En las urbes del futuro los edificios se transformarán en granjas verticales. Abundarán los caminos alimentados con energía solar y los bosques urbanos no solo serán parte del paisaje sino que serán cruciales para adaptarnos al cambio climático y prevenir las inundaciones urbanas.
Así lo predice el informe “Cities Alive” (ciudades vivas), de la consultora internacional de ingeniería Arup. Según el grupo independiente de diseñadores, ingenieros y especialistas en planeación, con el previsto “aumento de las temperaturas y el nivel del mar, aquellos entornos urbanos que estén poco integrados o mal diseñados sufrirán las consecuencias de estos cambios del clima”.
Para adaptarse al cambio climático y la escasez de recursos y para proteger a las ciudades de las inundaciones y mejorar la salud y bienestar de sus habitantes, la consultora hace distintas propuestas:
1. ESPACIOS PÚBLICOS VERDES Y GRANDES
La consultora propone crear espacios públicos más grandes y entornos urbanos más verdes, a través de un diseño paisajístico de calidad.
Para proteger las urbes se plantea, por ejemplo, reemplazar el hormigón, el asfalto y las áreas techadas con superficies más permeables como cañaverales y otros hábitats húmedos.
El aumento de árboles en las zonas urbanas también podría reducir el riesgo de inundaciones, ya que -según la consultora- calculan que por cada aumento del 5 por ciento de superficie arbórea, la escorrentía se reduciría en un 2 por ciento.
El informe “Cities Alive” también destaca que los mayores espacios verdes podrían aumentar la esperanza de vida de los urbanitas en hasta 5 años, ya que “la gente percibe que la distancia es más corta en zonas verdes y se siente, por lo tanto, más propensa a caminar”.
Con el poder piscológico del verde en el ambiente también coincide un estudio publicado en la revista Psychological Science. La investigación fue realizada por científicos de Inglaterra, quienes revisaron los datos de 5.000 familias durante 18 años. El resultado: mientras más zonas verdes haya en su ciudad, mejor.
2. ÁRBOLES QUE BRILLAN EN LA OSCURIDAD
Ante la creciente escasez de alimentos, la producción se efectuará dentro de los edificios, con granjas verticales especialmente construidas que se convertirán en una característica del paisaje y reconectarán a las ciudades con la naturaleza, permitiendo que sus habitantes aprendan a cosechar sus propios alimentos de manera segura y sostenible. Un caso tangible es el de las granjas construidas en Singapur, diseñadas por Kalinga Seneviratne.
Según Arup, innovaciones tales como las partículas de luz pulverizadas comenzarán a utilizarse en espacios públicos como carreteras, edificios y caminos, aportando luminiscencia y seguridad adicional a parques y callejones, e incluso los árboles podrían llegar a producir luz y reducir el impacto ambiental del alumbrado público, gracias a la incorporación de esta bioluminiscencia en sus troncos y ramas.
La tecnología bioluminiscente de los árboles que brillan en la oscuridad “se ha utilizado durante mucho tiempo para permitir a los científicos ver y entender el funcionamiento interno de las células, y ahora también se está desarrollando para aplicaciones más amplias”, comenta el experto.
3. TECNOLOGÍA DE PUNTA EN LOS ESPACIOS
En el año 2050 se prevé que la población humana alcance los 9.000 millones de habitantes, con el 75 por ciento viviendo en ciudades. Adaptar los espacios existentes en las urbes a través de la innovación tecnológica es el gran catalizador de cambio.
“Los entornos más sostenibles y resilientes, es decir capaces de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”, dice el estudio.
Ronald Manjarrés, especialista en desarrollo urbano sostenible, explica a este diario que las ciudades del futuro “deberán resolver problemas como el impacto ambiental a través del uso de materiales sostenibles y el uso más eficiente de recursos como el agua en las construcciones”.
4. CUBIERTAS CLIMÁTICAS INTELIGENTES
Tom Amour, experto en arquitectura paisajística, señala que esta tecnología podría ayudar a mantener los lugares públicos utilizables en diferentes condiciones climáticas.
Estas cubiertas serán similares a cortinas gigantes que se pliegan como sombrillas, estarán dotadas de sensores que cerrarán de forma automática las persianas cuando las temperatura se hagan más intensas o comience la lluvia, y algunas de ellas también podrían recoger la energía solar durante el día y proporcionar “iluminación nocturna inteligente” para ahorrar energía, adelanta.
Las ciudades también necesitarán superficies más permeables que puedan actuar como una “esponja” o “tampón” para amortiguar los efectos de las fuertes tormentas de lluvia y absorber el agua caída, y devolverla más lentamente a los sistemas de drenaje urbano, evitando así que causen inundaciones, según Amour.
“Para pasar de gris duro del cemento y el asfalto al verde más blando de los vegetales, y retardar el escurrimiento del agua hacia abajo, la idea es aumentar en los núcleos urbanos las áreas de naturaleza, la cobertura de árboles y las superficies de vegetación y pastos a lo largo de las calles y en las plazas y parques, además de incorporar pavimentos permeables”, explica el experto.
5. VOLUNTAD POLÍTICA Y MENTES CONSCIENTES
Ronald Manjarrés plantea entre los requisitos de las ciudades del futuro la mentalidad y la voluntad política. “Las ciudades del futuro deben evolucionar, también, a la inclusión de los menos favorecidos a través de la densificación de las zonas más pobladas y equilibrando el valor del suelo para hacerlo más accesible a las familias de menos recursos. Las ciudades del futuro serán más inclusivas y accesibles para las personas con menos posibilidades financieras”.
http://www.elcolombiano.com/