.

Ya terminada, dará más o menos, los servicios que se esperaban, aún con todas las molestias del tramo Santa Ana-Hermosillo y de los grandes riesgos del tramo Hermosillo-Guaymas, pero ya no causará ninguna reacción e impactos positivos, tan sólo se dirá: “al fin la terminaron”.

Con mis mejores augurios para ustedes mis lectores.

ERASMO FIERRO PALAFOX
Presidente -Editor

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