Reciben los premios de arquitectura y de ingeniería por parte de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México

Reciben los premios de arquitectura y de ingeniería por parte de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México

En Palacio Nacional.

Reciben los premios de arquitectura y de ingeniería por parte de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México

 

*             Estos premios muy merecidos, se entregan por su trayectoria profesional y por lo que han aportado al desarrollo de nuestro país. AMLO.

*             Por primera vez se premia a un ingeniero petrolero, al ingeniero petrolero José Francisco Garaicochea Petrirena; y también, por primera vez, a un fraile benedictino, el arquitecto fray Gabriel Chávez de la Mora.

Semblanza del arquitecto fray Gabriel Chávez de la Mora en la voz del arquitecto José Francisco Reygadas Valdez, presidente de la Academia Nacional de Arquitectura.

 

Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México

 

‘La arquitectura es el testigo insobornable de la historia’. Bella, muy bella frase, muy bella definición de nuestro premio nobel de Literatura 89, Octavio Paz: La arquitectura es el testigo insobornable de la historia’.

Señor presidente: Hoy, el gobierno de la República honra a través de la más antigua organización profesional de nuestro gremio, la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, propuesto por la Academia Nacional de Arquitectura, a un hombre heredero de la mística tradicional medieval y del espíritu renacentista y comprometido con sus raíces prehispánicas y profundamente mexicanas: Gabriel Chávez de la Mora.

Gabriel Chávez de la Mora nace en Guadalajara en 1929, iniciando sus estudios universitarios como ingeniero civil, terminando con honores como arquitecto, siendo el primer egresado de la Universidad de Guadalajara y se funda en ese entonces la Escuela Tapatía de Arquitectura.

Hoy, a los 92 años de edad, es un testimonio vivo y activo de la entrega de un hombre a su oficio, dedicado por decisión propia en su congregación a trabajos, construyendo espacios de reconocida habitabilidad; pero sobre todo, con grandes aportaciones artísticas, culturales y sociales, no sólo en edificaciones religiosas, pues ha construido escuelas y recintos culturales para la educación, atendiendo comunidades de niños y jóvenes de escasos recursos y en donde además se ha desempeñado como un reconocido artista en el campo de la pintura, la escultura y el grabado.

 

 

 

Su conocimiento de las disciplinas técnicas y humanísticas trasciende su profesión, pues también es un filósofo que en su creatividad intelectual y material entiende a las mujeres y a los hombres para satisfacer sus necesidades de espacio para habitar poniendo su capacidad al servicio integral de la sociedad.

Aquí estamos viendo sólo una pequeña muestra de las obras que a lo largo de su vida ha producido. Honrando la regla de su propia congregación religiosa, fundada por Benito de Nursia a principios del siglo VI en la Abadía de Montecasino, Italia, ora et labora, reza y trabaja, que desde siempre ha tenido muy en cuenta el aprovechamiento de la luz solar según las distintas estaciones del año para conseguir equilibrio entre el trabajo, la meditación y el sueño. Esa regla que le daba autoridad al patriarca del monasterio que tenía la obligación de consultar con el resto de la comunidad los temas más importantes. Una condición de obediencia, es cierto, pero también de democracia y que seguramente por ello fray Gabriel pide una dispensa para que, en apego a la regla de su trabajo, sea la arquitectura.

Gabriel Chávez de la Mora es un hombre humilde, alegre y dedicado y a la vez profundamente introspectivo, incansable investigador de los símbolos de la humanidad y en particular del arte sacro de todos los tiempos.

Los méritos del arquitecto son reconocidos por su gremio y por la sociedad, y su testimonio en piedra, madera, cristales multicolores entre otros materiales son muestra patente y elocuente de lo que puede ser ya considerado un patrimonio artístico y cultural de los siglos XX y XXI en nuestro país.

Hacemos votos para que sobra sea conservada y mantenida con la protección del INBAL, Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

Ha colaborado con prestigiados arquitectos a lo largo de su carrera como Pedro Ramírez Vázquez y José Luis Venlliure en la Basílica de Guadalupe.

Fue discípulo distinguido de José Villagrán García, Julio de la Peña, así como codiscípulo de Mathias Goeritz entre muchos otros, y con Ignacio Díaz Morales principalmente, que fue el fundador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara.

En sus obras destacan el profundo compromiso con la austeridad y el minimalismo, que no es lo mismo que el concepto superficial de lo barato; prueba de ello es la permanencia de la materialidad que emplea para perdurar al paso del tiempo.

 

 

No omitimos mencionar que el arquitecto Chávez de la Mora ha sido candidato un par de ocasiones al Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de las bellas artes, que a través de la Secretaría de Educación Pública y la de Cultura se convoca anualmente y que con ese sentido y con su permiso, señor presidente, hacemos un respetuoso llamado al gobierno de la República para separar de manera distintiva en el mencionado premio a cada una de las bellas artes, como ya lo es la literatura, y cada una de las demás, como la pintura, la escultura, la danza, la música, el cine y la propia arquitectura, que tengan un reconocimiento independiente y sin competencia, porque cada una por sí misma posee sus propios valores que, sin duda, contribuyen a la identidad de nuestra nación.

Sin demeritar a ninguna entre las bellas artes, la arquitectura juega un papel protagónico en la cultura de los pueblos porque, con un sentido práctico, de utilidad, acoge a un sinnúmero de manifestaciones expresiones culturales de la sociedad en espacios y recintos para habitar.

Recordemos que la arquitectura está presente en la vida del ser humano desde que nace hasta que muere y permanece; la arquitectura le da espacio al maestro para educar, al enfermo para curarse, al político para hacer política. Este es un espacio arquitectónico, el Salón Tesorería, diseño de Vicente Mendiola Quezada en 1929. O sea, la arquitectura está presente permanentemente.

Destaco este concepto porque existe una sentencia que dice que los arquitectos no hacen la arquitectura, sino que es la arquitectura la que hace a los arquitectos, y hoy podemos constatar con el reconocimiento que se otorga a fray Gabriel Chávez de la Mora, el Premio Nacional de Arquitectura, que es precisamente la arquitectura la que ha hecho arquitecto a este gran mexicano, hombre ejemplar de su tiempo.

Por su parte el premiado Arq. Gabriel Chávez de la Mora dijo, señor presidente, lo recibo como un estímulo para continuar con entusiasmo este servicio profesional de la arquitectura, que es mi ministerio y diaconía como religioso benedictino y presbítero. Mi actividad como arquitecto ha sido principalmente del género religioso, arquitectura de iglesias, de sus conjuntos y anexos y el arte sacro, artes y artesanías que integran a la arquitectura, arquitectura religiosa, litúrgica, en propuestas contemporáneas.

Deseo, externó a manera de propuesta, que su gobierno no recorte presupuestos, al contrario, que robustezca los presupuestos destinados a las entidades que velan por la protección, restauración, reconstrucción o mantenimiento de tantos edificios del amplio patrimonio cultural de nuestra historia, edificios que han sufrido afectaciones por el tiempo, los años, el clima, la naturaleza y hasta por los sismos.

Premio Nacional de Ingeniería, semblanza del ingeniero Francisco José Garaicochea Petrirena en la voz del ingeniero Javier Jiménez Espriú, Premio Nacional de Ingeniería 2008.

 

Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México

 

Honrar honra, Francisco Garaicochea Petrirena, petrolero de raigambre, de abolengo, de corazón, que ha dedicado su vida a México en esa industria extraordinaria que ha sido y debe ser siempre Petróleos Mexicanos, es un personaje que representa sin tacha, un profesional de excelencia con la consciencia de que no se estudia una profesión para ejercerla toda la vida, sino se debe estudiar toda la vida para ejercer con excelencia la profesión. Con profundos conocimientos de su especialidad y con cultura, sensible al dolor de la pobreza y con ética profesional y personal sin cuarteaduras; con todos esos ropajes de los que el ingeniero nunca se debe desprender, interesado en todo lo que al hombre interesa. Convencido con el filósofo español, quien recordaba que durante el Renacimiento la ingeniería se inscribía en el campo del humanismo.

El ingeniero Garaicochea, consciente, como deben ser los ingenieros de que la técnica no es un fin, sino una herramienta, y que la sabiduría exige de sensibilidad para aplicarla en la forma más conveniente para la sociedad, ha tenido siempre presente, y por ello su pasión en su empeño, en que su labor no se limitaba a colaborar para explotar y producir los energéticos que la nación requiere, sino que se hacía desde Petróleos Mexicanos, Pemex, que no es sólo una empresa productora de insumos energéticos y petroquímicos, sino además -y fundamentalmente- la empresa símbolo de la soberanía y la identidad nacionales.

Ingeniero Garaichochea: “Su designación hoy como Premio Nacional de Ingeniería 2020 nos llena de júbilo y de esperanza, y nos permite a quienes, como yo, hemos recibido la misma distinción, sentirnos un poco menos incómodos, menos usurpadores de honores que otros merecieran antes que nosotros”.

Sabemos que este premio será para usted un nuevo estímulo para continuar con su ejemplo desde las laderas de la montaña augusta de la serenidad, como la llamaba Nervo, comprometiéndonos a todos con su pacto invariable con la verdad, siempre lleno de dinamismo y de razones al seguir luchando por México, cada quien, con sus armas, y cada quien, desde sus propias atalayas, sin descanso, con pasión, con entrega y con patriotismo.

El premiado Ingeniero Faricochea manifestó después de agradecer tal designación, “no quiero desaprovechar la oportunidad de hacer alguna recomendación y la recomendación que hago es que se lleve a cabo, que se realice la propuesta del ingeniero Eduardo Barrueta Centeno, publicada en la revista Ingeniería del Petróleo, de David Shields, y que consiste brevemente en la construcción de plantas criogénicas que permitirán aprovechar el condensado que se produce en los principales yacimientos del litoral de Tabasco, sería yo también un invitado de piedra si no hubiera yo propuesto esta recomendación para que se aproveche al máximo el gas y el condensado de los yacimientos que poseemos en el litoral de Tabasco”.

Presentes en esta importante ceremonia de premiación amigos, familiares y Ricardo Rodríguez Romero, Presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México (AIAM).

 

Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México

 

Para enterarse de la nota completa: Versión estenográfica. Conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador del 9 de diciembre de 2021

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