Con el respaldo de la NASA y la Agencia Espacial Mexicana, académicos del Departamento de Geología de la Universidad de Sonora llevaron a cabo en la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, una reunión con investigadores nacionales y extranjeros en la que analizaron qué se puede hacer respecto a los nuevos acontecimientos que llevarán a la activación de los trabajos en Marte para los años 30.
Francisco Paz Moreno, académico del Departamento, destacó que en ese encuentro, realizado del 17 al 21 de noviembre pasado en un sitio estratégico de la reserva, también se contó con la iniciativa y el respaldo de un organismo no gubernamental de los Estados Unidos, encargado de aspectos espaciales.
En la reunión, dijo, participaron especialistas en esa área de las universidades del norte de Arizona y la Tecnológica de Guaymas, interesados en la aplicación de la robótica en ese tipo de suelo, así como académicos de Geofísica de la UNAM.
En rueda de prensa, destacó que en el propósito de colaboración científica en la realización de pruebas aeroespaciales en esa región se pretende, en el corto plazo, una firma de convenio con astronautas de la NASA, la Agencia Espacial Mexicana y colegas de Arizona, y que otro objetivo que ayude a darle continuidad al proyecto, es buscar la manera de bajar fondos de convocatorias nacionales e internacionales para llevar a cabo los trabajos trazados en la reserva.
Paz Moreno indicó que en ese programa de colaboración podrán participar profesores investigadores de esta casa de estudios de los campos disciplinares de geofísica, biología, astronomía, además de geología y volcánica, entre otras áreas afines, e indicó que en tanto sus colegas estadounidenses tienen fuerte experiencia en trabajos virtuales en imágenes a control remoto de la Luna y Marte, la participación de nuestros universitarios sería más física en el lugar.
“Nuestra tarea sería buscar sitios con características muy especiales, sobre todo aquellos que pudieran tener semejanza con los que se han detectado por diversos métodos en Marte y la Luna”, añadió.
Planteó que una vez cerrado todo protocolo oficial y firma de convenio, el objetivo es que en esta primera parte del año se tenga la presencia de investigadores, científicos, ingenieros y astronautas de todo el mundo para realizar pruebas en esa región volcánica, que se distingue para el estudio movimientos y lanzamientos aeroespaciales.
Antecedentes
En la reunión informativa, Francisco Paz recordó que el proyecto de colaboración científica nació a raíz de que en marzo pasado un grupo de investigadores de la NASA visitó la Reserva de la Biósfera tratando de recordar la época en la cual se hicieron estudios para pruebas de alunizaje para los naves Apolo, a finales de los años 60 y principios de los 70.
Ese grupo, agregó, trató de ver el estado actual de la reserva, la que dijo tiene una organización ya establecida, luego de que la Unesco la decretó en junio de 2013 como Patrimonio de la humanidad, sorprendiéndose de encontrar un museo solar recientemente creado, por lo que vieron la posibilidad de abrir una sala de exhibición de la NASA que muestre la utilería que se utilizó en aquella época.
Paz Moreno dio a conocer que desde que se le dio a El Pinacate el ordenamiento como Reserva de la Biósfera, él forma parte de su consejo técnico, tocándole participar en su plan de manejo desde principios de los años 90.
Señaló que la superficie del Pinacate, como cualquier otro campo volcánico del mundo, es muy espectacular en la medida en que es un sitio privilegiado en cuanto a clima y estar aislado, donde además de su gran mancha negra de sus rocas, también converge el Desierto de Altar, el más grande de Norteamérica, y el Mar de Cortés.
Afirmó que ese sitio conjuga una serie de paisajes que hacen que tenga sus características muy peculiares, hecho por el cual se ha detectado como una reserva de la biosfera, además de contar con un detalle muy singular, como es la ventaja de que por ser un sitio inhóspito se ha mantenido prácticamente intacto.
“Es un sitio geográfico extraordinario y análogo perfecto, muy parecido a la superficie lunar, presuponiéndose que tenga características similares a la de Marte”, expresó tras concluir que en el caso del Departamento de Geología y las otras unidades académicas muy bien pueden liderar el proyecto de colaboración.
Por: Jesús Alberto Rubio.
Periodista