La carta a Donald
En relación a la “Carta a Donald Trump” que el presidente de México Andrés López Obrador envió a su homólogo de Estados Unidos, sobre los aranceles que de 5 en 5%, pretende imponer a los productos mexicanos que ellos nos compran y consumen, estoy de acuerdo en sus términos. López Obrador, dejó clara su posición, la que debe ser, la que por tradición es de nuestra nación.
Esta posición es conciliadora, prudente y clara, no tiene nada que ver con lo que declaran o más bien vociferan, los disque opositores, al presidente, que de cualesquier tema, como este, quieren ver sangre. Ellos, forman parte de un pasado que ya no queremos que vuelva, se les han ido cerrando las oportunidades para volver a sumarse a la ubre y eso para mí los tiene molestos y no conectan cerebro con la lengua, les gana el coraje, sino vean sus caras.
Estos disque conocedores de la verdad absoluta, que piden aun, para ellos, respeto y pleitesía, se dejan ver desnudas sus reacciones mezquinas, lacerantes; pero no suman, no causan mella y más bien se convierten, esas palabras en un bumerán. Como aquel que escupe para arriba. En contraposición de las del presidente que asienta: “No me falta valor, actúo por principios”.
Prudencia, sin debilidad, es lo que proyecta la “Carta a Donald” y al día siguiente de su envío, en relación a los migrantes el presidente antepone su humanismo para tratarlos, el que le caracteriza y el que Donald no tiene ni un ápice.
Me parece que Trump es como un dobermán, pero que un día de estos, saldrá chillando con la cola entre las patas, como han salido los que hicieron de nuestro país un coto de privilegiados corruptos.
Y nada tiene que ver, este medio, con adular, pues publicamos y escribimos con objetividad y es una de nuestras banderas, de que en este país se juegue limpio y unos los de adentro y otros los de afuera, cuiden mas lo ajeno que lo propio.
