PRESENTACIÓN AGENDA PÚBLICA DEL SECTOR PRIVADO

PRESENTACIÓN AGENDA PÚBLICA DEL SECTOR PRIVADO

Juan Pablo Castañón, en la presentación de la Agenda México Mejor Futuro

Juntos, hemos trabajado convencidos de que México debe ver al futuro. Caminar hacia delante. Asumirse como un país moderno, de leyes que se cumplan y avanzar con paso firme e incluyente. Necesitamos resolver los problemas que tenemos y convertirnos en el país que queremos. México puede y debe tener un mejor futuro, porque los mexicanos somos capaces de construirlo.

Somos un país diverso pero tenemos un anhelo común: una vida mejor, en una sociedad más justa y próspera, en ciudades o localidades rurales donde la ley se cumpla y los derechos se respeten. Donde todos encontremos la oportunidad de salir adelante con nuestro propio esfuerzo.

La respuesta de millones de mexicanos ante los sismos del mes pasado es una señal de aliento y esperanza. Jóvenes, adultos mayores, estudiantes, trabajadores, hombres y mujeres se sumaron por igual, en grandes números, con el corazón en la mano y el único interés de ayudar. Las últimas semanas nos demostraron que somos un país con muchos retos pero más fortalezas; con muchos desafíos pero aún más capacidades; con muchos problemas, pero más energía para superarlos. Los mexicanos hemos puesto la voluntad sobre el desánimo. Y, ahora, tenemos que aprovechar esa fuerza para seguir adelante.

Nos mostramos y demostramos como un país distinto al que éramos hace 30 años. Y nos corresponde a todos construir un país diferente para las próximas décadas. Nuestro país no está exento de retos, pero ha encontrado un camino para superarlos. En tres décadas el número de estudiantes en el sistema educativo creció 40 por ciento. El ingreso medio de los mexicanos creció casi 5 veces. La esperanza de vida aumentó en 6 años, por encima de América Latina y el promedio global.

Nuestro país ha avanzado también en el desarrollo y adopción de tecnologías: hoy, producimos motores de avión, diseñamos automóviles, nuestros médicos acceden a las tecnologías más nuevas y los robots mexicanos ya han destacado en competencias internacionales. Nuestras escuelas hoy egresan a cuatro veces más ingenieros que abogados, más ingenieros por habitante que en Alemania o Estados Unidos. Hemos avanzado en el sentido correcto, y tenemos que acelerar el paso.

México puede y debe ser un país más igualitario

En el que se ofrezcan más oportunidades de empleo y desarrollo para los jóvenes; donde las empresas generen bienes con mayor valor agregado y puedan pagar salarios más elevados; donde la economía sea más competitiva y nuestros negocios puedan seguir ganando terreno en los mercados internacionales. Tenemos problemas, sí; y tenemos que resolverlos, también. Pero no podemos quedarnos parados, detenidos, mirando al pasado; la solución está en ver hacia adelante y trabajar ahora por el futuro de bienestar que queremos.

No podemos retroceder sobre el esfuerzo y el sacrificio que ya hemos hecho. Al contrario, avancemos, para que la suma de los éxitos de cada ciudadano, de cada familia y de cada empresa, se multipliquen y conviertan en el éxito de todo el país. Porque cada mexicano, en su libertad de emprender, sea la base del desarrollo.

Por eso —en representación de todos los empresarios del país— de los grandes y los pequeños, de los millones que día a día levantan la cortina de un restaurante, una tienda o una ferretería; de quienes tienen una papelería, un taller mecánico o una peluquería como medio de sustento; de los agricultores y ganaderos que con su trabajo producen y procesan los alimentos que consumimos –y que nos llenan de orgullo porque hoy son exportadores netos al mundo; de los miles que a diario ponen el nombre de México en alto exportando nuestros productos a todo el mundo; de los jóvenes que cada día crean nuevas tecnologías; de las grandes empresas que con sus bienes y servicios están presentes en casi todos los hogares de México.

En nombre de esos millones de personas que han decidido arriesgar y emprender —que dan empleo a 9 de cada 10 mexicanos; que producen junto a sus trabajadores; que invierten y confían en el país; que participan en las grandes causas de México; que apuestan por superar la adversidad con esfuerzo— presentamos esta agenda de propuestas de política pública. Una visión de libertad, de inclusión, de responsabilidad, de legalidad, de justicia y sustentabilidad.

Tenemos una propuesta integral que ahora queremos compartir y enriquecer con la sociedad. En los próximos meses, organizaremos una serie de mesas y foros de discusión para incorporar las opiniones de los empresarios de las distintas regiones del país, de especialistas, académicos, de intelectuales y ciudadanos que hoy convocamos. Y también necesitamos involucrar a los partidos políticos, porque necesitamos ofertas responsables, con soluciones viables; no espejismos populistas que sólo tienen fines electorales.

¿En qué consiste la agenda que proponemos?

Se trata de establecer una base y cuatro pilares para el desarrollo de nuestro país. Una base y cuatro pilares que permitan que la iniciativa de la sociedad sea el motor del desarrollo; que la libertad de empresa sea el catalizador de la inclusión social; que la estabilidad sea la plataforma para el cambio.

La base son instituciones fuertes y un Estado de Derecho que nos proteja a todos. Las empresas no pueden prosperar ni generar empleos si no se cumple la ley, si no se ejecutan los contratos, si el dueño de una miscelánea tiene que poner una reja para protegerse de los asaltos, o los restauranteros viven extorsionados por el crimen organizado o falsos inspectores. Tenemos que imponer el imperio de la ley y el respeto irrestricto a los derechos de todos como base de la economía y la convivencia social.

El Estado de Derecho lo construimos todos. Exigiendo más de los gobiernos y aportando más como ciudadanos. Sólo bajo el imperio de la ley podemos acelerar el crecimiento económico y generar los niveles de bienestar que necesitamos. Y también proponemos cuatro pilares indispensables:

El primer pilar es una economía abierta, competitiva e incluyente. Ya sabemos que el camino al desarrollo está en finanzas públicas responsables con mercados abiertos y eficientemente regulados. Así lo muestra la experiencia internacional y la historia de nuestro país: estados como Guanajuato o Querétaro que han apostado por este modelo, en los últimos 10 años han crecido a tasas similares a las de China; mientras que los estados más dependientes de los recursos públicos, como Campeche o Chiapas, se han contraído a tasas similares a la República Centroafricana.

México no puede arriesgar la estabilidad porque ésa es la mejor plataforma que tenemos para ir hacia delante.

El segundo pilar es construir mejores condiciones de bienestar. Necesitamos invertir en las personas, porque como lo hemos demostrado en estos días, los mexicanos somos la mayor fuerza de este país. Por eso, necesitamos profundizar la transformación de la educación, construir mejores servicios de salud, certezas para el retiro de los trabajadores y una mejor y mayor disponibilidad de infraestructura y servicios públicos. A la vez, estamos convencidos de que la inversión social tiene que estar vinculada a la actividad productiva para romper la trampa de la pobreza. Porque sólo a través del empleo digno, puede generarse bienestar sustentable para las personas, en el mediano y largo plazos. El empleo es la solución y crearlo exige acceso a la justicia para todos.

Para lograrlo, necesitamos un tercer pilar: un gobierno eficiente y transparente. Tenemos que exigir una reingeniería del gasto público en el país, así como un verdadero compromiso de los tres órdenes de gobierno con una mejora regulatoria: menos trámites y más sencillos. Los gobiernos tienen que gastar donde socialmente se necesita y no donde conviene políticamente; y deben establecer reglas para que las empresas puedan operar más fácilmente, para que los emprendedores no tengan que dedicar su tiempo a cumplir trámites en lugar de producir más y mejor. Tenemos que liberar la creatividad y el potencial de quienes deciden abrir y operar un negocio. Y tenemos que hacerlo en el marco de la ley y el respeto a los demás.

Por eso, el cuarto pilar es fomentar la innovación y la productividad. Tenemos que transitar de lo hecho en México a lo creado en México. Contamos con el potencial para posicionar al país a la vanguardia de la tecnología y ser parte de la nueva revolución tecnológica global. México debe avanzar hacia el futuro, a la par de las tendencias globales; aspirando a ser un país moderno, socialmente responsable y tecnológicamente competitivo.

Queremos condiciones para que los ciudadanos y empresas podamos invertir en nuestro propio futuro y el del país. Queremos que México vaya hacia delante porque los emprendedores encuentran un entorno propicio para abrir un negocio, porque la corrupción no cancela sus sueños ni la regulación asfixia sus proyectos.

Un México que va hacia delante porque los jóvenes encuentran las oportunidades para desarrollar su talento, donde los trabajadores tienen la oportunidad de crecer porque son productivos, donde la pobreza se reduce porque hay formas honestas de ganar más a través del trabajo, no sólo porque reciben programas sociales que sólo tienen un impacto temporal.  Los mexicanos no necesitamos ayuda para salir adelante, sino solo un piso parejo para construir un mejor futuro.

Tenemos que asumir que es momento de la sociedad: que México no es el país de nuestros gobiernos sino el que construimos todos los ciudadanos. Es tiempo de que hagamos —nosotros mismos— el cambio que queremos ver en el país. Juntos, podemos exigir reglas claras y que se cumplan; gobiernos honestos y transparentes; y contribuir con nuestro esfuerzo a la construcción de un país más equitativo, más justo, más próspero.

México es la suma de lo que hacemos todos. Trabajemos juntos, con el arrojo que nos caracteriza como empresarios y ciudadanos. Con la valentía con la que decidimos emprender para salir adelante. Asumiéndonos como motor de un cambio positivo y protagonistas de nuestro propio destino. Juntos, para darle rumbo al país; para crear un sueño compartido y trabajar para conquistarlo; para forjar, unidos, un mejor futuro para México.

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