SUSTENTABILIDAD URBANA. RETOS Y OPORTUNIDADES EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA Pensando en Hermosillo

SUSTENTABILIDAD URBANA. RETOS Y OPORTUNIDADES EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA Pensando en Hermosillo

Vivimos en un mundo urbano; en la actualidad, la mayor parte de la población mundial vive en las ciudades, y la tendencia a la urbanización continua siendo inevitable. Por este motivo, la ciudad es el asentamiento urbano de fundamental importancia para el desarrollo de las actividades humanas.

El modo de vida urbano es la tendencia dominante en nuestros tiempos (Moreno et al. 2007). Las ciudades han vivido un proceso histórico de cambio, una transición de la vida rural a la vida urbana, a partir de la revolución industrial y sobre todo desde los inicios del siglo XX, debido a la creciente migración del campo a la ciudad. Es en la ciudad donde se desarrolla de forma más importante la dinámica humana en todas sus dimensiones (social, económica, cultural, etc.), Pero uno de los problemas más importantes de la planeación y diseño urbano es comprender las múltiples interrelaciones entre los elementos que estructuran la ciudad y sus interacciones con el medio natural.

Si bien las ciudades han tomado un papel fundamental en el estudio de la vida humana, la creciente urbanización ha traído consigo problemas ambientales importantes, dados los requerimientos de servicios e infraestructura (la cual obviamente se desarrolla sobre asentamientos naturales) para satisfacer las demandas de la población, así como el modo de vida de la sociedad contemporánea, en cuanto a sus hábitos de consumo y la falta de cultura de conservación del medio ambiente (sobre todo en las poblaciones de más escasos recursos).

En la actualidad, el papel de la sustentabilidad urbana se torna de vital importancia para el correcto desarrollo de nuestras ciudades y para mejorar la calidad de vida de las personas que las habitan, en donde la movilidad y el espacio público juegan un papel fundamental, ya que permiten la conexión de las mismas, así como el desarrollo cotidiano de las actividades que se realizan.

El concepto de sustentabilidad urbana

En los últimos años, el concepto de “desarrollo sosteniSin títuloble o sustentable” ha estado presente en la discusión de numerosos foros, medios, publicaciones y demás, haciendo referencia principalmente a temas ecológicos y medio ambientales. Pero dado que la ciudad se ha convertido en el centro principal de organización de la sociedad contemporánea, el tema de la sustentabilidad en las ciudades ha venido tomando fuerza y consideración. Así, los temas urbanos no podían quedar fuera del interés por la sustentabilidad (Chávez 2007).

El concepto de ciudad sustentable es un concepto básico, esencial para todo planteamiento urbano realmente preocupado por los problemas sociales y medioambientales. Una ciudad sustentable es una ciudad que mantiene un equilibrio entre sus dimensiones, como la social, urbana y ambiental, además de la política y económica. Una ciudad sustentable debe tener un ambiente saludable, cohesión social, eficiencia económica y preocupación por su lugar en el concierto urbano global (Chávez 2007).

La reflexión sobre el concepto de sustentabilidad urbana nace de las preocupaciones de los gobiernos, grupos ambientalistas y los encargados de planeación de las ciudades, a la vista del evidente deterioro de las mismas, y de acuerdo a reuniones y acuerdos internacionales acerca del futuro del planeta y nuestras ciudades, en donde los patrones de vida y de consumo han creado condiciones poco favorables para una vida de calidad a largo plazo, es decir, sustentable.

La sustentabilidad abarca 3 tipos de capitales: el capital natural (espacios naturales no alterados por el hombre), el social (el ser humano en todas sus dimensiones), y el artificial (espacios construidos o alterados por el hombre). La sustentabilidad urbana, entonces, consiste en cuidar y renovar los recursos de los tres capitales, no sólo para nosotros, sino también para las siguientes generaciones, de manera que ellos puedan disfrutar también de los recursos.

La vida en las ciudades contemporáneas presenta tanto oportunidades como conflictos; para muchos, significa acceder a mejores niveles de vida, vivienda de calidad, empleo justo, y acceso a más y mejores servicios, así como educación y expectativas de superación, ya que de acuerdo a López (2008), la ciudad es la máxima expresión social y cultural del hombre. Una ciudad sustentable, a fin de cuentas, debe permitir la subsistencia y el desarrollo humano, minimizando los conflictos sociales y urbanos. Pero cuando el ciudadano deja de tener acceso a sus derechos básicos, se intensifican estos conflictos, y por lo tanto, las ciudades lejos de ser sustentables, se convierten en espacios inhabitables.

El concepto de sustentabilidad urbana es amplio, y en el intervienen diversos factores tanto ambientales como sociales, y actores de diversa índole (social, gubernamental, industrial, comercial, etc.). La sustentabilidad urbana tiene que ver con la capacidad de carga y el impacto ambiental del territorio en donde se localiza, el uso de recursos energéticos disponibles, la producción interna y la dependencia a cualquier nivel de los recursos naturales disponibles. El concepto de resiliencia es un también un concepto fundamental para las urbes contemporáneas, ya que este se refiere a la capacidad de regeneración del ecosistema, de acuerdo a la huella ecológica que el asentamiento urbano provoca en el mismo.

De acuerdo a López (2008), el concepto de “sustentabilidad urbana”, resulta de la articulación de cuatro subsistemas y sus respectivos objetivos y principios, y presenta en su libro “La sustentabilidad urbana” la siguiente tabla.

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En donde:

  1. El bienestar social puede verse como un estado de calidad de vida.
  2. La productividad busca incrementar la generación sustentable de riqueza y prosperidad colectiva en la ciudad y en la región a través de la acción conjunta entre lo público y lo privado.
  3. Preservación ecológica se refiere al manejo racional de los recursos naturales, maximizando su administración y conservación.
  4. Y la calidad físico-espacial es representada mediante las condiciones físicas y espaciales de nuestras ciudades, el trazado y la estética de las mismas.

Tomando en cuenta lo anterior, podemos decir que para lograr un “urbanismo sustentable” o la “sustentabilidad urbana”, se deben armonizar y articular estos cuatro “subsistemas” en pro de una “ciudad sustentable”.

El problema de la sustentabilidad en las ciudades

En la actualidad, y debido al excesivo crecimiento de las urbes en México y el mundo, los impactos ambientales han sido considerables, y además se ha visto afectada la calidad de vida de los habitantes en general, en donde los sectores más desfavorecidos de la población viven en un esquema de constante falta de suministros y difícil acceso a las oportunidades que una ciudad bien equilibrada y sustentable podría brindar.

También los sectores con condiciones de vida más favorables se han visto afectados; el ruido, el tráfico y la contaminación, son factores que influyen en el bienestar de cualquier ciudadano.

Si bien las ciudades son por excelencia centros de oportunidad y de acceso a servicios que no se tienen en otro tipo de asentamientos humanos, como ya se ha mencionado, los impactos ambientales que han generado han sido considerables, y en este sentido la preocupación por el futuro y el medio ambiente han llevado a repensar los esquemas y formas de vida que han llevado al deterioro de las urbes, en especial de las más grandes del mundo. La crisis del medio ambiente ha llevado al ser humano a una profunda reflexión sobre su forma de desarrollo y sus posibilidades reales de subsistir en un futuro próximo (López 2008).

Ahora bien, podemos darnos cuenta que en la mayoría de las ciudades del mundo, y sobre todo en las ciudades de México y Latinoamérica, el manejo no ha sido el mejor y ha distado de ser el adecuado para crear un ambiente favorable para los ciudadanos, y así, ciudades sustentables. El resultado de estos malos manejos y deficiencias son, en muchas ocasiones, zonas (sobre todo periféricas) que presentan un importante deterioro ambiental, con los problemas que esto representa (contaminación, calidad de vida, entre otros). Estas zonas se convierten, o se han convertido en puntos problemáticos, los cuales a su vez se convierten en vacíos urbanos, que fragmentan la ciudad y evitan un desarrollo urbano sustentable (López 2008).

Se podría decir que debido a la falta de una correcta administración urbana, el uso indiscriminado de energéticos para la movilidad en las ciudades, el déficit de calidad del espacio público y la falta de acceso a oportunidades de mejoramiento de calidad de vida de los habitantes, las áreas urbanas han generado la mayoría de los principales problemas en el ecosistema y el medio ambiente que amenazan el planeta; esto aunado a la falta de cultura de conservación ambiental y la falta de visión tanto de los ciudadanos como de las autoridades competentes a largo plazo, en el que el modo de vida actual no será sostenible.

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Hoy día las ciudades contribuyen a la contaminación global (una proporción superior al 75% y utilizan más del 70% de la energía consumida por la humanidad (López 2008).Actualmente la mayor parte de las ciudades de México, incluidas sus zonas metropolitanas, tienen como el más notorio común denominador a los problemas ambientales (Chávez 2007).

En nuestro país, poco se le ha dado importancia, en tanto a la planeación y el desarrollo urbano, a políticas sólidas acerca de los temas ambientales. No ha habido acciones y acuerdos consistentes, ni se destinan presupuestos específicos para lo mismo, ya que tradicionalmente se le ha dado un peso significativo (sin querer  decir que esto sea negativo) a la dotación de infraestructura y equipamiento, lo cual muchas veces se ha destinado a resolver necesidades inmediatas para la población, pero que debido a la falta de criterio ambiental y mantenimiento necesarios, a largo plazo resultan inconvenientes, provocan nuevos problemas o incluso agravan los anteriores, ya que espacios como áreas verdes o espacios de calidad para una gama más amplia de la población quedan rezagados a las últimas consideraciones en el presupuesto público.

En México, los pocos o nulos intentos por hacer de las ciudades un espacio habitable han tenido severos fracasos económicos, políticos y sociales (Lugo 2010), ya que no se han puesto en marcha prácticas adecuadas de reconciliación de la ciudad con el medio ambiente, provocando ciudades no sustentables. De entrada, la imagen predominante en las zonas de expansión urbana es la de un paisaje gris-pardo, carente de árboles y de colores vivos, especialmente verde (Chávez 2007).

Afortunadamente, y por medio de ciudadanos conscientes y organismos medioambientales que han expuesto la situación actual de nuestras ciudades, se está generando una preocupación ante los efectos generados por el crecimiento urbano sobre el medio ambiente y los recursos naturales.

Retos y oportunidades para el desarrollo de un urbanismo sustentable

Las ciudades hoy, ofrecen una variedad de oportunidades para el desarrollo humano. Una ciudad integra comunidades (se habla también de comunidades sustentables) provee de empleo, servicios y atenciones, entre otras experiencias de la vida cotidiana que un entorno urbano vibrante puede proveer para el disfrute y el interés de la sociedad, lo que resulta atractivo para muchos. Pero una ciudad, de acuerdo a sus sistemas internos y sus condiciones físicas, también puede crear problemas. A través de un correcto diseño urbano, políticas públicas y participación ciudadana, se puede lograr un balance equitativo que dé como resultado ciudades sustentables.

La planeación urbana debe tener un carácter multidisciplinario, en donde participen profesionales de las diferentes ramas sociales del conocimiento, para una correcta planeación de los componentes urbanos, que faciliten los desplazamientos en la ciudad, impulsando el transporte público eficiente, reduciendo el consumo de energía, y mediante un mejor aprovechamiento del suelo urbano, integrando áreas naturales y adaptando las diferentes edificaciones a su entorno inmediato.

Chávez (2007) habla de tres dimensiones a nivel urbano: lo social, lo económico y lo ambiental; y menciona que las ciudades más exitosas han sido aquellas en donde se han implementado estas mismas. El diálogo de los habitantes con su comunidad en el entorno urbano permitirá realizar buenas prácticas de sustentabilidad urbana y ambiental, por medio de enfoques novedosos, en donde la creatividad y el compromiso del ciudadano con su ciudad sea la cualidad fundamental para lograr una mejor calidad de vida y un entorno de sustentabilidad.

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Por otro lado, para garantizar la sustentabilidad y la calidad de vida a sus habitantes, una ciudad debe de cumplir con las necesidades que mayor demanda presenta la población. Vivienda digna y segura, eficiencia en los servicios públicos, educación, espacios públicos recreativos de calidad, entre otros, determinarán el nivel de sustentabilidad de una ciudad, y las condiciones de vida de la gente que las habita. En otra perspectiva más urbana, el término de calidad de vida se complementa en función de la conjugación de diversas variables que la vinculan con los niveles de satisfacción y de la percepción espacial (Lugo 2010).

Las prácticas diarias de la población, la apropiación de su espacio y el respeto por el mismo, son la llave del éxito de las ciudades sustentables. En otras palabras, se requiere de la educación continua y la participación de la ciudadanía en los temas urbano-ambientales. Una filosofía ecológica permite crear un auténtico cambio en el desarrollo de ciudades o la transformación y rehabilitación de las mismas, pues la misma naturaleza genera condicionantes que provocan nuevas formas y patrones urbanos. Estos criterios deben fundamentar la toma de decisiones en el proceso de diseño o adecuación y rehabilitación de las ciudades, basados en valores humanos que tiendan a crear ciudades en equilibrio con la naturaleza y en armonía con su imagen urbana.

Para que una ciudad funcione correctamente, debe conciliar los conflictos entre las diferentes concepciones de la vida urbana; entre el transporte público y el privado, entre la correcta distribución de bienes y servicios, y entre los ambientes naturales y los creados por el hombre. A fin de cuentas, el diseño urbano sustentable se trata, en parte, de un balance (entre sus componentes). Hay muy buenas razones para crear ciudades densas, variadas y con usos de suelo mixto (Ritchie et al. 2009).

Esta tarea no es fácil y requiere que los urbanistas recurran a la participación de todas las otras disciplinas que intervienen en el entorno natural y urbano para buscar nuevas opciones de solución menos agresivas a los seres humanos y a la naturaleza.

La movilidad y el espacio público como componentes de la sustentabilidad urbana.

En el ámbito urbano actual, es bien sabido que el espacio público ha cobrado una notable relevancia, colocándose como un elemento clave para elevar la calidad de vida de los habitantes de una ciudad. La urbanista Sara Topelson ha mencionado en repetidas ocasiones que para que una ciudad se desarrolle correctamente, la condición principal es el espacio público de calidad. El espacio público define la calidad de la ciudad porque indica la calidad de vida de la gente y la ciudadanía de sus habitantes (Sada 2010).

Es en el espacio público donde se generan las relaciones y la integración (o desintegración) social. Es en el espacio público donde se dan los procesos de movilidad urbana, y es el espacio público por excelencia el elemento que articula una ciudad.

En la ciudad contemporánea, el tema de la movilidad se torna crucial para la sustentabilidad de la misma, lo que requiere un continuo mejoramiento de los sistemas de transporte, y priorizar los sistemas menos contaminantes. El tema de la re densificación urbana influye de igual manera en la sustentabilidad urbana, ya que una ciudad más densa permite concentrar los servicios en una menor área urbana, y reducir los traslados en la misma, y así mismo, generar espacios públicos adecuados y de calidad. Como ya se ha mencionado, para esto se requiere de una continua y proactiva participación social.

Cuando hablamos de movilidad y espacio público, hablamos de relaciones sociales y de cohesión social, ya que es mediante estos procesos de comunicación y de apropiación del espacio que se crea el encuentro social y la convivencia de la ciudad.

Es vital que evolucionemos en un ambiente urbano sustentable, en donde las dimensiones de la ciudad jueguen en armonía con el transporte, el espacio construido y el medio ambiente, para crear ciudades vibrantes y llenas de vida, que ofrezcan al ciudadano alternativas y oportunidades de desarrollo social. Se deben crear ciudades para la gente, y no para automóviles. La creación de calles para peatones, ciclistas y transporte público es un aspecto clave para el desarrollo urbano sustentable (Ritchie et al. 2009).

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Las interconexiones de la ciudad también son importantes, en este sentido, hablamos de la relación del habitante con el espacio físico construido, donde exista una convivencia armónica entre ambos, con espacios disfrutables, accesibles a la ciudadanía, que generen una movilidad sustentable y espacios públicos adecuados y planeados para la población en general.

En gran medida, la manera en la que la gente y las mercancías circulan en las áreas urbanas determina su estructura y su funcionamiento. Cuando las opciones de movilidad cambian, cambian también los patrones de actividad humana con consecuencias directas para los principios de la planeación y el diseño que guían el desarrollo y la renovación de áreas urbanas (Ritchie et al. 2009).

Por esto, en la planeación y diseño de las ciudades contemporáneas es de vital importancia incluir un esquema de desarrollo urbano sustentable, que permita espacios incluyentes, mayor accesibilidad y una ciudad para todos, donde el derecho a la movilidad sea prioridad para una mayor gama de la población y no sólo para el vehículo automotor, que ha sido tradicionalmente considerado como la primera opción de movilidad para los encargados de la planeación de nuestras ciudades.

Conclusión

La ciudad se ha convertido en el medio ambiente de la mayor parte de la población mundial. Nuestro entorno es un entorno urbano, por lo cual es necesario concebir nuevos patrones de desarrollo para el bien y el futuro de nuestras ciudades y sus habitantes. Un enfoque de sustentabilidad urbana, que tome en cuenta y armonice los diversos factores que integran a una urbe, será de vital importancia para el futuro de las ciudades y de nuestra población.

El diseño urbano sustentable es vital para este siglo, y dados los perceptibles problemas ambientales en nuestras ciudades a nivel mundial, no es mucho decir que nuestra salud y bienestar depende de ello. Una transición hacia una sociedad y un urbanismo sustentable nos concierne a todos, y todos debemos de participar en el encuentro ambiental, social y económico que se dan lugar en la ciudad contemporánea, y que brindan beneficios a la sociedad (o por lo menos eso debemos lograr).

En cuanto a movilidad y espacio público, mientras el diseño urbano tomando al automotor como primera consideración nos ha traído resultados poco favorables, hay antecedentes históricos que apuntan hacia la creación de espacios públicos útiles, basados en el movimiento no motorizado como el peatonal o a bicicleta, o bien priorizando el transporte público sobre el privado.

Es necesario repensar el proyecto de ciudad y de zona metropolitana mediante conceptos de los que se apropien todos los actores de la vida urbana (Chávez 2007).

Por: Arq. Daniel Franco Garza M.C.

lmfranco@capomo.uson.mx

REFERENCIAS

Chávez Ortiz, César Rafael. 2007. Sustentabilidad Urbana en el ámbito metropolitano: de los conceptos básicos a los instrumentos de política ambiental, en Salvador Moreno Pérez y Gustavo Meixueiro Nájera, coordinadores. El desarrollo metropolitano y la sustentabilidad de las ciudades. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública. México.

Gibson, J.E. 1981. Diseño de nuevas ciudades. Enfoque sistémico. Limusa. México.

Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. 2011. El futuro de la población. Consejería de Economía, Innovación y Ciencia.

Lacomba, Ruth (compiladora). 2004. La ciudad sustentable. Creación y rehabilitación de ciudades sustentables. Trillas. México.

López Bernal, Oswaldo. 2008. La sustentabilidad urbana. Una aproximación a la gestión ambiental en la ciudad. Programa Editorial Universidad del Valle. Colombia.

Lugo Botello, Juan Manuel. 2010. Calidad de la vida urbana: una contribución para medir la ciudad y regular las políticas públicas en Zacatecas, en Alfonso Iracheta Cenecorta (compilador). La dimensión humana en las ciudades y metrópolis. Memorias del XI Seminario-Taller Internacional de la red mexicana de ciudades hacia la sustentabilidad. El Colegio Mexiquense.

Moreno Pérez, Salvador y Gustavo Meixueiro Nájera, coordinadores. 2007. El desarrollo metropolitano y la sustentabilidad de las ciudades. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública. México.

Ritchie, Adam y Randall Thomas, editores. 2009. Sustainable urban design. An environmental approach. Taylor and Francis Group. Londres y Nueva York.

Safa, Patricia. 2010. Espacio público y calidad de vida en las grandes urbes: una lucha de las organizaciones vecinales. El caso de la Asociación vecinal Jardines del Sol, en Alfonso Iracheta Cenecorta (compilador). La dimensión humana en las ciudades y metrópolis. Memorias del XI Seminario-Taller Internacional de la red mexicana de ciudades hacia la sustentabilidad. El Colegio Mexiquense.

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