EL HUMOR PATRIO

EL HUMOR PATRIO

EL HUMOR PATRIO

Pues ni modo que no, si reír es bueno para la salud, la armonía y pasársela bien en las reuniones, pues sabrán que por temas variados de humor o por personajes, hechos y sucesos no hay límite, aunque en estos días patrios, el humor mexicano brota, lo dejaremos para otros humores constructivos y les comparto unos chistes para que rían y unas anécdotas para saber.

 

Hillary y Bill Clinton se detuvieron en una gasolinera.

¡Oh! ¡Qué casualidad! El hombre que está echando la gasolina fue mi novio en secundaria dice Hillary.

¿Te das cuenta Hillary? Si te hubieras casado con él, hoy serías la esposa de un obrero – comenta jocoso Bill.

No, Bill. ¡Él sería el Presidente de los Estados Unidos!

No era de Michel para Obama o la casualidad de que ambos tienen mujeres más listas.

 

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Iban dos hombres por la calle, uno alto y otro bajo; el alto llevaba el paraguas abierto.

¿Cuál de los dos se mojaba más? Me parece que el bajito. No, ninguno de los dos porque no estaba lloviendo.

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Oye amigo, estoy en un apuro, ¿Me dejas 10,000 euros? Lo siento, no llevo nada de dinero encima. ¿Y en casa? Todos bien, gracias.

Ahí los dejo y ojalá rían, pero sé que no, mejor y en serio le trasladaré unas anécdotas de muy conocidos suyos y nuestros:

Una fake news.

La curiosa noticia referente a Charles Dickens, quien declaró en cierta ocasión que “su primer amor fue Caperucita Roja”, y que de haberla encontrado estaba seguro que hubiese sido muy feliz con ella.

En uno de sus viajes en tren por EEUU, Mark Twain

Se topó con el boletero y no encontraba su ticket. Tras una larga espera, con el escritor rebuscando por todos sus bolsillos, el hombre le dijo:

Ya sé que usted es el autor de “Tom Sawyer”, así que no se moleste, estoy seguro de que ha extraviado el ticket.

Pero Twain seguía buscando y el boletero insistía en que no hacía falta, hasta que le confesó:

Es que, si no lo encuentro, no sé dónde debo bajarme.

Miguel de Unamuno conversaba con Alfonso XIII tras recibir de su mano la Gran Cruz.

Me honra, Majestad, recibir esta cruz que tanto merezco.

¡Qué curioso! La mayoría de los galardonados aseguran que no se la merecen.

Señor, en el caso de los otros efectivamente no se la merecían.

Mientras Jorge Luis Borges ejercía como profesor en la universidad, preguntó a una alumna su opinión sobre Shakespeare, a lo que ella contestó:

Me aburre. Al menos lo que ha escrito hasta ahora.

Y el maestro concluyó:

Tal vez Shakespeare todavía no escribió para ti. A lo mejor dentro de cinco años lo hace.

Espero que haya servido de algo y deseo que estas fiestas patrias sean de mexicana alegría, sabiendo o sintiendo que nuestro país nos da mucho, sólo cuidarlo y no malgastarlo es deber patrio.

 

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