Un espacio público que se ha convertido en una especie de refugio, ha revitalizado la ciudad y aguarda un corredor de arte contemporáneo memorable.
En el jardín es increíble ver cómo confluyen todo tipo de personas y se ha convertido en un oasis dentro de la ciudad.
Tatiana Bilbao
Hace 31 años, en 1986 fue inaugurado en Culiacán, Sinaloa, uno de los espacios públicos más populares de México: el Jardín Botánico de Culiacán. Aquí se exhiben, crecen y cuidan más de 1,300 especies de plantas, pero también se ha creado una especie de corredor de arte contemporáneo para acercarlo a las personas de una manera fortuita, democrática, como debiera ser. El lugar, además, cuenta con un auditorio, salón para clases, espacios expositivos y una biblioteca.
En 2005 comenzó a reestructurarse este espacio, y entonces para esta tarea fue invitada la prestigiada arquitecta mexicana Tatiana Bilbao (Premio Mundial de Arquitectura Sostenible 2014).
El resultado son espacios distribuidos que se se reparten como fragmentos geométricos “kandinskianos”, aunque de colores sobrios, muy cercanos a la sensación de la lejanía y el desierto.
Por ser un espacio público verdadero, Bilbao consideró que se trataba de un proyecto muy especial, el cual se ha convertido entre sus preferidos. Al respecto de este proyecto advirtió en entrevista para Archdaily, recientemente:
Es muy curioso porque el acceso es libre y confluyen todos los estratos de la ciudad, y todas las edades, de alguna manera yo lo veo como un refugio. El hecho de haber generado—y no lo generé yo sino Carlos Murillo hace muchos años—un espacio democrático que pueda ofrecer actividades interesantes para todos los estratos de la ciudad, es valioso para la ciudad y al final se vuelve un refugio.
Otro de los motivos por lo que este proyecto le ha entusiasmado tanto, es porque cuenta con una colección de arte que se comisionó a distintos artistas del mundo especialmente para el lugar, entre ellos nombres como ames Turrell, Olafur Eliasson, Dan Graham, Richard Long, Gabriel Orozco, Teresa Margolles, etc.
Las personas, sin saber muchas veces de qué se trata o el valor que estas piezas tienen en el cerrado mundo del arte institucional, se involucran con ellas de una manera mucho más real y pura, quizá. También, desde que se hizo esta especie de corredor de arte, se ha activado en la ciudad aún más la vida cultural en las instituciones, como una especie de efecto dominó, y al respecto refirió Bilbao:
Es impresionante cómo el Jardín Botánico está promoviendo el arte contemporáneo en Culiacán de una manera que no lo ha hecho nada y no lo hubiera hecho nada más.
Por ejemplo, el Museo de Arte de Sinaloa [MASin] se ha transformado mucho y ha tenido exposiciones increíbles, pero sigue siendo un museo. Sigue existiendo una restricción y no todo mundo se atreve a ir, porque finalmente es una institución, un espacio cerrado. Al meter el arte de una manera tan espontánea y justamente sin restricciones en un espacio abierto, comienza a interactuar con la gente.
¿Cómo llegar?
Dirección:
Av de las Américas No 2131, Burócrata, 80030 Culiacán Rosales, Sin.
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