Un camino enzoquetado

Un camino enzoquetado

Un camino enzoquetado

 

Tanzan Y Ekido, el Monge, iban un día por un camino embarrado. Caía una fuerte lluvia. Al llegar a un recondo, se encontraron a una joven encantadora con kimono y faja de seda, que no podía atravesar el cruce.

“Vamos, muchacha”, dijo Tanzan enseguida, y alzándola en brazos la pasó.

Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron a alojarse en un templo. Entonces no pudo contenerse más. “Nosotros los monjes, no debemos acercarnos a las mujeres”, le dijo a Tanzan, “especialmente a las jóvenes y bonitas. Es peligroso. ¿Por qué hizo usted eso?”.

“Yo dejé a la chica allá atrás”, dijo Tanzan. “¿Usted todavía la está cargando?

Muchas veces resulta difícil distinguir entre un problema real y uno mental. El problema real es aquel que, a ojos de mil personas, todos ellos coincidirían que efectivamente nos encontramos ante un problema, como es el caso de una enfermedad terminal. En el otro caso probablemente, muchas de esas mil personas no lo considerarían como tal, pero a ojos de uno, puede llegar a ser un infierno difícil de superar.

Aprende a diferenciar lo que tus ojos ven, de lo que tu mente quiera que veas y recuerda. No permitas que un dolor, no te deje ver las alegrías que, día a día, la vida te vuelve a regalar.

 

Una más, la segunda.

 

Vivir el presente

 

“Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo: -Me han dicho que tú eres sabio…. Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas. El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo. Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido.

Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.

Vivir pues el ahora, el momento, que lo que viene en el transcurrir del tiempo, vendrá.

 

Fuente: Psiqueviva, el poder de la mente.

 

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